Diputado Luis Cuello (PC): “Es una deuda pendiente, pero no vamos a reabrir la discusión constituyente”

El parlamentario aseguró que la discusión hoy debe enfocarse en las reformas propuestas por el Gobierno. Además, planteó la reactivación del movimiento social para dar fuerza a las demandas.

El parlamentario aseguró que la discusión hoy debe enfocarse en las reformas propuestas por el Gobierno. Además, planteó la reactivación del movimiento social para dar fuerza a las demandas.

La victoria del “En Contra” en el último plebiscito fue el punto final para 4 años de proceso constitucional. Lo que inició durante el Estallido Social, derivó en dos propuestas que fueron rechazadas por la ciudadanía. El diputado del Partido Comunista, Luis Cuello, en conversación con Radio Diario Universidad de Chile, reafirmó la necesidad de contar con una Constitución escrita en democracia, pero reconoció que por los próximos años no se insistirá en ello.

Tras el fracaso del proceso constituyente, el desafío inmediato de acuerdo al parlamentario, y por los próximos dos años de Gobierno de Gabriel Boric, es avanzar en las reformas propuestas. La Reforma Previsional y el Pacto Fiscal son las prioridades, según Cuello, para lograr avanzar en políticas sociales que urgen en Chile.

¿Qué consecuencias políticas trae el resultado del último plebiscito?

La derecha ha planteado una interpretación muy curiosa, respecto de que se habría consolidado la Constitución del 80. Eso no es así. Aquí se rechazó un texto ultraconservador que significaba un severo riesgo de pérdida de derechos sociales. La primera consecuencia es que las ideas ultraconservadoras fueron castigadas por la ciudadanía. Esto permite al Gobierno y a los sectores progresistas a que retomen la iniciativa en función de arribar a reformar que mejoren la vida de las personas. En ese contexto político, tenemos que hacer un esfuerzo como oficialismo para avanzar lo antes posibles en cambios que permitan otorgar más justicia social.

¿Qué opina respecto a la postura del gobierno de dar por cerrado el proceso constitucional y apuntar la discusión hacia las reformas propuestas?

Es lo correcto. Tenemos que hacer una evaluación muy objetiva de cuáles son las condiciones hoy en día. No existen condiciones para reabrir un nuevo proceso constituyente. Se cerró un ciclo, tenemos dos años de gobierno, por lo tanto debemos destinar todas nuestras energías a avanzar a cambios que traigan mayor justicia social. Dar respuesta a las necesidades de la gente que son bastante acuciantes. 

¿Queda legitimada la Constitución del 80 tras el plebiscito? 

De ninguna manera. La Constitución del 80 tiene un vicio de ilegitimidad de origen, que no ha sido saneado por ninguna reforma. No hemos sido capaces de superar ese texto y contar con uno realmente legítimo. Tiene reformas que han abierto espacios, no se puede negar. 

Más allá de que el actual Gobierno dé por cerrado el proceso, pensando a largo plazo; ¿Qué pasa con la demanda de “una constitución nacida en democracia”?

Es una deuda que queda pendiente hasta nuevo aviso. Por lo pronto, nuestro compromiso es que durante este período de gobierno, es que no vamos a reabrir la discusión constituyente. Queda entregado al futuro y al surgimiento de factores y condiciones políticas que hoy no existen. Como comunistas, siempre hemos planteado la necesidad de contar con una constitución nacida en democracia. Una constitución que reconozca a los trabajadores, que reconozca y garantice derechos sociales, un principio que seguimos manteniendo.

¿Cuáles deberían ser las prioridades del Gobierno respecto a las reformas? ¿En cuáles debería ejercer mayor presión?

Al menos la reforma previsional y el pacto fiscal. Son dos reformas que van de la mano. Un componente importante de la reforma previsional es el de aumentar la pensión garantizada universal a 2500.000 pesos. Eso se consigue con más recursos. El pacto fiscal permite financiar otras medidas de política social. 

¿Considera que el Gobierno debe hacer cambio de gabinete para impulsar la agenda actual?

Creo que es un debate completamente secundario. A mi juicio, son cosas que nos distraen de lo principal. Acá se trata de priorizar y poner la energía en ciertas urgencias. Hoy requiere que nos concentremos en avanzar en las reformas. Toda esa discusión no contribuye al objetivo.

¿Cómo evalúa el apoyo  desde el mundo social al Gobierno de Gabriel Boric?

Tenemos que hacer una evaluación realista. Desde luego que ha existido un decaimiento del movimiento social. Tiene que ver con que en definitiva los actores sociales no tienen el mismo despliegue que hace dos o tres años atrás. Un desafío para nosotros como fuerzas políticas de izquierda es contribuir a una reactivación del movimiento social. Justamente para sustentar y darle fuerza a las necesidades de transformaciones que aún están pendientes en Chile.

Llegando a los dos años de Gobierno de Gabriel Boric, ¿Cuál sería la evaluación? ¿Cuáles son los desafíos de cara a la segunda mitad de su período?

Creo que ha sido un gobierno que ha enfrentado numerosas dificultades. Ha enfrentado a una oposición obstruccionista, que le ha negado la sal y el agua al pueblo chileno. Pese a ello, ha sido un gobierno que ha logrado avances importantes. Elevar el sueldo mínimo, convertir en ley las 40 horas, lograr aprobar un Royalty a la minería en condiciones desventajosas en el Congreso Nacional. En estos dos años que restan, además de las reformas que están pendientes, también pondría acento en cambiarle la cara a las regiones. Atender problemas de las regiones de Chile. Por ejemplo, en materia de transporte regional.

Foto: Aton




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