Estamos ante una propuesta ambiciosa, que contempla una serie de compromisos. Son cuarenta medidas en una variedad de campos de acción, formuladas declarativamente con verbos como “avanzar”, “instalar”, “impulsar”, “articular”, “implementar”, “promover”, “favorecer”, “estudiar”, “dotar”, etc. Aquí surge la gran duda que pone en jaque la propuesta: ¿quién va a ser el agente encargado y responsable de conducirla?