La ceremonia, a la que asistieron personalidades negras como el rapero T.I. o el comediante Kevin Hart, comenzó con una conmovedora interpretación de “Amazing Grace” después de que el alcalde de Minneapolis se arrodillara llorando ante el ataúd. Hubo un período de silencio de 8 minutos y 46 segundos, el tiempo durante el cual el policía Derek Chauvin permaneció arrodillado en el cuello de George Floyd a pesar de sus súplicas. El hermano del fallecido, Philonise Floyd, habló entre aplausos y denunció la “pandemia de racismo y discriminación”.
El reverendo Al Sharpton, una figura destacada del movimiento de los derechos civiles, pronunció un elogio fúnebre muy político: “George Floyd no debería estar entre los muertos. No murió de un problema de salud común. Murió por un mal funcionamiento de la justicia criminal de Estados Unidos”, dijo, al considerar la rodilla que aplastó el cuello de Floyd como un símbolo de la opresión de los afroestadounidenses.
“Su rodilla en nuestro cuello”
“La historia de George Floyd es la historia de los negros. Porque desde hace 401 años, la razón por la que nunca pudimos ser lo que queríamos ser, ¡es porque tenían su rodilla en nuestro cuello! Éramos demasiado listos para esas escuelas infradotadas a las que nos enviaron, ¡pero tenían su rodilla en nuestro cuello! Aun cuando dirigíamos empresas, ¡tenían su rodilla en nuestro cuello! Lo que le pasó a Floyd ocurre todos los días en este país, en la educación, en la salud y en todos los aspectos de la vida estadounidense. Es hora de que nos levantemos en honor a George y digamos: ‘Quiten sus rodillas de nuestro cuello'”, proclamó el reverendo, llamando a la policía a rendir cuentas.
A Donald Trump, que hizo evacuar los alrededores de la Casa Blanca el lunes por la noche para posar frente a una iglesia con una Biblia en la mano, el pastor de 65 años le aconsejó “abrir la Biblia”. “Estoy predicando desde niño, y nunca he visto a nadie sostener una Biblia así, pero dejémoslo ahí”, dijo. Los mensajes del reverendo fueron entendidos por los manifestantes, que al mismo tiempo se encontraban en el mausoleo improvisado erigido en el lugar donde George Floyd fue asesinado.