La Comisión contra la Desinformación tuvo hoy su sesión constitutiva presidida por la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry. Radio y Diario Universidad de Chile conversó con uno de los integrantes de la comitiva, el académico de la Facultad de Comunicación e Imagen de nuestra casa de estudios, Lionel Brossi, quien abordó las primeras discusiones que tuvieron lugar en tal instancia.
De acuerdo con el investigador y especialista en calidad de la información, en la sesión constitutiva se planteó la metodología de trabajo y se delimitó de manera consensuada los alcances que va a tener este órgano. De acuerdo a Brossi, todos los documentos y análisis elaborados en este espacio quedarán en actas públicas, “para que toda la ciudadanía pueda acceder a los consensos que se establezcan”.
La Comisión contra la Desinformación producirá dos informes: el primero será un diagnóstico respecto a la desinformación a nivel global y local. Mientras, el segundo documento, se enfocará en la alfabetización digital “en relación a cómo enfrentar la desinformación y recomendaciones para las políticas públicas”.
“Dentro de los consensos se acordó que de estos análisis o estos documentos se excluyen a los medios de comunicación y nos vamos a basar en plataformas digitales. Qué plataforma se va a discutir se definirá en una próxima sesión, en principio estamos hablando de redes sociales. Es muy probable que trabajemos sobre tecnologías emergentes como inteligencia artificial generativa”, detalló.
El también investigador de inteligencia artificial y sociedad reconoció que es delicado hablar de desinformación y libertad de expresión, pero aseguró que los integrantes de este espacio defenderán este derecho humano. “Hay un consenso total, y en esto no hay ninguna discusión, que en nuestros diagnósticos y recomendaciones siempre irán en línea con el respeto irrestricto de la libertad de expresión”, destacó.
“Bajo ningún concepto nosotros vamos a hacer análisis de noticias o de fuentes, en el sentido de determinar qué es verdad o qué es mentira”, agregó. Así, enfatizó que el diagnóstico será de carácter técnico cuyas recomendaciones no estarán basadas en medios de comunicación tradicional “ni en versión papel, ni en versión digital”.
“Fue un consenso total dentro de todos los integrantes de la comisión que no vamos a trabajar con respecto a medios de comunicación, solamente plataformas de redes sociales y tecnologías emergentes”, reiteró.
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la Comisión contra la Desinformación?
Para el académico de la Universidad de Chile los desafíos de este espacio de trabajo son muchos, “pero el debate es absolutamente necesario y saludable”, dado que el término “desinformación no ha sido consensuado en cuanto a cómo abordarlo”, indicó.
“Tenemos el mandato de acordar cómo nos posicionamos frente a la definición y al concepto de desinformación, entendiendo que tiene muchísimas aristas”, señaló. En ese sentido, explicó que el contexto chileno respecto a este fenómeno da cuenta de la necesidad de abordar esta problemática a nivel local.
“Por ejemplo: la comunicación de riesgo. Estamos en un país que es muy propenso en desastres naturales. ¿Cómo surgen las dinámicas de desinformación en estos contextos y que daños podrían causar a individuos y comunidades?”, ejemplificó.
De esa manera, Brossi manifestó que la Comisión contra la Desinformación trabajará en esa línea. “A partir de un diagnóstico global, vamos a entrar en lo local y en las especificidades donde la generación de políticas públicas debería centrar sus esfuerzos en relación a estos temas”, planteó.
La Comisión contra la Desinformación tuvo hoy su sesión constitutiva presidida por la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry. Radio y Diario Universidad de Chile conversó con uno de los integrantes de la comitiva, el académico de la Facultad de Comunicación e Imagen de nuestra casa de estudios, Lionel Brossi, quien abordó las primeras discusiones que tuvieron lugar en tal instancia.
De acuerdo con el investigador y especialista en calidad de la información, en la sesión constitutiva se planteó la metodología de trabajo y se delimitó de manera consensuada los alcances que va a tener este órgano. De acuerdo a Brossi, todos los documentos y análisis elaborados en este espacio quedarán en actas públicas, “para que toda la ciudadanía pueda acceder a los consensos que se establezcan”.
La Comisión contra la Desinformación producirá dos informes: el primero será un diagnóstico respecto a la desinformación a nivel global y local. Mientras, el segundo documento, se enfocará en la alfabetización digital “en relación a cómo enfrentar la desinformación y recomendaciones para las políticas públicas”.
“Dentro de los consensos se acordó que de estos análisis o estos documentos se excluyen a los medios de comunicación y nos vamos a basar en plataformas digitales. Qué plataforma se va a discutir se definirá en una próxima sesión, en principio estamos hablando de redes sociales. Es muy probable que trabajemos sobre tecnologías emergentes como inteligencia artificial generativa”, detalló.
El también investigador de inteligencia artificial y sociedad reconoció que es delicado hablar de desinformación y libertad de expresión, pero aseguró que los integrantes de este espacio defenderán este derecho humano. “Hay un consenso total, y en esto no hay ninguna discusión, que en nuestros diagnósticos y recomendaciones siempre irán en línea con el respeto irrestricto de la libertad de expresión”, destacó.
