“Creemos en la urgencia de la democratización del acceso a la lectura y a otros bienes culturales y del fortalecimiento de la producción editorial local, como elementos necesarios para la construcción activa de una cultura ciudadana”, dijo la entidad
Estamos ante una propuesta ambiciosa, que contempla una serie de compromisos. Son cuarenta medidas en una variedad de campos de acción, formuladas declarativamente con verbos como “avanzar”, “instalar”, “impulsar”, “articular”, “implementar”, “promover”, “favorecer”, “estudiar”, “dotar”, etc. Aquí surge la gran duda que pone en jaque la propuesta: ¿quién va a ser el agente encargado y responsable de conducirla?