Este domingo, en la capital de Brasil, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia, y el Supremo Tribunal Federal, en lo que muchos, incluido el Presidente de Chile, Gabriel Boric, han calificado como un grave ataque a la democracia.
Pablo Lacoste, académico del Doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago (Usach), explicó que lo que pasó en Brasil es una expresión más de algo que se viene dando hace varios años en Latinoamérica. De acuerdo al académico, en nuestra región “ha crecido una cultura de usar la violencia como instrumento de lucha por el poder”.
“Esto es algo muy peligroso, que hay que tratar de repudiarlo para volver a fortalecer a las instituciones democráticas, y los mecanismos pacíficos de solución de controversias”, agregó el académico.
De todas maneras, esta escalada de violencia se extiende más allá de nuestras fronteras. Con las imágenes de Brasil, muchos recordaron lo que ocurrió hace dos años en Estados Unidos, cuando seguidores del expresidente Donald Trump asaltaron el Capitolio.
“Acá hay una línea antidemocrática, fascistoide, de usar la violencia desconociendo las instituciones y la democracia. Lo tenemos en Donald Trump que nunca reconoció que perdió las elecciones, lo vemos en Bolsonaro que no quiso asistir a la entrega de los atributos presidenciales a Lula (…) Hay una línea, que estamos viendo, transversal, donde se valora la violencia como instrumento. Lo mismo en Colombia, en Perú, y en Chile”, asegura Lacoste.
Luego de los graves hechos registrados en Brasilia, alrededor de 1.200 bolsonaristas fueron llevados desde un campamento que instalaron frente al Cuartel General del Ejército, hasta las oficinas de la Policía Federal de Brasil. De acuerdo a las autoridades, el objetivo de esta acción fue identificarlos, para luego establecer si es que participaron en los hechos de violencia del domingo.
“Lula está haciendo lo que corresponde, meter preso a todos los golpistas, y ojalá que sean juzgados y condenados, y que nadie los indulte, que no caigamos en ese tipo de políticas que facilitan que vuelva otra vez a producirse la violencia”, dice Lacoste.
“Da la sensación de que Lula está muy bien orientado y está haciendo lo que hay que hacer”, agrega.
El académico de la Usach además reflexiona respecto al futuro de la democracia. A su juicio, este sistema político debe ser resguardado, porque aunque “la democracia puede tener dificultades, aunque puede haber algunas falencias, es el mejor sistema. No se ha inventado ningún sistema mejor en toda la historia política mundial”.
“Siempre es mejor cuidarlo, esa es la actitud de la ciudadanía más consciente, más progresista, más lógica, más en armonía con los valores humanistas”, asevera.
Este domingo, en la capital de Brasil, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia, y el Supremo Tribunal Federal, en lo que muchos, incluido el Presidente de Chile, Gabriel Boric, han calificado como un grave ataque a la democracia.
Pablo Lacoste, académico del Doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago (Usach), explicó que lo que pasó en Brasil es una expresión más de algo que se viene dando hace varios años en Latinoamérica. De acuerdo al académico, en nuestra región “ha crecido una cultura de usar la violencia como instrumento de lucha por el poder”.
“Esto es algo muy peligroso, que hay que tratar de repudiarlo para volver a fortalecer a las instituciones democráticas, y los mecanismos pacíficos de solución de controversias”, agregó el académico.
De todas maneras, esta escalada de violencia se extiende más allá de nuestras fronteras. Con las imágenes de Brasil, muchos recordaron lo que ocurrió hace dos años en Estados Unidos, cuando seguidores del expresidente Donald Trump asaltaron el Capitolio.
“Acá hay una línea antidemocrática, fascistoide, de usar la violencia desconociendo las instituciones y la democracia. Lo tenemos en Donald Trump que nunca reconoció que perdió las elecciones, lo vemos en Bolsonaro que no quiso asistir a la entrega de los atributos presidenciales a Lula (…) Hay una línea, que estamos viendo, transversal, donde se valora la violencia como instrumento. Lo mismo en Colombia, en Perú, y en Chile”, asegura Lacoste.
