“Emovere”: Un encuentro entre danza, ciencia y sonido en el GAM
Una obra que mezcla distintas disciplinas se presenta hasta los últimos días de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral. En ella, los intérpretes salen al escenario con sensores que captan las señales eléctricas de sus cuerpos y eso determina lo que ocurre en escena.
Rodrigo Alarcón
Martes 13 de octubre 2015 18:33 hrs.
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¿Qué es lo que define a una emoción? Es una de las preguntas que está detrás de Emovere, proyecto que ha dado vida a una puesta en escena que se presenta hasta fines de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
La obra es el resultado de un trabajo que involucró a académicos de distintos departamentos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, además de otros provenientes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y de la Escuela de Kinesiología.
La idea nació del encuentro de la bailarina Francisca Morand, quien ya había trabajado con elementos similares en Invisible, y el investigador y artista sonoro Javier Jaimovich. “Surgió la idea de hacer una obra que fuera interactiva y estuviera centrada en el tema de las emociones desde un punto de vista biológico, fisiológico, corporal. Tratar de entender qué es lo que pasa con el cuerpo cuando están trabajando distintos estados emocionales”, señaló el director.
Con ese objetivo, conformaron un equipo de cuatro personas -Poly Rodríguez, Pablo Zamorano, Eduardo Osorio y la misma Francisca Morand- que salen a escena con sensores pegados a sus cuerpos y que, al mismo tiempo, determinan lo que ocurre sobre el escenario: “Ellos tienen sensores fisiológicos que miden las variaciones eléctricas que produce el cuerpo humano, por ejemplo, cuando flectas o relajas un músculo o cuando te late el corazón. Esas señales son capturadas por los sensores, nosotros las recibimos y analizamos y se conectan con un ambiente sonoro y visual que se construye en base a lo que está pasando con los bailarines en escena”, explicó Javier Jaimovich en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Para llegar a ese resultado, los creadores de Emovere trabajaron durante un año y medio basados en el método Alba Emoting, que permite inducir seis emociones básicas a partir de posturas corporales y ejercicios respiratorios: alegría, pena, rabia, miedo, ternura y erotismo.
Según la bailarina Poly Rodríguez, aquel “fue un proceso de laboratorio que estaba filtrado por toda la sonoridad, entonces a nivel perceptivo era bien complejo lidiar con lo que te estaba ocurriendo, que era despertar una emoción gracias a una activación fisiológica, y por otra parte atender a esta percepción tridimensional de lo que ocurre con el sonido”.
“Es bien exigente a nivel de interpretación, es complejo como todas esas cosas dialogan en el laboratorio”, añadió la intérprete.
Emovere se presenta hasta el 28 de octubre en el GAM, con funciones de jueves a domingo, y las entradas tienen valores entre tres y cinco mil pesos. Más información en GAM.
¿Qué es lo que define a una emoción? Es una de las preguntas que está detrás de Emovere, proyecto que ha dado vida a una puesta en escena que se presenta hasta fines de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
La obra es el resultado de un trabajo que involucró a académicos de distintos departamentos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, además de otros provenientes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y de la Escuela de Kinesiología.
La idea nació del encuentro de la bailarina Francisca Morand, quien ya había trabajado con elementos similares en Invisible, y el investigador y artista sonoro Javier Jaimovich. “Surgió la idea de hacer una obra que fuera interactiva y estuviera centrada en el tema de las emociones desde un punto de vista biológico, fisiológico, corporal. Tratar de entender qué es lo que pasa con el cuerpo cuando están trabajando distintos estados emocionales”, señaló el director.
Con ese objetivo, conformaron un equipo de cuatro personas -Poly Rodríguez, Pablo Zamorano, Eduardo Osorio y la misma Francisca Morand- que salen a escena con sensores pegados a sus cuerpos y que, al mismo tiempo, determinan lo que ocurre sobre el escenario: “Ellos tienen sensores fisiológicos que miden las variaciones eléctricas que produce el cuerpo humano, por ejemplo, cuando flectas o relajas un músculo o cuando te late el corazón. Esas señales son capturadas por los sensores, nosotros las recibimos y analizamos y se conectan con un ambiente sonoro y visual que se construye en base a lo que está pasando con los bailarines en escena”, explicó Javier Jaimovich en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Para llegar a ese resultado, los creadores de Emovere trabajaron durante un año y medio basados en el método Alba Emoting, que permite inducir seis emociones básicas a partir de posturas corporales y ejercicios respiratorios: alegría, pena, rabia, miedo, ternura y erotismo.
Según la bailarina Poly Rodríguez, aquel “fue un proceso de laboratorio que estaba filtrado por toda la sonoridad, entonces a nivel perceptivo era bien complejo lidiar con lo que te estaba ocurriendo, que era despertar una emoción gracias a una activación fisiológica, y por otra parte atender a esta percepción tridimensional de lo que ocurre con el sonido”.
“Es bien exigente a nivel de interpretación, es complejo como todas esas cosas dialogan en el laboratorio”, añadió la intérprete.
Emovere se presenta hasta el 28 de octubre en el GAM, con funciones de jueves a domingo, y las entradas tienen valores entre tres y cinco mil pesos. Más información en GAM.
¿Qué es lo que define a una emoción? Es una de las preguntas que está detrás de Emovere, proyecto que ha dado vida a una puesta en escena que se presenta hasta fines de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
La obra es el resultado de un trabajo que involucró a académicos de distintos departamentos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, además de otros provenientes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y de la Escuela de Kinesiología.
La idea nació del encuentro de la bailarina Francisca Morand, quien ya había trabajado con elementos similares en Invisible, y el investigador y artista sonoro Javier Jaimovich. “Surgió la idea de hacer una obra que fuera interactiva y estuviera centrada en el tema de las emociones desde un punto de vista biológico, fisiológico, corporal. Tratar de entender qué es lo que pasa con el cuerpo cuando están trabajando distintos estados emocionales”, señaló el director.
Con ese objetivo, conformaron un equipo de cuatro personas -Poly Rodríguez, Pablo Zamorano, Eduardo Osorio y la misma Francisca Morand- que salen a escena con sensores pegados a sus cuerpos y que, al mismo tiempo, determinan lo que ocurre sobre el escenario: “Ellos tienen sensores fisiológicos que miden las variaciones eléctricas que produce el cuerpo humano, por ejemplo, cuando flectas o relajas un músculo o cuando te late el corazón. Esas señales son capturadas por los sensores, nosotros las recibimos y analizamos y se conectan con un ambiente sonoro y visual que se construye en base a lo que está pasando con los bailarines en escena”, explicó Javier Jaimovich en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Para llegar a ese resultado, los creadores de Emovere trabajaron durante un año y medio basados en el método Alba Emoting, que permite inducir seis emociones básicas a partir de posturas corporales y ejercicios respiratorios: alegría, pena, rabia, miedo, ternura y erotismo.
Según la bailarina Poly Rodríguez, aquel “fue un proceso de laboratorio que estaba filtrado por toda la sonoridad, entonces a nivel perceptivo era bien complejo lidiar con lo que te estaba ocurriendo, que era despertar una emoción gracias a una activación fisiológica, y por otra parte atender a esta percepción tridimensional de lo que ocurre con el sonido”.
“Es bien exigente a nivel de interpretación, es complejo como todas esas cosas dialogan en el laboratorio”, añadió la intérprete.
Emovere se presenta hasta el 28 de octubre en el GAM, con funciones de jueves a domingo, y las entradas tienen valores entre tres y cinco mil pesos. Más información en GAM.
