Se aproximan los últimos días de marzo mientras que el sector político, el privado y el mundo académico esperan con ansias el anuncio de la política nacional del litio del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
El Programa de Gobierno del mandatario contempla impulsar la creación de una empresa nacional de litio, “que desarrolle una nueva industria nacional de este recurso estratégico, con protagonismo de las comunidades y agregando valor a la producción”. Sin embargo, conforme se acerca el anuncio sobre el futuro que planea el Ejecutivo para el mineral no metálico, las autoridades del Ministerio de Minería han dado luces respecto a la necesidad de que el Estado chileno colabore con el sector privado para su explotación.
En un seminario organizado por la Comisión de Minería del Senado días atrás, la ministra del sector, Marcela Hernando, transparentó que la colaboración de la industria privada es básicamente imprescindible cuando se trata de sacarle el mayor provecho al litio. “Estamos conscientes absolutamente de que el Estado chileno no tiene las condiciones para avanzar así solo, ni siquiera estamos en condiciones, porque no hemos desarrollado las competencias de explotarlo en el nivel 1″, afirmó.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile el diputado integrante de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputadas y Diputados, Andrés Celis (RN), opinó que “el mejor modelo a seguir respecto al litio es otorgar libre acceso de este recurso a los privados, mientras que si resulta adecuado y potencia el desarrollo de la industria, se puede incluir la participación del Estado”.
“Si el Estado fuese el único actor, vamos a perder una tremenda oportunidad para el país. Lo más importante es cómo producir más, no quién lo haga. En esto estoy con el expresidente chino Deng Xiaoping sobre la apertura de su país al comercio internacional: ‘Da igual que el gato sea blanco o negro, lo que importa es que cace ratones’ “, opinó.
Celis agregó que no ve “por qué el litio tuviera que explotarse como los hidrocarburos cuando se podría explotar libremente como el cobre, que tiene un marco claro y exitoso. El mejor modelo me parece que es el del cobre: libre acceso a los privados al recurso, que pagan los impuestos y royalty”.
El economista, fundador y presidente del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (CIGLOB), Andrés Solimano, no concuerda plenamente con el parlamentario, pero ambos reconocen las capacidades que ha demostrado tener el Estado en materia minera.
Al respecto, Solimano señaló que “el Estado en la década de 1970 mostró capacidades propias en el cobre cuando nacionalizó el mineral y después creó Codelco”. Por lo mismo, cuestionó que “en la tercera década del siglo 21 Chile no tenga capacidades empresariales y productivas para explotar el sector del litio. Hay muy buenos ingenieros chilenos, trabajadores calificados, tecnologías disponibles”.
Así cómo la titular de Minería, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, se refirió al futuro del recurso natural y sostuvo que “hay que tener claro que la experiencia en la producción del litio es limitada. No hay muchas empresas en el mundo que tengan la experticia suficiente, menos las que están avanzadas en desarrollo de nuevas tecnologías”.
En objeción a lo expresado por el líder de Hacienda, el académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Marcos Flores, comentó a nuestro medio que “dentro de toda esta discusión respecto a la creación de la empresa nacional de litio y quiénes debieran ser los actores, espero que la academia tenga más que una opinión”.
“Hay bastante investigación desarrollada en la academia que tiene que ver con la generación de la cadena de valor del litio, estas son sobre materiales catódicos, implementación de almacenamiento de energía, técnicas verdes que denominan de la extracción del litio. En fin, hay varias áreas de investigación que se están desarrollando y apuntan positivamente en la misma dirección estratégica relacionada con la creación de la empresa nacional del litio”, destacó.
No obstante, el diputado Celis defendió que “el litio, bajo el marco actual, se puede explotar por concesiones administrativas o contratos especiales de operación. Lo ideal sería abrir completamente el mercado, pero a falta de esa opción, la licitación es el mecanismo más eficiente para asignar los contratos”.
Litio y su impacto en el medio ambiente
El economista Andrés Solimano expuso que “dejar solo al sector privado con la explotación del litio sería perpetuar un modelo extractivo sin mayor agregación de valor ni capacidades productivas de sectores relacionados. Puede darle ingresos al Fisco pero no será un polo de desarrollo económico”.
Es relevante resaltar que la idea inicial del Presidente Gabriel Boric es que la política nacional del litio priorice el protagonismo de las comunidades. Para eso, el compromiso del Gobierno de dar “énfasis a la investigación y desarrollo que permitan acelerar la transición hacia una minería de bajas emisiones”, es fundamental.
Para la explotación del litio se utiliza un sistema de bombeo de pozos profundos para la extracción y trabajo de la salmuera –y su evaporación-. El agua es vital y sustancial para la existencia del ecosistema de los salares, por lo que organizaciones de la sociedad civil, como Observatorio Latinoamericano de Conflicto Ambientales (OLCA), han denunciado que la instalación de las mineras en estos lugares se ha tornado un inminente peligro.
El informe “Litio alto-andino, agua y derechos humanos” realizado por OLCA da cuenta que durante los últimos 15 años la población ha evidenciado un cambio drástico: disminución de los humedales y del agua para el consumo, como también graves consecuencias para actividades agropecuarias.
En ese sentido, el académico Marcos Flores, expresó que “no hay que tenerle miedo” a la industria privada, pero sí hay que insistir en un equilibrio entre los intereses de ese sector y el cuidado que debe tener el Estado en cuanto a la explotación de los recursos naturales con los cuales cuenta el país, “de tal forma que no se dañe tanto al medio ambiente”.
“Daños va haber, pero medidas paliativas deberían incorporarse siempre y cuando digo medidas paliativas no me refiero al hecho de que a las poblaciones aledañas a estos lugares, donde están localizados los salares, les pongamos una cancha y un CESFAM. Tampoco me refiero a que se tomen algunas de las variedades de aves que ahí existen y se relocalicen”, aseveró. Así, Flores insistió en que “hay que hacer un trabajo fino respecto de eso”.