Lo cierto es que al no especificar el motivo de una petición tan inusual, el gobierno central chino deja abierto el camino a las especulaciones. Sin embargo, con su advertencia, también intenta anticiparse a un eventual empeoramiento de la situación, si se vuelve a producir una expansión de los brotes de COVID19 detectados en el país en las últimas semanas.
La población china lo tiene más que claro y está en la memoria de todas y todos: la terrible situación producida al estallar la pandemia, a principios del 2020 cuando, con la gente muriendo en las calles, los canales de distribución de alimentos se vieron interrumpidos parcial o totalmente por la aplicación de cuarentenas en numerosas regiones del país y el bloqueo de muchas carreteras.
Las autoridades chinas, además, han pedido a los supermercados, comercios y cadenas de suministro facilitar el abastecimiento de alimentos, la producción agrícola de los mismos y cuidar las reservas de carne y verduras, manteniendo los precios del productor al consumidor.
El lunes, uno de los portavoces de la Comisión Nacional de Sanidad, Mi Feng, calificó la actual situación como “grave y compleja”, con una “alta proporción de casos graves” entre los pacientes diagnosticados con COVID-19. Según Mi Feng, los contagios están aumentando vertiginosamente, afectando especialmente a las personas mayores de 60 años.
El martes, cuando el Ministerio de Comercio publicó su anuncio sin dar una razón específica, lo hizo ya en medio de confinamientos debido a los mencionados nuevos brotes de coronavirus, aunque las precauciones también tienen que ver con las inusuales lluvias monzónicas que han dañado cultivos y generado preocupación acerca del suministro de verduras, esenciales en la dieta de los chinos.
Enfrentado a este dilema, Pekín ha decidido restringir la entrada de personas procedentes de ciudades donde se han presentado rebrotes, decretando, asimismo, el inmediato cierre de bares, restaurantes y otros “locales de ocio” (como les llaman) en algunos distritos. En otras ciudades, como Lanzhou, Ejin y Heihe, han tomado la difícil decisión de volver al confinamiento para atajar de modo efectivo la oleada de casos.
En las últimas 24 horas, se han detectado en China 71 nuevos positivos, de los cuales 54 se han producido por contagio local y 17 provienen del extranjero. Además, se han registrado 13 casos asintomáticos, pero hay que señalar que la Comisión Nacional de Sanidad no los computa como positivos a menos que manifiesten síntomas. En lo que va de esta nueva ola pandémica, ya se han infectado en China un total de 97.314 personas, de las cuales 91.766 han logrado recuperarse, mientras que 4.636 han fallecido. En total, por ahora, 912 personas se mantienen con la infección activa.
The Economic Daily, un periódico respaldado por el Partido Comunista chino, instó a sus lectores a no alarmarse, diciendo que el mensaje del gobierno tenía como objetivo asegurarse de que los hogares estuvieran preparados en caso de que se anunciara un confinamiento en su área, mientras los medios estatales buscaban calmar los ánimos, en medio de reportes de que las personas estaban saliendo a hacer compras motivadas por el pánico.
Como para tenerlo en cuenta en medio de nuestra perdida noción de riesgo mortal que implica el virus de ojos rasgados.
(RFI-REUTERS/ Thomas Peter)