“Bajo ningún concepto nosotros vamos a hacer análisis de noticias o de fuentes, en el sentido de determinar qué es verdad o qué es mentira”, agregó. Así, enfatizó que el diagnóstico será de carácter técnico cuyas recomendaciones no estarán basadas en medios de comunicación tradicional “ni en versión papel, ni en versión digital”.
“Fue un consenso total dentro de todos los integrantes de la comisión que no vamos a trabajar con respecto a medios de comunicación, solamente plataformas de redes sociales y tecnologías emergentes”, reiteró.
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la Comisión contra la Desinformación?
Para el académico de la Universidad de Chile los desafíos de este espacio de trabajo son muchos, “pero el debate es absolutamente necesario y saludable”, dado que el término “desinformación no ha sido consensuado en cuanto a cómo abordarlo”, indicó.
“Tenemos el mandato de acordar cómo nos posicionamos frente a la definición y al concepto de desinformación, entendiendo que tiene muchísimas aristas”, señaló. En ese sentido, explicó que el contexto chileno respecto a este fenómeno da cuenta de la necesidad de abordar esta problemática a nivel local.
“Por ejemplo: la comunicación de riesgo. Estamos en un país que es muy propenso en desastres naturales. ¿Cómo surgen las dinámicas de desinformación en estos contextos y que daños podrían causar a individuos y comunidades?”, ejemplificó.
De esa manera, Brossi manifestó que la Comisión contra la Desinformación trabajará en esa línea. “A partir de un diagnóstico global, vamos a entrar en lo local y en las especificidades donde la generación de políticas públicas debería centrar sus esfuerzos en relación a estos temas”, planteó.
La Comisión contra la Desinformación tuvo hoy su sesión constitutiva presidida por la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry. Radio y Diario Universidad de Chile conversó con uno de los integrantes de la comitiva, el académico de la Facultad de Comunicación e Imagen de nuestra casa de estudios, Lionel Brossi, quien abordó las primeras discusiones que tuvieron lugar en tal instancia.
De acuerdo con el investigador y especialista en calidad de la información, en la sesión constitutiva se planteó la metodología de trabajo y se delimitó de manera consensuada los alcances que va a tener este órgano. De acuerdo a Brossi, todos los documentos y análisis elaborados en este espacio quedarán en actas públicas, “para que toda la ciudadanía pueda acceder a los consensos que se establezcan”.
La Comisión contra la Desinformación producirá dos informes: el primero será un diagnóstico respecto a la desinformación a nivel global y local. Mientras, el segundo documento, se enfocará en la alfabetización digital “en relación a cómo enfrentar la desinformación y recomendaciones para las políticas públicas”.
“Dentro de los consensos se acordó que de estos análisis o estos documentos se excluyen a los medios de comunicación y nos vamos a basar en plataformas digitales. Qué plataforma se va a discutir se definirá en una próxima sesión, en principio estamos hablando de redes sociales. Es muy probable que trabajemos sobre tecnologías emergentes como inteligencia artificial generativa”, detalló.
El también investigador de inteligencia artificial y sociedad reconoció que es delicado hablar de desinformación y libertad de expresión, pero aseguró que los integrantes de este espacio defenderán este derecho humano. “Hay un consenso total, y en esto no hay ninguna discusión, que en nuestros diagnósticos y recomendaciones siempre irán en línea con el respeto irrestricto de la libertad de expresión”, destacó.
“Bajo ningún concepto nosotros vamos a hacer análisis de noticias o de fuentes, en el sentido de determinar qué es verdad o qué es mentira”, agregó. Así, enfatizó que el diagnóstico será de carácter técnico cuyas recomendaciones no estarán basadas en medios de comunicación tradicional “ni en versión papel, ni en versión digital”.
“Fue un consenso total dentro de todos los integrantes de la comisión que no vamos a trabajar con respecto a medios de comunicación, solamente plataformas de redes sociales y tecnologías emergentes”, reiteró.
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la Comisión contra la Desinformación?
Para el académico de la Universidad de Chile los desafíos de este espacio de trabajo son muchos, “pero el debate es absolutamente necesario y saludable”, dado que el término “desinformación no ha sido consensuado en cuanto a cómo abordarlo”, indicó.
“Tenemos el mandato de acordar cómo nos posicionamos frente a la definición y al concepto de desinformación, entendiendo que tiene muchísimas aristas”, señaló. En ese sentido, explicó que el contexto chileno respecto a este fenómeno da cuenta de la necesidad de abordar esta problemática a nivel local.
“Por ejemplo: la comunicación de riesgo. Estamos en un país que es muy propenso en desastres naturales. ¿Cómo surgen las dinámicas de desinformación en estos contextos y que daños podrían causar a individuos y comunidades?”, ejemplificó.
De esa manera, Brossi manifestó que la Comisión contra la Desinformación trabajará en esa línea. “A partir de un diagnóstico global, vamos a entrar en lo local y en las especificidades donde la generación de políticas públicas debería centrar sus esfuerzos en relación a estos temas”, planteó.
