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En Hiroshima el G7 busca aumentar sanciones contra Rusia

La ciudad martirizada por la bomba atómica de Estados Unidos en 1945 acoge la cumbre del G-7, donde los líderes de los países desarrollados ampliarán sanciones contra Rusia y buscarán mecanismos para enfrentar la competencia económica de China.

Luis Hernán Schwaner

  Viernes 19 de mayo 2023 17:43 hrs. 
G 7 2023

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El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anfitrión de la reunión, es oriundo de Hiroshima, ciudad habitada por los terribles fantasmas de la guerra nuclear y monumentos dedicados a la paz. Realizar esta cumbre allí es un mensaje pleno de significado, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania. Además, encontrase en el Pacífico es también una muestra de unidad en una zona donde Estados Unidos ha centrado sus esfuerzos con la mirada puesta en China. La advertencia, nada sutil, pretende hacer evidente la necesidad de evitar una escalada nuclear, así como los riesgos que -de llegar a ocurrir- ésta conllevaría.

Además de los líderes de Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia y el Reino Unido, Kishida ha invitado a varios líderes del “Sur Global”, entre los que destacan los mandatarios de Brasil, India e Indonesia, y a los de otros países socios como Corea del Sur y Australia. La orden del día estará dominada por la guerra en Ucrania, según anunció el consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, quien aseguró que se discutirá sobre “el estado del campo de batalla” y “la ampliación y aplicación de las sanciones”.

Además, participará el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para pedir una vez más a las potencias que envíen aviones de combate para contrarrestar la invasión rusa. Su presencia se había anunciado previamente vía telemática, pero a última hora, el Secretario del Consejo de Seguridad ucraniano, Oleksiy Danílov, señaló que la importancia de los temas a tratar en la cita ameritaba la presencia de Zelenski en Hiroshima, especialmente después que los líderes del G7 reafirmaran su compromiso de ayudar a Kiev “el tiempo que sea necesario”.

El Grupo de los Siete busca aumentar las medidas de presión sobre Moscú, y una de sus principales preocupaciones es impedir que Rusia evada las sanciones ya aplicadas en su contra a través del comercio con terceros países, sobre todo China. En este sentido, se baraja la posibilidad de crear un mecanismo de vigilancia de intercambios de este tipo. Washington es partidario de imponer un veto casi total a las exportaciones hacia Rusia.

En tanto, una posición más mesurada ha mostrado la Unión Europea, que sugiere prohibir la venta de bienes de doble uso a empresas de terceros países si se estima  que acabarán vendiéndolos a Moscú. Por ahora está por verse si se logra consensuar medidas concretas o solo un mensaje disuasorio hacia países y empresas que permiten a Moscú mitigar el efecto de las sanciones, teniendo en cuenta que dentro del G-7 hay posturas divergentes sobre el tema, comenzando por el propio Japón, altamente dependiente de las importaciones energéticas procedentes de Rusia.

En cualquier caso, ya se han anunciado las nuevas medidas para continuar constriñendo la economía rusa y cortar el acceso de Moscú al sistema financiero internacional y “limitar sus ingresos energéticos y futuras capacidades de extracción”, según el comunicado emitido al respecto. Les asiste la convicción que de ese modo podrán truncar el financiamiento de la industria bélica moscovita, bloqueando la capacidad rusa de proseguir su guerra en Ucrania, Estas sanciones incluyen restricciones a las exportaciones de bienes “críticos para Rusia en el campo de batalla”, incluido el sector minero y el comercio de diamantes y empresas.

Además, cortar las vías de financiamiento de Moscú y su uso de productos y materiales que puedan emplearse en la industria militar, entre las que destacan restricciones a “nuevos sectores clave” como el de la construcción, el transporte y los negocios. Destacaron asimismo su voluntad de continuar reduciendo su dependencia de la energía rusa y de otras materias primas, y de reducir los ingresos que Rusia obtiene del comercio de diamantes, para lo cual “se cooperará con otros países claves” en este sector con vistas a aplicar “futuras medidas restrictivas”.

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