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Marilen Llancaqueo: “Hay que hacer un trabajo de sabuesa para ir articulando estas escrituras de mujeres en la historia”

La compiladora y editora del reciente libro "Zomo Wirin. Mujeres mapuche que escriben en prensa 1935-1968" destaca el rol de estudiantes, jóvenes, profesoras y dirigentas que “elaboraron poderosas reflexiones sobre su contingencia”.

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  Domingo 14 de enero 2024 18:11 hrs. 
Marilen Llancaqueo

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“Zomo Wirin. Mujeres mapuche que escriben en prensa 1935-1968” es el resultado de una investigación que busca visibilizar y poner en valor a estas voces femeninas considerando su legado escritural y pensamiento. “Pensamos en un nombre que fuera corto, en la lógica intercultural que sigue siendo tan necesaria en nuestro país” reflexiona Marilen Llancaqueo, editora del reciente libro publicado por Veranada Ediciones.

Herminia Aburto Colihueque, Laura Nahuelpan, Rosa Meli, Cecilia Manquel, Elvira Inalaf, Zoila Quintremil, Margarita Jaramillo Colompil, Margarita Rapiman, Guillermina Neculpan, María Rivas Mariqueo y Eliana Pichun Seguel son parte de esta compilación.

Estudiantes, profesoras y dirigentas que “elaboraron poderosas reflexiones sobre su contingencia”. Esto, en el marco de las diversas articulaciones sociales y políticas del movimiento mapuche en la primera mitad del siglo XX. “Es un archivo que está desarticulado, de alguna manera los materiales están…Sabíamos que las mujeres siempre han estado presentes en la historia, pero hay que hacer un trabajo de sabuesa para ir de uno a otro lugar, uniendo y articulando estas escrituras” relata Llancaqueo.

La inquietud nace a partir del libro Diarios Mapuche de Enrique Antileo y Claudio Alvarado Lincopi (2019). ¿Dónde están los textos de mujeres que buscaban disputar su espacio? ¿Cuáles fueron sus trayectorias? La también socia fundadora de Veranada Ediciones y dueña de Librería CRISIS, ambas en Valparaíso, reflexiona: “Entender que es parte de un movimiento también y lo más doloroso, siguiendo en la línea de lo sensible, es que de muchas de estas mujeres se pierde el rastro”.

“Se sabe cuando publican, cuando están estudiando en las escuelas normales, cuando son parte de orgánicas que ellas mismas conforman o en algún cargo de presidenta, secretaria, tesorera…Sin embargo, no se sabe donde murieron o la misma familia no conoce este pasado. Esto, cuando indagábamos que habían sido escritoras, activistas..” recuerda Marilen Llancaqueo.

Unas jóvenes  que “escribieron a contrapelo de su tiempo” y que, “de un modo u otro, agrietaron la hegemonía masculina”. ¿Cómo se llegó a estos escritos? Indagando en distintos soportes escritos de la época: prensa mapuche, diarios sureños, boletines de organizaciones y periódicos de estudiantes normalistas y de trabajadoras de casas particulares.

Zomo Wirin, Escrituras de Mujeres

 “Es hora de nutrir y despojar nuestra mentalidad con meditación serena, para seguir luchando con nuevos bríos en busca de camino mejor, ya no empuñando la lanza, sino la pluma, lo que un pueblo necesita para su triunfo”

“La Mujer Araucana” Laura Nahuelpan Nahuelpan. Diario La Voz de Arauco, n°1, p.1, junio 1938, Temuco

En el prólogo de Sonia Montecino, antropóloga y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, se releva el pasado y el presente. En el primer caso, los mensajes de Laura Nahuelpan y, lo segundo, la intención con el libro de “reconstruir el árbol de las que antecedieron en la lucha”, a través de la “pluma”.

La académica reconoce “al menos tres gestos” en esta publicación de Veranda Ediciones: genealógico, reflexivo y sensible.

“Para mí, lo clave de este proceso de compilación, fue la hebra sensible. Para nosotras y como mujer mapuche, ellas son nuestras antepasadas, son nuestras superhéroes de alguna manera. Son mujeres brillantes, jóvenes …en una total adversidad por lo que significaba en ese momento para el pueblo mapuche porque fue posterior a la invasión” cuenta la psicóloga Marilen Llancaqueo.

