Con una anécdota contada por Guillermo Núñez, artista plástico galardonado con el Premio Nacional de Arte Plásticas 2007, inició la aventura por rescatar un traje que usó la actriz Marés Gonzáles, quien interpretó al personaje de “Diana” durante una escena del montaje de la compañía del Teatro Nacional Chileno “El Perro del Hortelano”. El artista, quien diseñó todos los trajes del personaje, relató que era su tercer cambio de vestuario y, pese a que el traje debía viajar de vuelta a Chile, esto nunca se concretó.
Es así como la académica María Teresa Lobos, impulsó un proyecto para reconstruir la historia de este vestuario perdido. Eso sí, solo con una foto y un negativo de aquel traje, pero acompañada por seis artistas y un financiamiento de la Universidad de Chile.
Esta experiencia de reconstrucción de memoria es lo que el público podrá conocer el próximo viernes 28 de octubre a las 13:00 en el Teatro Nacional Chileno, ubicado en Morandé 25, Metro Universidad de Chile. Esto, como parte de las más de 40 actividades gratuitas del Foro de las Artes del plantel.
“La Universidad decide apoyar este proyecto ya que, al igual que nosotros, cree en la necesidad de poner en valor el concepto de patrimonio textil y que desde el Teatro Nacional Chileno es importante validar y dar a conocer”, afirmó Lobos, quien aboga para que dentro de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile haya más espacios donde la producción teatral pueda acumular un acervo de vestuario, preservarlo y restaurarlo.
Valentina San Juan, diseñadora escénica del proyecto, relató que pese a que el mito es que este traje está expuesto en algún lugar de New York, la búsqueda ha sido infructuosa. Incluso, parte del equipo viajó a Estados Unidos llegando solo a la certeza de que aquel traje era de color rojo.
“Empezamos a comprender que este vestuario no estaba físicamente, por lo que finalmente lo haríamos presente por medio de su ausencia. Como tenemos los otros vestuarios que ocupó Marés en ese montaje, de alguna forma decimos que ‘tenemos su cuerpo’, ya que estos otros vestuarios aún contienen sus medidas y las proporciones de su cuerpo”, relató San Juan.
El dramaturgista Tomás Henríquez también ha liderado la búsqueda de este vestuario ausente y lo que implica rastrear las condiciones que lo hicieron posible. Henríquez señaló que si bien la figura de Guillermo Núñez es ampliamente reconocida y valorada, su faceta como diseñador de vestuario no lo es tanto. Pero cuando se observan en detalle sus creaciones, es evidente cómo dialoga con elementos muy propios de su estilo como pintor, afichista o escenógrafo.
“Involucrarse en esta búsqueda es intentar poner en diálogo una polifonía de voces y sonoridades con la materialidad textil del vestuario y esa imaginación desbordada que Núñez propone”, aseguró.
Como representante del Centro de Archivo y Patrimonios del Teatro Nacional Chileno, Marcelo Lucero, actor de profesión, aporta al proyecto accediendo a la obra a través de la fotografía, afirmando que más de lo que podría entregar un afiche, que da cuenta de ideas o intelectualidad, un negativo, permite hacer entender las dimensiones, decorados y ayuda acceder a la memoria.
“Nuestro aporte desde estos negativos, muchos abandonados, es contribuir a la reconstrucción mítica de este traje perdido. No lo tenemos, pero sí la imagen del cuerpo de Mares, lo que nos permite acceder a ese cuerpo perdido”, manifestó Lucero, para quien la invitación es a que todos quienes asistan a la actividad puedan construir la memoria desde distintas aristas y entender, junto a ellos, que el relato es rizomático, con muchos puntos de fuga.