Este miércoles 28 de septiembre por la tarde, en las calles de la siempre bella Praga bañada esta vez por el sol otoñal, se produjo una nueva y masiva protesta a favor de un acercamiento con Rusia y contra el gobierno de la República Checa, la Unión Europa y la OTAN, según informa desde ese país centroeuropeo el corresponsal de la agencia española de noticias EFE, Martin Divisek.
Las miles de personas que participaron portando las vistosas banderas nacionales en este masivo y efervescente acto de protesta, militantes de izquierda pero también declaradamente miembros de derecha nacionalista, se han manifestado una vez más en contra del apoyo militar que entregó el gobierno conservador del primer ministro Petr Fiala a Ucrania y para reclamar la salida del país de la Unión Europea (UE) y de la OTAN, así como por el restablecimiento de las históricamente cercanas relaciones entre Praga y Moscú.
Fueron ahora decenas de miles de personas -según ha informado la policía- las que participaron en la principal protesta, que ha tenido lugar en la Plaza Wenceslao de Praga bajo el eslogan “Chequia está primero”. La manifestación ha sido convocada por un grupo que se autodefine como ciudadanos sin afiliación política que rechazan las sanciones económicas al Kremlin por haber invadido la vecina Ucrania y abogan por una salida del país de organizaciones internacionales.
Durante las marchas en diversas ciudades checas, así como en la capital, también se ha pedido la dimisión de la coalición liberal-conservadora del primer ministro, Petr Fiala, por su gestión de la crisis energética, pidiendo firmar acuerdos comerciales con Rusia que garanticen el suministro de gas a bajo precio. Ya a principios de septiembre una protesta similar reunió a 70.000 personas en Praga. En aquella ocasión, Fiala dijo que la marcha estaba organizada por fuerzas “de orientación pro rusa” a las que calificó de “cercanas al extremismo y contrarias a los intereses de la República Checa”.
La emisora pública nacional, Radio Praga, ha informado por su parte acerca de la masividad de esta manifestación que, a la protesta contra la coalición conservadora-liberal del primer ministro Fiala, une la exigencia para que -ante la cercana perspectiva del próximo otoño-invierno en Europa- se firme rápidamente un acuerdo con Rusia que pueda garantizar el suministro de gas a bajo precio a la República Checa.
El gobierno checo, que ocupa este semestre la presidencia del turno de la Unión Europea en representación de su país, ha concedido visados a unos 410 mil ucranianos que han huido de la guerra, de los que más de 100 mil están ya integrados al mercado laboral, según indicó a principios de septiembre el primer ministro Fiala ante el Parlamento durante una moción de censura a su Gobierno que no prosperó.
Además, el país se cuenta entre aquellos de la UE que más armas ha estado enviando a Ucrania desde comienzos del conflicto para su defensa de la invasión rusa. Además de las sanciones diplomáticas para representantes del Estado ruso y oligarcas de esa nacionalidad, la República Checa fue el primer país europeo que dejó de conceder visados a ciudadanos rusos al día siguiente del comienzo del ataque a Ucrania, el pasado 24 de febrero, una medida que sigue en vigor y que se ha extendido después a los ciudadanos de Bielorussia.