Para la compiladora y editora del libro, “son las primeras generaciones después del trauma de la guerra, que pudieron levantarse, levantar demandas específicas para las mujeres y para las mujeres de las nuevas generaciones, para nosotras”.

El trabajo fue colectivo y cada una de las integrantes del equipo, Sonia Vita, Andrea Salazar, Simona Mayo, Marie Juliette Urrutia Leiva y Danay Mariman, aportaron en las diversas etapas: recopilación, investigación, transcripción, traducción al mapudungun, diseño y edición.

En esta búsqueda se encontraron con dificultades que las califican como miles de obstáculos, lagunas y preguntas sin respuesta. “Para mí tiene una profunda conexión emocional darles un espacio, hacerles un libro, hablar de ellas y las ando trayendo conmigo para todas partes…Es una tarea pendiente seguir conociéndolas y seguir dándoles su lugar como mujeres importantes para la historia de las mujeres mapuche” afirma.

Libro Zomo Wirin

Una histórica y “profunda interculturalidad”

“Porque la libertad encierra la libre conducción de los sentimientos, pensamientos e ideas, a través de un medio efectivo que son los diarios y las revistas”

Zoila Quintremil en el Día del Aniversario de la Sociedad “La Cultura”

La Cultura, n°1, p.11, diciembre de 1953, Santiago

Para Marilen Llancaqueo, estos artículos “nos muestran como también el movimiento está leyendo ese contexto, una vez más la historia, los documentos y el archivo nos ponen sobre la mesa de que el pueblo mapuche siempre estuvo interactuando con la sociedad chilena”.

Y mira el contexto de los distintos movimientos sociales de la época (feminista, sufragista, obrero, sindicatos, las mancomunales, entre otros). “Todo el movimiento popular de Chile que, en ese momento, está pensando cómo lograr un poco de justicia social. Desde sus experiencias de vida entienden perfectamente que el papel impreso es clave. Ocupar-disputar los medios de comunicación, generar sus propios medios y sus órganos de difusión como les llamaban en esa época” reflexiona.

Y confirma ciertas estrategias: “Una vez más, vemos esta profunda interculturalidad que ya tiene el pueblo mapuche con el pueblo chileno”. También se revela lo “que conecta esta historia de escrituras y escritoras”: la educación es la hebra.

“De verdad, este tema lo reflexionamos mucho y no dejamos de admirarlo porque, para trasladarnos al pasado, esta es una generación de jóvenes que sus padres o abuelos son los que vivieron el trauma de la guerra, viven la invasión en el sur,  la violencia y el despojo” detalla la editora del libro “Zomo Wirin. Mujeres mapuche que escriben en prensa 1935-1968”.

Y “lo tienen en carne viva y en un momento clave toman la decisión de vamos a estudiar, nos vamos a ir a educar a las escuelas chilenas”.

También se reconoce una historia común. “De hecho, la violencia racial contra las familias mapuche que se vivió en las escuelas durante el siglo XX y quizás en algunas escuelas todavía queda algo de eso, lamentablemente” agrega  Marilen Llancaqueo Espinoza, quien también es fundadora del colectivo Pewüley Taiñ Rakizuam. Este grupo ha levantado el proyecto Kuyfikenütram de investigación multidisciplinaria  sobre memorias de los pueblos originarios.

Y describe los escenarios que son hostiles: “Las burlas por los apellidos, todo tipo de castigos y desprecio. Hay algunos artículos que hablan de eso en el libro, pero así y todo están dispuestas a pasar por ese trance, dispuestos a vivir esa violencia racial con el fin de manejar las herramientas, aprender el castellano y formarse porque se entiende que esa es la nueva estrategia de lucha”.

Sin embargo, sus caminos buscaban lograr grandes metas y objetivos. “A través de la educación es factible lograr un cambio social, en este caso, en pos de las demandas que ellos quieren: justicia, reconocimiento como pueblo e idioma …y dignidad como un pueblo vivo” concluye.

 

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