Para la dirigenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos la muerte del llamado fiscal favorito de Pinochet sin que haya prestado colaboración para el esclarecimiento de causas pendientes es uno de los vejámenes que deben seguir soportando los familiares de las víctimas.
El condenado en el caso del homicidio de Eugenio Berríos tenía 81 años y llevaba un año internado en el Hospital Militar cumpliendo una pena de 10 años y un día. También había sido condenado en calidad de cómplice por la muerte de Tucapel Jiménez, presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales en 1982.
Trece de los catorce condenados por el caso de Eugenio Berríos ya se encuentran a disposición de la Justicia. La excepción, el ex director de la DINE Hernán Ramírez Rurange, quien se suicidó este jueves.