En conversación con Radioanálisis, el sociólogo y académico de la Universidad de Chile, Carlos Ruiz Encina, se refirió a los principales desafíos del Gobierno del Presidente Gabriel Boric y analizó el devenir de la Convención Constitucional, entre otros temas.
En el marco de un panel en el que también participó la cientista política, Consuelo Alvial, el investigador de la Fundación Nodo XXI dijo que la actual administración “tiene una responsabilidad histórica”, sobre todo, porque, en su opinión, no hay que perder de vista la revuelta popular de 2019. En esa dirección, afirmó que es muy complejo canalizar, institucionalmente, la resolución de este conflicto social latente e indicó que, para ello, “la salida del proceso constituyente es muy importante”.
“Estamos ante una situación y una encrucijada histórica muy compleja (…). Estamos en un escenario de polarización. Hay una derecha muy agresiva. La centro derecha ya no existe. Es una categoría que desapareció y lo que hay es una derecha muy agresiva que se empieza a manifestar con recursos que, en la historia chilena, ya se conocen como lo son las cuestiones de los camioneros, la especulación empresarial con el tema de los precios, que sería una suerte de componente político de la inflación; el tema mismo de la prensa, sobre todo, una prensa duopolica como la que existe en Chile, que ejerce mucha presión sobre el propio desarrollo de la constituyente”, dijo.
“También hay, desde la propia constituyente, una especie de sobre información, de saturación en las redes, en otros espacios, que a la gente le cuesta mucho orientarse. Y viene un escenario absolutamente inédito en términos de desarrollo electoral que es el tema de la inscripción automática y el voto obligatorio. Eso no lo hemos conocido nunca: ahí se va a expresar en términos electorales más de un 40 por ciento de la población chilena que nunca hemos sabido cómo se pronuncia”, añadió.
Durante la conversación, que fue moderada por Patricio López, director de Radio Universidad de Chile, y Montserrat Rollano, editora general de nuestro medio, el Doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile expresó que, en este contexto, la derecha se ha reorganizado rápidamente. “En cambio, en este lado, todavía se da una reconfiguración en curso”, apuntó, indicando que aún no está claro que enfoque político va a primar en el actual Gobierno.
“Es preciso resolver pronto esta situación (…). Tuvimos mucho tiempo encerrados en la celebración y apegados a las cuestiones meramente simbólicas cuando había que resolver rápidamente algunas de estas definiciones”, subrayó el académico. “Todavía está en curso la construcción de esas definiciones que van a permitir orientar cuestiones tan delicadas como las del orden público. Mientras tanto, queda mucho espacio para las inercias complejas”, añadió.
El académico también señaló que, a diferencia de la política chilena de los años 90, hoy no existen lealtades políticas duras y de grandes mayorías. En tanto, dijo que la política debe erradicar aquella costumbre de recurrir al Tribunal Constitucional cada vez que las votaciones no son de su parecer: “Eso ocurrió con las tres causales (del aborto). Entonces, a esa política no se puede volver, porque no es capaz de enfrentar la demanda que hay en este rato en la sociedad chilena actual”.
Por otra parte, respecto de la Convención Constitucional, el investigador sostuvo que “hay un bombardeo de distorsión, sobre todo, de los grandes medios de comunicación masiva”. “Por eso, no me parece que esto sea un ejemplo de democracia limpia (…). Hasta aquí transitamos con una política muy estrecha, donde había una serie de temáticas que eran excluidas de la deliberación pública y que eran resueltos por poderes muy oscuros”, comentó.
“Cuando la Convención empieza a abrir muchas de estas temáticas, lo que está haciendo e intentando, es un ensanchamiento del campo de la política. Es una ampliación de la democracia para poder incluso resolver y que se conviertan en temas de la futura política, por ejemplo, el tema del agua, para ir a cosas básicas que, hasta este momento, fueron tratadas de manera absolutamente abusiva e invasiva. Por lo tanto, también tiene que ver con la caída del viejo sistema de partidos que no fue capaz de plantearse la resolución de esos conflictos de cara a las expectativas de la ciudadanía”, agregó.
Carlos Ruiz indicó que es imposible ignorar las demandas sociales que se han ido instalando en la Convención Constitucional, de lo contrario, dijo que podríamos arrastrar un periodo prolongado de inestabilidad política y lamentó el “obstruccionismo conservador” que se ha dado durante el debate. En ese sentido, dijo que “es importante defender los procesos democráticos más allá de este Gobierno”.
“Me parece muy peligro reducir el problema de la Convención a la sala de máquina (…). Entonces, si esto vuelve a reventar, creo que van a tener que hacerse responsables, porque lo que ha habido de prensa es un esfuerzo sistemático por obstruir a la Convención”, recalcó el académico, refiriéndose, específicamente, al caso de El Mercurio.
Por otra parte, Ruiz comentó que es imposible resolver el problema de orden y seguridad a partir de la invocación de expertos. Sobre este punto, dijo que hay que ir al fondo del problema y entender que Carabineros es una institución fuertemente militarizada. “Eso es uno de los grandes dilemas para poder poner, con un mínimo de modernidad, a la institucionalidad chilena. Esta policía fue creada con sesgo militar”, precisó.
“Este Gobierno tiene el dilema de tener que resolver problemas de orden con una policía ilegítima a los ojos de la gran mayoría de la sociedad. Con esa situación va a tener que lidiar, mientras no entran en efecto otras reformas más profundas, de tipo más estructural”, puntualizó.
Por último, manifestó que éste “es un momento de mucha comunicación con una sociedad expectante y demandante”. En ese sentido, dijo que el Gobierno debe hablarle a la población de forma clara: “Estar sujeto a los estilos inerciales que venían, de otra esfera política, que era mucho más opaca, me parece que es dañino en este caso”.
“El mismo problema de La Araucanía tiene décadas y, en muy pocas veces, se ha mostrado su profundidad a la sociedad chilena, porque lo que se utilizan son aristas”, dijo. Y cerró: “Hace mucho que no se les habla así a la población”.