La cinta, que ha sido presentada en diversos festivales internacionales, presenta una reflexión sobre cómo la Justicia chilena opera frente a los grupos de poder. “La película explora este caso policial pero también lo usa como una excusa para hablar de cómo funciona ese 2 por ciento o 3 por ciento que conforma la élite que controla al país y cómo están encima de la ley”, comentó Alejandro Fernández Almendras, director de la pieza.
“Ambas producciones abren el abanico infinito de temas que tenemos para mostrar, donde destacan personajes históricos, y donde acontecimientos noticiosos inspiran a nuestros creadores”, señaló el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, al anunciar la carrera.
Basada en el caso de Martín Larraín “Aquí no ha pasado nada” propone un retrato de clase, de esa clase privilegiada no sólo por concentrar los recursos del país y las redes de influencia, sino también porque el sistema en que habitamos está armado para sostener esos privilegios.