Emir Sader sobre seguridad pública: "Hay que convencer también a la gente de la vía pacífica de convivencia democrática"

Abordando el escenario político de Chile, el politólogo brasileño percibió una izquierda dividida y echó en menos la gestación de una nueva generación política a partir del estallido social.

Abordando el escenario político de Chile, el politólogo brasileño percibió una izquierda dividida y echó en menos la gestación de una nueva generación política a partir del estallido social.

En el marco de su participación en la primera Feria Internacional del Libro y las Ciencias Sociales de la comuna de Recoleta, donde presentó el libro “Historia Contemporánea de América Latina y el Caribe”, el filósofo y politólogo brasileño, Emir Sader, conversó con el director de Radio y Diario Universidad de Chile, Patricio López, para abordar los desafíos vigentes de las fuerzas progresistas en la región y en el mundo.

Es así que Sader identificó el enfrentamiento del neoliberalismo versus el anti neoliberalismo como la principal disputa entre las fuerzas progresistas y conservadoras. Y en ese sentido, aseguró que “América Latina se ha vuelto el epicentro del combate más importante en el mundo, sea en la resistencia, sea en la construcción de alternativas”. 

“América Latina se ha vuelto en este siglo la región que tiene más gobiernos antineoliberales”, adujo, relevando que “los grandes líderes de izquierda en el mundo son latinoamericanos porque han liderado gobiernos antineoliberales”.

“Sabemos la cronología que comienza con Chávez, Lula, Nestor, Cristina, Rafael Correa, a quienes se han sumado más recientemente Petro, López Obrador, etc”, añadió.

Ahora bien, afirmó que en ese contexto “nos toca la capacidad de coordinarnos como políticas para poder construir alternativas” y en ello vio como una propuesta la idea de crear una moneda común sudamericana.

“Yo conversé con Alberto Fernández que dice que podría ser una manera de Argentina de salirse de la hiperinflación; hablé con Rafael Correa en Ecuador y podría salirse de la dolarización, es una primera propuesta pero tenemos que entrar derechamente en ese marco de coordinación política, económica y social”, señaló.

Bajo esa consideración, Sader advirtió que “no está formulado todavía lo que es la superación del neoliberalismo”. 

“Yo conversaba ayer en Chile con el alcalde de Recoleta y otra gente de que hay que hacer un seminario. No es que los intelectuales van a resolver, pero hay que recordar esa vieja frase de Lenin: “sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria”; sin teorizar lo que vamos a hacer difícil que nuestra práctica vaya a una dirección positiva, correcta. Eso hay que hacer”, indicó.

Para esos efectos, el politólogo vio una dificultad en la probable derrota de la izquierda argentina en los comicios próximos. “Es difícil que pueda ganar dividido el peronismo, una alternativa de izquierda en la elección de octubre, no es fácil. Un país con más de 100% de inflación al año es un plato lleno para los medios atacar todo el tiempo al Gobierno, aprovecharse del sufrimiento de la gente”.

Adicionalmente reparó en que existe una “izquierda dividida en países como Argentina, Ecuador, Bolivia también y de alguna manera, sin entrar mucho a opinar sobre Chile, Chile también”.

“La ventaja de Brasil es tener un líder que logró unificar a todos los que son anti bolsonaristas, eso ya le da una fuerza importante a Brasil en ese proceso”, acotó.

Respecto a cómo deben actuar las izquierdas sobre aquellas agendas que intenta construir la derecha -sobre la base de la seguridad pública, la delincuencia y la migración como una amenaza- Sader echó en falta el desarrollo de una discusión. “Hay que confesar que no tenemos una política democrática de seguridad pública”, advirtió.

“La seguridad pública supone incluso represión -no es la única dimensión, pero incluso aquello- y eso supone entre muchas cosas, una policía en que se pueda confiar. No solo no exacerbadamente violenta, sino que una policía que no sea corrompida, no sea penetrada por el narcotráfico, por la corrupción, etc. Solo eso ya es importante”, sostuvo.

Y añadió que “la seguridad pública no se impone solo por el convencimiento, hay que también convencer a la gente de la vía pacífica de convivencia democrática, que son muy superiores a los intentos de resolución violenta de los conflictos”.

Respecto a las agendas donde ve avances, el politólogo apuntó al tema del aborto. “Uruguay y Portugal implementaron una política de legalización del aborto que funciona muy bien, incluso respecto al narcotráfico, la legalización del consumo de drogas livianas funciona bien en Uruguay, en Portugal. Hay que difundirlo mejor”.

Ahora bien, acotó que “el debate más importante se da a nivel de la opinión pública, la cultura, los valores”.

En lo relativo al desafío que radica en la concentración de los medios de comunicación en manos de quienes se oponen a las transformaciones, el filósofo reconoció que pese a la victoria política que deriva en un triunfo ideológico del progresismo, aún “nos mantenemos a la defensiva”.

“Por ejemplo, en Brasil ganó Lula porque probó que su gobierno fue mucho mejor que el gobierno de Bolsonaro, pero los temas ideológicos siguen siendo manejados por los medios: aborto, drogas, Estado”, señaló. 

Además, indicó que “no estamos cualificados con instrumentos para llegar a la gente como los medios tradicionales llegan y ahí es donde hay una avasalladora campaña sobre temas, sobre todo liberales, neoliberales. La descalificación del Estado es fundamental para ellos”.

En otra arista, Sader abordó el fenómeno de la elitización de los partidos de izquierda -en términos de su desconexión sobre las necesidades de la ciudadanía- exhortando a abocarse “en las necesidades de vida de la gente, de hambre, de miseria y desempleo”.

“Nuestras sociedades saben que la dificultad de la gente es sobrevivir. En Brasil hay millones de personas trabajando precariamente sin garantías mínimas de derechos. Sin eso no hay condiciones de implementar otros derechos que son importantes; ecológicos, feministas, etc. Pero yo sigo pensando que lo determinante es atender la necesidad de sobrevivencia de la masa de la población latinoamericana”, señaló.

Consultado por su opinión sobre la administración de Gabriel Boric, el politólogo dijo percibir un pesimismo en la sociedad chilena luego de haber amainado el estallido social.

“Siento desaliento, desazón, pero lo que más me llama la atención negativamente es que Chile tuvo el 2019 una de sus más grandes manifestaciones de su historia (…) Y eso no ha generado una nueva generación de dirigentes políticos”.

“Dónde está esa gente, dónde podemos retomar esa continuidad para poder generar una nueva generación de líderes” cuestionó, declarando que “me sumo a la decepción que siente la gran mayoría”.





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