Este viernes 24 de febrero se cumple un año desde el inicio de la guerra en Ucrania, un conflicto que ha cobrado miles de vidas, que provocó un desplazamiento importante de ucranianos a otros países de Europa, y que además generó un regreso a la dinámica de la guerra fría.

Hace casi 365 días, los expertos pronosticaron que sería un conflicto de corta duración, que seguiría el mismo guion de la anexión de Crimea en 2014, esto porque no se contaba con el gran respaldo de los países de la OTAN en favor de Ucrania. Así lo explica Mladen Yopo, analista internacional e investigador del Programa de Política Global de la Universidad SEK.

“La OTAN, que era un organismo zombie, vio la posibilidad de que Rusia comenzará a actuar en áreas que son parte de ella, como es el caso de Polonia. En esa perspectiva, actuó con mucha fuerza en apoyo a Ucrania, le entregó armamento, capacidades estratégicas y de formación. En definitiva, la ha mantenido en un primer nivel”, dice Yopo.

Respecto al momento actual de la guerra, el analista señala que: “Es bastante delicado. Se calcula que han muerto 280 mil soldados, miles de civiles, destrucción masiva, crisis económica internacional, carrera armamentista, un retorno a la guerra fría, es decir, no solo ha generado una crisis humanitaria en Ucrania y Rusia, sino que a nivel internacional ha reforzado las peores tendencias que vimos en el siglo XX”, afirma Yopo.

Según el analista “hay una guerra a la que no se le ve un fin próximo”, opinión compartida por el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda. 

De acuerdo al experto, lo que está ocurriendo en este momento es una suerte de estancamiento del conflicto. Desde la primavera europea, época en que Ucrania protagonizó una contraofensiva, no ha habido movimientos significativos.

“Diría que la situación después de septiembre, octubre, no ha tenido un gran cambio. Ciertamente el foco está puesto en los contactos que hay entre las partes para tratar de llegar a un acuerdo”, asegura el experto.

De todas maneras, Aranda no descarta que Rusia “vuelva a subir la apuesta”.

“En la medida en que Putin se sienta fragilizado en su posición interior, va a intentar sacar ventaja en su frente externo, en este conflicto que hay con Ucrania. Así que no se puede descartar que la prolongación tenga momentos de mucha intensidad, y que pueda venir otra arremetida”, indica el académico.

Por su parte, el periodista y sociólogo argentino Jorge Elbaum, ve dos escenarios posibles. Que el conflicto dure un año más, o que “sea una guerra mucho más larga, con características de combate bélico estratégico, y que no se mueva mucho”, opina.

En cuanto a los factores que complican a los dos bandos, Elbaum señala que las principales debilidades de Ucrania son su dificultad para sumar tropas, su desventaja desde la perspectiva del armamento, y el hecho de que “está peleando con la primera potencia mundial en términos nucleares”.

En tanto, lo que dificulta las cosas para los rusos es el actuar de “los medios de comunicación dominados por occidente”. Según Elbaum, estos “elaboran un relato que no coincide con la realidad, pero que convence a una parte de la ciudadanía occidental de que Rusia está debilitada”.

En todo caso, lo que  descarta es una grave afectación con las sanciones económicas impuestas por Ucrania y sus aliados.

“Pensaron que los paquetes de sanciones iban a obligar a Rusia a sentarse a una mesa de negociación, pero esto no ha sucedido”, dice Elbaum. 

Mladen Yopo, en cambio, considera que sí han sido muy significativas las sanciones en contra de Rusia: “El hecho de cortar a un país  del circuito de procesos productivos y financieros es un tema no menor. Rusia está sintiendo los efectos (…) se calcula que entre 500 mil y un millón de rusos han salido de su país producto de la guerra”, asevera el analista.

Otro punto en que discrepa con Elbaum, es en la posición en la que quedará Moscú después del conflicto. De acuerdo al periodista, a la larga, Rusia y su aliado China serán más poderosos que la Unión Europea y Estados Unidos. Yopo, en contraste, cree que el país liderado por Vladimir Putin saldrá debilitado después de la guerra.

“Rusia va a salir desmedrada. Se ha probado que la capacidad del ejército ruso no es la misma que usó o que de alguna forma fue valorada en Siria. Hoy día el ejército ruso es un ejército que ha sido mermado, que ha sido vilipendiado, incluso con su tecnología de punta. La contraparte está con tecnología intermedia, tampoco con piedras, pero en el fondo, con una tecnología menos avanzada”, asegura Yopo.

Finalmente, respecto al rol que ha jugado América Latina en el conflicto, los expertos concuerdan en que este es cada vez más preponderante. Gilberto Aranda explica que los europeos esperan más cooperación de parte de nuestra región, que sumistre al viejo continente de energía, y que se sume a las sanciones económicas en contra de Rusia.

“En las cancillerías de Europa no entienden por qué América Latina condena la invasión, pero al mismo tiempo se manifiesta en contra de las políticas de bloqueo”, cuenta.

“Europa está absolutamente comprometida con Ucrania, y lo preocupante es que pasa si por ahí aparece un cohete (…) La OTAN está suministrando a Ucrania de drones, material antiaéreo, y tecnología militar, pero sería bien delicado que se implicara ya de forma directa. Esa es una situación que  creo que nadie quiere verla”.