Luego de los graves hechos registrados en Brasilia, alrededor de 1.200 bolsonaristas fueron llevados desde un campamento que instalaron frente al Cuartel General del Ejército, hasta las oficinas de la Policía Federal de Brasil. De acuerdo a las autoridades, el objetivo de esta acción fue identificarlos, para luego establecer si es que participaron en los hechos de violencia del domingo.
“Lula está haciendo lo que corresponde, meter preso a todos los golpistas, y ojalá que sean juzgados y condenados, y que nadie los indulte, que no caigamos en ese tipo de políticas que facilitan que vuelva otra vez a producirse la violencia”, dice Lacoste.
“Da la sensación de que Lula está muy bien orientado y está haciendo lo que hay que hacer”, agrega.
El académico de la Usach además reflexiona respecto al futuro de la democracia. A su juicio, este sistema político debe ser resguardado, porque aunque “la democracia puede tener dificultades, aunque puede haber algunas falencias, es el mejor sistema. No se ha inventado ningún sistema mejor en toda la historia política mundial”.
“Siempre es mejor cuidarlo, esa es la actitud de la ciudadanía más consciente, más progresista, más lógica, más en armonía con los valores humanistas”, asevera.
Este domingo, en la capital de Brasil, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia, y el Supremo Tribunal Federal, en lo que muchos, incluido el Presidente de Chile, Gabriel Boric, han calificado como un grave ataque a la democracia.
Pablo Lacoste, académico del Doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago (Usach), explicó que lo que pasó en Brasil es una expresión más de algo que se viene dando hace varios años en Latinoamérica. De acuerdo al académico, en nuestra región “ha crecido una cultura de usar la violencia como instrumento de lucha por el poder”.
“Esto es algo muy peligroso, que hay que tratar de repudiarlo para volver a fortalecer a las instituciones democráticas, y los mecanismos pacíficos de solución de controversias”, agregó el académico.
De todas maneras, esta escalada de violencia se extiende más allá de nuestras fronteras. Con las imágenes de Brasil, muchos recordaron lo que ocurrió hace dos años en Estados Unidos, cuando seguidores del expresidente Donald Trump asaltaron el Capitolio.
“Acá hay una línea antidemocrática, fascistoide, de usar la violencia desconociendo las instituciones y la democracia. Lo tenemos en Donald Trump que nunca reconoció que perdió las elecciones, lo vemos en Bolsonaro que no quiso asistir a la entrega de los atributos presidenciales a Lula (…) Hay una línea, que estamos viendo, transversal, donde se valora la violencia como instrumento. Lo mismo en Colombia, en Perú, y en Chile”, asegura Lacoste.
Luego de los graves hechos registrados en Brasilia, alrededor de 1.200 bolsonaristas fueron llevados desde un campamento que instalaron frente al Cuartel General del Ejército, hasta las oficinas de la Policía Federal de Brasil. De acuerdo a las autoridades, el objetivo de esta acción fue identificarlos, para luego establecer si es que participaron en los hechos de violencia del domingo.
“Lula está haciendo lo que corresponde, meter preso a todos los golpistas, y ojalá que sean juzgados y condenados, y que nadie los indulte, que no caigamos en ese tipo de políticas que facilitan que vuelva otra vez a producirse la violencia”, dice Lacoste.
“Da la sensación de que Lula está muy bien orientado y está haciendo lo que hay que hacer”, agrega.
El académico de la Usach además reflexiona respecto al futuro de la democracia. A su juicio, este sistema político debe ser resguardado, porque aunque “la democracia puede tener dificultades, aunque puede haber algunas falencias, es el mejor sistema. No se ha inventado ningún sistema mejor en toda la historia política mundial”.
“Siempre es mejor cuidarlo, esa es la actitud de la ciudadanía más consciente, más progresista, más lógica, más en armonía con los valores humanistas”, asevera.
