En conversación con Radioanálisis, la subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa Huencho, abordó la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), el nuevo mecanismo de evaluación que comenzó este lunes 28 de noviembre y que culmina este miércoles con la aplicación de las pruebas de Competencia Matemática 1 y la electiva de Historia y Ciencias Sociales.
Respecto a la nueva modalidad, la autoridad del ministerio de Educación indicó que “había harta expectativa con lo que significaba esta nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior que ha ido transitando. Finalmente se trata de eso, acceder a la educación superior supone entender que los instrumentos, los mecanismos que utilicemos para ello tienen que estar muy en consonancia con, no solamente los cambios que están ocurriendo a nivel global sino también, lo que ha ido ocurriendo tanto en los currículums de la enseñanza media con la enseñanza superior“.
En ese sentido, indicó que “hace un rato que el comité de acceso a universidades que lidera la Subsecretaría de Educación Superior se ha venido planteando la necesidad de transitar a una prueba que sea mucho más equitativa, que sea mucho más justa, que se ponga a tono con transitar desde medir conocimientos, contenidos específicos, a una prueba que mida competencias, que problematice, que nos permita en función de las preguntas comprender cómo las y los estudiantes enfrentan problemas y ponen conocimientos a disposición de esos problemas”.
Es así que dentro de los principales cambios que trae la PAES está la medición de competencias en lugar de conocimientos, además del establecimiento de dos períodos de rendición al año, señaló. “Para poder descomprimir el estrés que supone, tenemos dos pruebas al año y por lo tanto, quienes rinden esta prueba pueden decidir inscribirse en la versión de invierno que le hemos denominado, o esta versión masiva de verano que tenemos hoy día y que estamos rindiendo ahora”.
A ello, Figueroa Huencho sumó que “hemos intentado poner a tono lo que vamos a medir, especialmente en las pruebas de matemática. Hablamos de competencias matemáticas que no necesariamente todas las carreras tienen el mismo nivel de exigencia y hoy tenemos dos pruebas de matemática, una matemática 1 que mide conocimientos de séptimo básico a segundo medio y por lo tanto podemos decir que es más básica y una matemática 2 que es más intensiva y que mide contenidos hasta cuarto medio, entonces esa es una primera novedad”.
Asimismo, indicó que “todas las pruebas han ido concentrando conocimientos en ese período, de séptimo básico a segundo medio y eso es bien importante porque tanto los liceos científico-humanistas, como los colegios técnicos profesionales comparten el mismo currículum de séptimo a segundo medio y eso favorece que las personas que están en carreras o estudiando en colegios técnico profesionales, también sientan que están más preparados”.
Respecto al cambio en la escala de puntajes, que pasó de los 150 a 850 puntos de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) a los 100 a 1000 puntos de la PAES, la subsecretaría indicó que “permite primero que podamos medir efectivamente el desempeño y hacer un seguimiento de ese desempeño especialmente entre distintos procesos”.
“Si uno piensa en la prueba de invierno que tiene una magnitud menor –este año la dieron 35 mil estudiantes versus 275 mil que la dan en esta versión en la que estamos ahora– si utilizáramos el mismo criterio anterior, no podríamos comparar el puntaje que tuve en la prueba de invierno con los puntajes que tuve ahora, porque son magnitudes distintas”, afirmó.
Y añadió que “esta nueva escala me va a permitir saber si dí la prueba, por ejemplo, en la versión de transición y hoy día estoy dando la de Competencia Lectora, me va a ir mejor, me va a ir peor, puedo saber efectivamente cómo me estoy presentando, las universidades van a saber también y nosotros vamos a estar teniendo mejor información para hacer política pública”.
Por lo demás, la subsecretaria dio cuenta del diagnóstico detrás de los cambios en el sistema de ingreso a la educación superior. “Lo que nos damos cuenta es que hemos tenido ciertas deficiencias o falencias en las miradas”, indicó.
“Esta idea de entender que todas y todos los estudiantes son homogéneos, que viene de los mismos lugares, que llegan en las mismas condiciones a estudiar, que se presentan a la prueba casi en una especie de neutralidad de su entorno (…) se ha traducido incluso en en esta idea de los puntajes nacionales”, sostuvo.
Y apuntó a que “generalmente hay una lógica de entender que son hombres, que vienen de determinados colegios, con un determinado nivel socioeconómico, de espacios urbanos, que han tenido la posibilidad de tener siempre los materiales, la tecnología a mano, conectividad, cercanía con el colegio y eso también nos ha llevado que el mérito, el reconocer ese mérito tiene una lógica de competencia, hacer competir a los estudiantes para ver quien llega de mejor manera a aquello”.
Por el contrario, indicó que “esta PAES lo que ha hecho es comprender que hay una diversidad de estudiantes, diversidad de establecimientos, diversidad de aproximaciones educativas, pero que necesitamos evidenciar que efectivamente estos criterios, esta forma de razonar, de pensar, que se sustentan siempre en conocimiento -cuando hablamos de competencias en una saber hacer siempre hay detrás un conocimiento que uno pone en problematización- permite una lógica un poco más equitativa”.
En ese sentido, la autoridad consideró que el criterio de equidad requiere una mirada sistémica. “Aquí obviamente como Subsecretaría tenemos varios roles, primero cómo desde el sistema de financiamiento de la educación superior superior vamos intencionando que las instituciones orienten sus estrategias, sus modelos pedagógicos, los proyectos y modelos educativos, hacia modelos que vayan ampliando las posibilidades de tener mayores tutorías, mayores acompañamientos; no es importante solo que ingresen a la educación superior, también es importante que puedan egresar y por lo tanto la retención es también un aspecto que nos preocupa”.
“También estamos apoyando fuertemente en programas de acceso que se orientan a criterios de equidad como el programa PACE, por ejemplo, un programa que vincula a instituciones de educación superior con establecimientos públicos de todo el país y donde las universidades hace un acompañamiento bien temprano de tercero y cuarto medio para que los estudiantes vayan, no solamente entendiendo que la universidad es un espacio, sino también permitiendo ir generando habilidades, conocimientos que vayan haciendo ese acompañamiento”, añadió.