El próximo miércoles 21 de diciembre, la Comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputadas y Diputados continuará con la votación en particular del proyecto de ley que impulsa la participación de las energías renovables en la matriz energética nacional y que propone aumentarlas a un 40 por ciento al 2030.
El proyecto, que fue ingresado al Parlamento en noviembre de 2021 y que se encuentra en primer trámite constitucional y reglamentario, con urgencia calificada de suma, busca acelerar la participación de las energías renovables en la matriz eléctrica mediante el aumento de las metas de generación a gran escala; el establecimiento de un sistema de trazabilidad del carácter renovable de la energía y plantea incentivos a la generación distribuida. En concreto, la iniciativa “aumenta la obligación de las empresas generadoras de electricidad de comercializar al menos un 40% de ERNC (Energía Renovables No Convencionales) al 2030”.
Qué importancia tiene esta norma, cuáles serán los efectos en el cliente final de la energía, son algunos de los aspectos que abordó la directora de la Fundación Chile Sustentable, Sara Larraín, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile.
La dirigenta ambientalista recordó que como organización vienen promoviendo esta idea desde el año 2004 para promover las ERNC que no estaban definidas en la Ley Eléctrica y que en el gobierno de Michelle Bachelet, en el 2010, se logró incorporar un 10% de las ERNC a la matriz energética y que luego al 20% al año 2025, pero ese objetivo se logró en el año 2020.
Por lo tanto, dijo Larraín “el primer elemento positivo de esta ley es que reconoce y que la obligación de la ley fue superada y establece un objetivo más ambicioso. El objetivo de ampliar de 20 a 40% es absurdo esto es un proyecto que se presentó a fines del gobierno pasado y que señalaban que como ya logramos un 20% dupliquemos al 40% al año 2030. El problema es que este año ya llegamos al 30%. En consecuencia, tanto el Gobierno como la sociedad civil hemos insistido a los parlamentarios que es importante aumentar definitivamente al 60% al año 2030”.
Argumentó que con la Ley de Almacenamiento se pueden aumentar las inversiones y no sufrir “el problema de vertimiento de energía que es lo que está pasando, en que se genera una gran cantidad importante de energía solar y eólica y parte de ella, este año 1000 GW hora se han vertido, se han botado porque la línea de transmisión no dan el ancho”.
Por ello, Larraín consideró que “como ya se aprobó esta ley de transmisión y hay un compromiso de almacenamiento y del gobierno de sacar rápido los reglamentos, la verdad que sí se puede llegar a un 60% de energía solar y eólica y alguna otra renovables no convencionales al año 2030. Eso es súper importante porque vamos empujando y acelerando para que las carboneras cierren antes del año 2040, que es lo que quiere la sociedad civil. La sociedad ha señalado que no va a esperar 20 años y, a lo más, debiera cerrarse el 2030 que es perfectamente posible. Ese es el primer y principal objetivo en relación a esta obligación a todas las empresas que participan inyectando energía al sistema interconectado”.
Por otro lado, la dirigenta indicó que se estableció un segundo objetivo que es: “que a los bloques horarios debiera ser al menos 40% de ERNC y nosotros creemos que se puede avanzar al un 50% de energías renovables y eso es lo que dice la ley en relación al sistema interconectado”.
Larraín explicó que cuando se vierte energía porque el sistema interconectado no da el ancho, lo que en el fondo significa que, por ejemplo en el caso del verano, cuando hay más luz solar, “toda esa capacidad solar puede abastecer a más del 60 por ciento de la demanda de energía, pero como hay restricciones en la transmisión y no hay almacenamiento, esa energía adicional se bota, no cabe en las líneas y por tanto, el Coordinador Eléctrico Nacional las ignora y no se inyectan al sistema y como los paneles siguen captando energías, tienes que vertir”.
La dirigenta afirmó que ese problema debe ser resuelto con la Ley de Almacenamiento que está atrasada en unos cinco años y que, debido a la falta de esa norma, permitió que el vertimiento durante este año hay sido de “entre 3 y 4% de toda la generación del sistema se botó, y es energía barata, como la energía solar, energía propia que no requiere importación de combustibles”.
Sobre los beneficios que tendría un mayor ingreso de las ERNC a la matriz energética para los clientes finales, Larraín afirmó que Chile podría ser absolutamente autónomo en cuanto a las satisfacciones de las necesidades energéticas, incluso para la minería. Por ello, indicó que es muy relevante que se pueda avanzar en todas estas regulaciones como el almacenamiento, la promoción de esta ley que obliga a las empresas a construir proyectos con una capacidad importante de ERNC. “Nosotros entendemos que de aquí el año 2050 prácticamente vamos a estar abasteciéndonos casi totalmente de energía renovable y si es que necesitáramos un poquito, lo ideal es inyectar en alguna hora punta en el cual no podamos soltar agua en los embalses o si viniera el año muy seco, tendríamos que inyectar un poco de gas, pero que sea la excepción no sea la regla. Porque si es la regla obviamente vamos a ir con tarifas energéticas súper altas y eso implica, no solamente la cuenta de la luz de cada uno de nosotros, sino que implica un aumento en el precio de los alimentos, en la calefacción, en la refrigeración, en el aire acondicionado con estos calores. Claramente la inversión de las familias, incluso el sector industrial y comercial en aire acondicionado probablemente se va a equiparar con la inversión del invierno”, precisó Larraín.
Por ello, la dirigenta ambientalista afirmó que sin duda que esta ley tendrá un impacto positivo en los usuarios comunes de la energía eléctrica. Explicó que esto debido a que el precio de la energía se fija por varios componentes. Se paga una cantidad por la capacidad instalada, sea despachada o no su energía, y se paga por la energía inyectada al sistema, más la transmisión, que la paga el 80 por ciento de los consumidores, sean clientes libres o regulados que reciben la energía de las distribuidoras que licitan cada dos o cuatro años.
Larraín indicó que en la última licitación, había empresas que ofrecían precios muy bajos por energía solar o eólica a 17 o 25 dólares el MWh, la generación de energía a carbón hoy día estás sobre el 80 dólares el MWh, mientras el gas, después de la crisis en Ucrania, los montos están sobre los 200 dólares.
De ahí la importancia que el país tenga una mayor cantidad de energías renovables y limpias que no dependen de combustibles importados y por lo tanto, “no dependamos de precios en dólares, de los problemas geopolítica a nivel internacional porque Chile no tiene la cantidad de gas y la cantidad de petróleo y obviamente la cantidad de carbón que está utilizando y por tanto, todos esos combustible son importados”, dijo.
“El ideal es que nosotros lleguemos a una matriz prácticamente 100% renovable al año 2100 y que ya desde el año 2050 en adelante, el sistema instalado que tenemos funcione al 100% de energías renovables y que en el caso por ejemplo del gas, si quedará algo o en el caso de la geotermia que está 24 horas presentes o incluso de la central hidroeléctrica que ya están construidas, no hay para qué construir más, podrías soltar energía cuando las energías renovables que están presentes como la solar y la iónica tenga menos capacidad y podríamos ser totalmente autónomos en cuanto a la satisfacción de las necesidades energéticas”.
Finalmente, Larraín indicó que de acuerdo a las conversaciones con el Ejecutivo, es posible llegar al 60 por ciento de ERNC a la matriz energética, como también en que se aumente la posibilidad que la generación distribuida, no esté limitada a inyectar 300 kW al sistema eléctrico, en media o baja tensión, sino llegar hasta 500 kW y eso es relevante porque hay muchas industrias, pymes, frigoríficos o condominios que podrían pasar a autoabastecerse de energía, ejerciendo menor presión sobre el mercado.