Este lunes 1 de mayo es la conmemoración del Día Internacional del Trabajador y Trabajadora, una fecha marcada por la historia de distintas luchas obreras y campesinas por la búsqueda de mejores condiciones salariales y laborales. Así lo afirmó Myriam Barahona, presidenta y dirigenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Funcionarios de la Universidad de Chile (FENAFUCH), agrupación que releva este día como una jornada para reflexionar en torno a los múltiples desafíos que enfrentan los trabajadores y trabajadoras.
Según destacó la presidenta del gremio “Chile ha sido un país muy golpeado desde el tiempo de cuando se iniciaron los primeros sindicatos en La Pampa, con Luis Emilio Recabarren. Efectivamente, nosotros lo miramos como una conmemoración para poder lograr las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras, algo que siempre ha sido con movilización y, lamentablemente, muchas veces ha sido con muerte”.
Es así como la FENAFUCH reconoce distintas problemáticas que afectan de manera específica a las mujeres trabajadoras, una situación que se ha profundizado en el último tiempo tras la pandemia.
En esa línea, Barahona comentó que “muchas trabajadoras quedaron sin trabajo en el tiempo de la pandemia y tuvieron que volver a sus casas para hacer cuidado de los hijos y de las hijas. Muchas veces también, por otro lado, fueron el sostén de la casa. Hay estudios que señalan que la mayoría de las mujeres son jefas de hogar”.
Este fenómeno no es algo nuevo, sino una profundización de las condiciones que ya existían. Así lo planteó la directora de la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN) de la Universidad de Chile, Carmen Andrade, quien reconocó un agravamiento de las condiciones de la trabajadoras producto del teletrabajo.
“Una de las cosas que muestran las cifras y las encuestas es que las mujeres trabajan más de cinco horas diarias. Además, se lo dedican a tareas de cuidado, algo que, en el caso de los hombres, son un poco más de dos horas“, apuntó.
De acuerdo a Andrade, esto se explica en gran medida a que el mundo del trabajo es uno de los ámbitos donde se expresan con más fuerza las desigualdades y las discriminaciones de género. “Si bien ha habido un aumento creciente en la participación laboral de las mujeres en las últimas décadas en más de diez puntos porcentuales, lo que no ha mejorado significativamente son las condiciones laborales. Entonces, hoy día las mujeres siguen participando menos en el mercado laboral que los hombres”, lamentó.
Corresponsabilidad y la brecha de género
Históricamente, la brecha salarial ha sido uno de los puntos más discutidos dentro del debate por la mejora de las condiciones laborales para las mujeres. Pese a esto, sigue siendo un tema complejo. Así lo reconoció la académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, Isabel Castillo, quien abordó la persistencia de esta brecha en una multiplicidad de factores y destacó cómo actualmente hay una gran cantidad de mujeres trabajadoras en el ámbito informal que, en general, tiene menos remuneraciones.
En esa línea, afirmó que “es algo que tiene múltiples causas y estos temas hay que verlos de manera bien sistémica. Por ejemplo, el tema de los cuidados no está separado del tema de la brecha. No son cosas distintas, uno es en parte consecuencia del otro”.
En el último tiempo, distintas organizaciones feministas han hecho el llamado a desarrollar políticas de corresponsabilidad. Este término, para Andrade, va más allá de la discusión sobre quién se hace cargo del cuidado de niñas y niños.
“Algunas personas creen que hasta ahí queremos llegar, redistribuir las tareas de manera que haya co-parentalidad. Nosotras queremos ir más allá, queremos la corresponsabilidad social. Queremos que el Estado cuide, que las instituciones cuiden (…) Eso llamamos corresponsabilidad social”, planteó la directora de Igualdad de Género.
Este tema resulta fundamental, considerando que, incluso, leyes como la Ley de Sala Cuna no han sido capaces de lograr dicha corresponsabilidad. Al respecto, la profesora Castillo puso el foco en los vacíos legales que muchas empresas aprovechan e impiden que la ley cumpla su propósito, destacano que “la ley indica que las empresas tienen que proveer sala cuna si tienen más de 20 trabajadoras. Eso ha sido una dificultad porque muchas veces hace que las empresas contraten 19 personas. También esta ley no aplica a empresas de menor tamaño”.
Al ser el cuidado de hijos e hijas una de las grandes dificultades que se enfrentan en el entorno laboral, distintas expertas han apuntado al desarrollo de una ley de sala cuna universal a la que se pueda acceder, independiente del número de trabajadores de la empresa y que puedan acceder también padres y no solo las madres. “En el fondo, la idea de redistribuir los cuidados y que haya mayor corresponsabilidad”, expresó Castillo.