El director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales (ICSO) de la Universidad Diego Portales, Cristóbal Rovira, realizó un análisis de la situación de la extrema derecha y del surgimiento de populismos, afirmando que dado el actual escenario que vive el país “la clase política debe hacer un mea culpa respecto de que hay un motivo por el cual que esas ideologías populistas prenden en determinado segmento de la población”.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el académico mencionó que ante esta situación no se “ha dicho la última palabra respecto de cómo va a seguir avanzando este proceso y cómo los actores políticos establecidos van a tomar partido a favor o en contra respecto de los proyectos populistas”.
“Sólo en la medida que tengamos élites que son más receptivas a lo que la ciudadanía quiere y se ponen de acuerdo en llevar adelante las grandes transformaciones que la ciudadanía está demandando, es cómo en el mediano y largo plazo podemos disminuir esa demanda por populismo. Si no es capaz de ponerse de acuerdo y entender la gravedad, claramente estaríamos en una suerte de callejón sin salida”, señaló el académico.
Asimismo, apuntó que, pese que el estallido social puso en evidencia una serie de demandas ciudadanas insatisfechas, “la clase política en su conjunto, la élite política y económica no han logrado conectar” con dichas exigencias.
Desde esa perspectiva, Rovira afirmó que se puede identificar dos actores políticos. Por una parte, “el proyecto político de Franco Parisi y del Partido de la Gente (PDG), que es un poco más difícil de posicionar del eje derecha e izquierda, pero que tiende a defender ideas de centro derecha”.
Así, indicó que en este caso “Parisi se presenta como alguien que viene de fuera de la política, que no tiene contacto con estas élites, que son corruptas y lo que hace es defender a este pueblo puro”.
Por otro lado, explicó que está “la extrema derecha con el Partido Republicano y José Antonio Kast, donde hay un uso de esta ideología populista que está en esta clave conservadora moral”.
Rovira señaló que estos fenómenos se explican desde la mirada de la ciudadanía “donde tenemos una demanda populista en el sentido que hay gente que está observando la realidad, donde hay una élite que es corrupta y existe un pueblo que es puro. Esto tiene que ver, en parte, con la deslegitimación de nuestra clase política y de nuestras élites en su conjunto”.
Además, comentó que la tentación hacia el populismo también está desde la izquierda, donde el referente sería Pamela Jiles, “aunque el Frente Amplio y el Presidente Gabriel Boric han seguido un derrotero más de ponderación”.
Por ello, Rovira afirmó que, dado este escenario, existen dos caminos del sistema democrático para enfrentar esta situación. A su juicio, uno de estos sería asumir esos discursos populistas y dejarlos que se transformen en una mayoría.
“Que los partidos políticos existentes traten de imitar o acercarse a esa lógica populista para hacer una mayoría. Eso es lo que pasa en EE.UU con Donald Trump, quien viene de afuera del sistema político, termina conquistando al Partido Republicano y hoy esta colectividad en su conjunto, con contadas excepciones, es concebida como un partido populista de extrema derecha”, explicó el académico.
La otra alternativa indicó Rovira es que “los actores políticos establecidos tengan la capacidad de procesar las demandas de la ciudadanía y pongan un límite a los proyectos populistas y se traten de diferenciar”.