A pesar de los éxitos obtenidos por Siria, Irán, Rusia e Irak en la lucha contra las bandas takfirí, como también contra el apoyo turco y saudí, la misión en Siria no está cumplida. El peligro aún es una realidad, está latente mientras regímenes como el de Erdogan, la Casa al Saud, la entidad sionista y las Monarquías del Golfo Pérsico sigan pensando que esa zona del mundo les pertenece y sigan siendo apoyados en ese pensamiento y conducta, en esa ambición irracional por países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra.