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Especial natalicio Violeta Parra:

Cuatro huellas de la música de Violeta Parra

A 99 años del nacimiento de Violeta Parra, su trabajo continúa influenciando a generaciones de músicos nacionales. Por ello, cuatro artistas se refirieron a la obra de la autora de "Gracias a la vida".

Abril Becerra

  Martes 4 de octubre 2016 9:38 hrs. 
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Pascuala Ilabaca

Violeta Parra hizo que el folclor chileno me emocionara y, teniendo la obra de Violeta como primer referente de tradición, me inició en el folclor desde un lugar libre, personal, directo y abierto creativamente. Por otra parte, la diversidad de sus temas es fundamental. Violeta nos enseña una mujer tímida y comunicativa, rabiosa y lúdica, simple y compleja, romántica y política, divina y profana. Todos somos locos y cuerdos, malos y buenos. Este es el mensaje más poderoso que nos deja plasmado en dos canciones tan opuestas y coherentes como Gracias a la vida y Maldigo del alto cielo.

Angelo Pierattini

Violeta Parra es el origen, la sangre y la fractura de nuestros sonidos y letras.

Isamel Oddó

Violeta Parra es una figura ineludible de nuestro universo artístico nacional. Desde su muerte, el tiempo le ha hecho justicia a su obra, no sin la difusión necesarias de quienes la han cantado y han mostrado ese verdadero caudal creativo que trasciende su propio tiempo y circunstancia.

Más personalmente, desde que tengo uso de conciencia y razón, podría decir que su imagen, antes que su voz, se adjunta al conjunto de fotografías pegadas sobre la pared del living de nuestro departamento en Colombes, Francia.

Con el tiempo, esa foto donde aparecía ella guitarra en mano mirando hacia la cámara y haciéndose cómplice del objetivo, adquirió una voz, muchas canciones y varias historias y vivencias de mi familia que mi padre Willy Oddó atesoraba.

Gracias a esos relatos y al escuchar sus canciones, entendí el profundo impacto que ella y su obra dejaron en nuestra cultura: un camino con orígenes campesinos donde la búsqueda de la identidad tomaron forma en la recopilación de textos y melodías transmitidas oralmente, donde ingenio, veracidad y poesía son bordados sin artificios, donde el alma sensible canta su desgarro y se arroja más allá de consideraciones estilísticas. Violeta muestra en su minimalismo un Chile humilde, indignado y existencialista.

Desde ese lugar, mi padre encausó su motivación para  cantar. Y me permito hacer extensiva esta influencia en todos y todas quienes surgieron posteriormente en la canción con sentido llamada NCCA y en quienes se han reconocido como portadores de esa herencia cultural mayor como es Violeta Parra.

Por mi parte, me siento como aprendiz cuando de Violeta Parra se trata. No dejo de asombrarme con elementos propios de su música que en este intento torpe por acercarme pueden parecer como lugares comunes: la manera de descomponer los versos, la repetición aparentemente simétrica de las estrofas, la colocación de la voz según lo que está cantando, el uso de intervalos paralelos pasando por alto la armadura, la síntesis del pensar y la agudeza del sentir en su escritura, la porfía por sobre la auto complacencia en su incomprendida búsqueda y una lista larga de etc.

Creo que muy valioso y variado el trabajo de los/las colegas cultores del legado de Violeta Parra. Es a estas Violetas y estos Víctores a quienes debemos escuchar para que el espíritu y consciencia colectivos desplacen los pasatiempos de nuestra época que nos aturden con necesidades vacuas.

Evelyn Cornejo

Yo partí mi vida musical cantando en las micros y mercados de la Región del Maule. Mi repertorio eran canciones de Víctor Jara, Violeta Parra, Amparo Ochoa y del folclor Latinoamericano. Las primeras composiciones las hice en esa época, así que de cierto modo, influenciada diariamente de sus melodías, poesía y música, fue que yo aprendí a hacer canciones.

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