El cambio de los espacios naturales y agrícolas que existían en las cuencas que hoy son ciudades, como ocurre con Santiago, ha implicado un impacto climático que no ha sido evaluado por la planificación urbana ni por políticas públicas específicas.
La especialista del CR2 explicó que los siniestros son parte del cambio climático que es urgente contener. “La ventana de oportunidad de cómo responder y adaptarnos al cambio se está cerrando rápidamente”, explicó.