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La Algarabía y el folclor en resistencia: “La cueca va a seguir siendo la voz del pueblo”

La banda chilena de cueca fusión acaba de estrenar su segundo disco de estudio. Bajo el título de "La balanza", lo último de los nacionales invita a un recorrido por una serie de ritmos populares tan variados como el rock y los corridos tumbados.

Catalina Araya

  Jueves 9 de mayo 2024 18:47 hrs. 
La Algarabía, banda chilena de cueca fusión. Foto: Gloria HenríquezLa Algarabía, banda chilena de cueca fusión. Foto: Gloria Henríquez

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Biología, filosofía, teatro y teoría musical. Desde el 2017 que La Algarabía, banda de cueca fusión que amplía los límites del género más representativo de nuestra identidad nacional, se ha convertido en un espacio musical diverso y repleto de distintas energías encausadas bajo la convicción común de que la cueca es la voz del pueblo chileno.

Esa es la motivación que une a los músicos Maximiliano Pascal (actor), Amaru Burgos (licenciado en Filosofía) y Diego Herrera (biólogo), Juan Carlos Muñoz, Gabriel Esmar y Sebastián Aravena. Un grupo humano con diversos orígenes profesionales que ven en el oficio cuequero un espacio de resistencia.

“Nos conocimos en las canchas, como se dice”, comentó Sebastián Aravena, guitarrista de la banda, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile. “Cada uno tiene sus métodos, su forma de abordar la cueca, que es muy amplia. Por ejemplo, podríamos pensar los géneros urbanos, que contemplan baile, danza y canto. La cueca también contiene poesía, arte, baile, música. Entonces, ¿por qué no puede contener filosofía, biología, la teoría de la música?”.

Hace pocos días, la agrupación estrenó “La balanza”, su segundo larga duración, con un concierto en la Casona Dubois de Quinta Normal que contó con la participación de los músicos Pablo Guzmán y Miguel Zárate. “Se llenó de gente. Tuvimos alrededor de 200 personas en el teatro, casi lleno. La propuesta de este disco es explorar otros ritmos que tenemos un poco atorados en el pecho, y que venimos cultivando también de hace años”, aseguró Sebastián.

“Y entre medio pasamos por los valses, los corridos tumbados, las cuecas, tonadas. Sin embargo, también tuvimos un momento de canción, de reflexión, de escuchar, de ver. Y eso es particular en el mundo de la cueca, porque el público cuequero va para bailar cueca y no quiere más que eso. Pero la gente lo recibió súper bien porque tiene temáticas para pensar en la poesía y la música”, complementó el guitarrista.

La Algarabía banda de cueca fusión. Foto: Gloria Henríquez

La Algarabía, banda de cueca fusión. Foto: Gloria Henríquez

Una expresión popular

Dentro de esta nueva propuesta, los músicos también incluyeron varios pasajes referentes a las movilizaciones sociales del 2019. Uno de ellos está inserto en la portada del álbum, obra de la artista Alejandra Herrera, que retrató una postal citadina común haciendo referencia a la “Plaza Dignidad“, denominación popular que se le dio a la estación Baquedano.

“Para nosotros, la cueca que dice ‘en los tiempos del presente se vive mucho mejor’ es muy ilustrativa. En el fondo, ya nos olvidamos de la revuelta, ya no hay nada. Ya no hicimos los mea culpa, está todo dicho. Esta carátula viene a reflexionar sobre que un pueblo sin memoria es la misma historia. Eso es lo que impulsamos. En el fondo, es nuestro bastión cultural en las canciones”, reflexionó Aravena.

Sobre ese punto, el guitarrista es claro a la hora de recalcar que la cueca es una expresión artística que surge desde la gente y que, por consiguiente, tiene un poder comunicativo crucial. Virtud que viene desde sus propios orígenes.

Para mí, como cultor de la cueca chilena, es un género que se viene desarrollando desde la edad media. Sin que existiera Chile como tal. Ahí se empezaron a forjar las primeras colecciones en España de coplas y seguidillas, que es lo que compone la cueca. Y esas coplas y seguidillas son versos populares y simples. Los reyes hablaban en doce sílabas y el pueblo hablaba en ocho y siete, copla y seguidilla”, explicó el artista.

“Desde siempre esas estructuras métricas han sido de reflexión para el pueblo, para el común, para la gente de a pie. Desde hace más de 500 años. Esto no se va a acabar nunca, va a seguir. Y la reflexión que nos dejan los viejos, los taitas de los años 50, es que esto finalmente puede ser prohibido, pero va a seguir”, sumó.

En el marco de la relevación de esa historia centenaria es que los músicos de La Algarabía rescataron textos que datan del 1500 para su nuevo disco. El resultado quedó plasmado en la canción “Al tiempo le pido tiempo”: “Hay una cueca que se llama ‘Al tiempo le pido tiempo, y al mismo tiempo me da; también el tiempo me dice, que el tiempo se acabará’. Hice una recopilación con textos de esos años, recopilaciones de coplas y de seguidillas. Primero me acerqué a la Biblioteca Nacional y después, al percatarme de que en realidad son versos moros, entré en la página web de la Biblioteca de España. Son textos increíbles, con mucha similitud con la cueca“.

La Algarabía, banda chilena de cueca fusión. Foto: Gloria Henríquez

La Algarabía, banda chilena de cueca fusión. Foto: Gloria Henríquez

Resistir desde el folclor

Por todo lo anterior, el músico de La Algarabía considera que es crucial que la cueca encuentre un espacio de resistencia dentro de la industria chilena. “El mensaje es que la cueca está viva y sigue mutando y haciendo sus cositas. Se sigue haciendo música. Queremos que la industria se abra a este tipo de música porque es muy difícil entrar“, explicó Sebastián Aravena.

Para eso, pone como ejemplo la relación entre el género y las fiestas patrias: “Es muy difícil que no nos pidan para el 18, que nos pidan por reflexiones profundas o por otras cosas. Llamas a una radio en enero y te dicen ‘no, pero para el 18 los llamamos’. Es una visión muy comercial también. Para año nuevo ponen un par de cuecas y después todo el año nada. Necesitamos, de verdad, urgente, que se masifique esto. Mucho más de lo que ya se está haciendo. Lo que se hace es poco para lo que podría hacerse”, concluyó el artista.

Y sumó: “Creo que sería genial que el canto a la rueda, que es el ejercicio que hacemos nosotros al tocar la cueca, se enseñara en los colegios. Que los niños salgan del colegio sabiendo qué es un canto a la rueda, que todo el mundo sepa lo que es el patrimonio de Chile”.

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