Japón conmemoró ayer el 69° aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima, en una ceremonia en momentos que el país está dividido por la reciente decisión del gabinete del primer ministro Shinzo Abe de permitir que las fuerzas militares japonesas defiendan otros países y tengan un mayor papel en el extranjero.
Unas 45.000 personas guardaron un minuto de silencio durante la ceremonia efectuada en el Parque de la Paz de Hiroshima, cerca del epicentro del bombardeo de 1945 que dejó unos 140.000 muertos. El ataque nuclear contra Nagasaki, tres días después, provocó 70.000 muertes y llevó a la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El número de sobrevivientes, conocidos como “hibakusha”, era de poco más de 190.000 este año. Su edad promedio es 79 y muchos de los asistentes a la ceremonia eran sus descendientes y familiares. Funcionarios de Hiroshima dijeron que 5.507 sobrevivientes murieron en el último año.