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Pascale Bonnefoy y las torturas en el Estadio Nacional: “Algunos niegan los crímenes, pero otros dicen ‘que bien lo que hicimos'”

La autora de "Terrorismo de Estadio" dio cuenta de cómo operó el campo de concentración y tortura que la dictadura militar instaló en el recinto deportivo, a propósito de la redición del libro enmarcada en la conmemoración de los 50 años del Golpe.

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  Miércoles 9 de agosto 2023 11:07 hrs. 
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El Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos (o simplemente Estadio Nacional) es el principal recinto deportivo de Chile, pero en tiempos de dictadura “fue convertido en un gran campo de concentración para la primera redada represiva inmediatamente después del Golpe Militar”. Así lo explicó la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de nuestra casa de estudios, la periodista y autora de “Terrorismo de Estadio”, Pascale Bonnefoy, en conversación con Radioanálisis.

“Terrorismo de Estadio. Prisioneros de guerra en un campo de deportes”, reúne la más completa investigación periodística sobre el recinto ñuñoíno cuando fue ocupado como el campo de detención de presos políticos a partir del Golpe de Estado de 1973. “Estamos hablando de que la noche anterior al 11 de septiembre ya habían viajado tropas (militares) a Santiago para habilitar ese estadio y el Estadio Chile, actual Estadio Víctor Jara”, expuso la autora de la obra.

La profesional especializada en periodismo de investigación dio cuenta de cómo el Golpe Militar y los hechos posteriores fueron organizados con meses de antelación. En cuanto a cómo las Fuerzas Armadas planearon la toma de diferentes recintos a lo largo del país para convertirlos en campos de concentración y tortura, Bonnefoy sostuvo que por supuesto los militares prepararon a las distintas ramas de las FF.AA. y a la Academia de Guerra. “A estudiantes les hicieron hacer juegos de guerra y planes de contingencia para un golpe (de Estado) que incluían, por supuesto, lugares de reclusión de prisioneros”, comentó.

En el Estadio Nacional “pasaron mujeres y hombres de todas las edades, niños, jóvenes, turistas, diplomáticos y delincuentes, porque en esa redada, que fue el gran filtro inicial de quién es quién, los militares aprovecharon de sacar de circulación a muchos de los delincuentes, de hecho tres de ellos fueron fusilados casi al tiro, quienes pararon ahí fueron sometidos a interrogatorios y torturas”. De acuerdo a la académica, en dicho recinto operaron todas las ramas de las FF.AA., la Policía de Investigaciones, más civiles que fueron parte del Frente Nacionalista Patria y Libertad y estudiantes de la Universidad Católica.

“La gente tiende a pensar que no pasó mucho porque fue corto el tiempo, porque no se sabe mucho y porque las imágenes que se conocen son de personas sentadas en graderías, pero no se sabía lo que pasaba al interior o en las noches”, destacó.

En ese sentido, la autora expuso que en este recinto operaron dos distintas estructuras respecto de los interrogatorios y las definiciones: Por un lado estaban las instituciones mencionadas recientemente y por otro estaban las fiscalías militares del Segundo Juzgado Militar de Santiago, que mandaron a sus fiscales y secretarios que también tomaban declaraciones.

“A veces llegaban a definiciones distintas porque el Segundo Juzgado llegaba a una decisión y la otra se tomaba en el Estado Mayor de la Defensa Nacional. Entonces, a través de la interrogación y tortura extraían información, la Policía de Investigaciones ya tenía carpetas y antecedentes de todo el mundo, por lo que aportaban con información de cada persona, más lo que podían extraer, más lo que se sabía, porque durante la UP mucha gente no escondía su militancia”, detalló.

Por otro lado, consultada por la resistencia que han generado las propuestas que buscan cambiar el nombre de las calles que aludan a violadores de derechos humanos y al dictador Augusto Pinochet, mientras que no hubo ninguna disputa cuando se decidió colocar la frase “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro” en uno de los sectores del Estadio Nacional, la profesora aludió al “contexto en que vivimos hoy en día”.

“Yo creo que hay una derecha o mucha gente que defendió a la dictadura militar que se sienten envalentonados por los triunfos electorales recientes, o sea es un hecho que ellos (la ultraderecha) están escribiendo la nueva Constitución de Chile. Creo que se sienten con la influencia del poder, o sea están marcando la agenda del Gobierno y se sienten con el poder de marcar las pautas para esta conmemoración de los 50 años (del Golpe de Estado)”, dijo.

“Además están relativizando, alguien me dijo ‘no están negando, están celebrando’, porque algunos niegan los crímenes y todo lo que pasó, pero otros dicen ‘que bien lo que hicimos’ “, concluyó Bonnefoy.

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