La muerte de Alberto Nisman, uno de los fiscales persecutores de la investigación por el atentado a la AMIA que se produjo en 1994, motivó una serie de teorías conspirativas respecto del caso, que según los analistas internacionales, ha dado para sembrar pistas falsas, desvío de la investigación y denuncias sobre una posible intervención de Estados Unidos e Israel, todo lo cual impactará en la coyuntura electoral.