Ex comandante en Jefe del Ejército y actual director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Juan Emilio Cheyre, afirma que el tema no es Aysén en particular, porque “además de las zonas fronterizas, Chile es un archipiélago geo-político, tiene fronteras interiores no sólo geográficas, sino culturales, sociales y económicas”.
Son las fronteras a las que alude Cheyre las que hoy tienen en pie de guerra a los habitantes de la región de Aysén, que anuncian reclamos en Calama y en Arica, y hace unos meses provocaron protestas en Punta Arenas. El aislamiento que implica no sólo afrontar condiciones climáticas adversas, falta de conectividad y alto costo de la vida, sino también ausencia de buen cine, teatro, centros de estudio de alto nivel y servicios de salud de calidad.
En materia de zonas extremas o fronterizas, Cheyre insiste en la necesidad de vertebrar el territorio de una vez por todas. Reconoce que se han hecho esfuerzos, pues los distintos gobiernos han aportado con diferentes medidas que tienden a paliar los efectos del aislamiento “pero nos hemos quedado cortos. Se apagan los incendios con medidas excepcionales cada vez que hay conflictos, pero no se ha desarrollado una política global, estratégica respecto a las regiones” afirma, al tiempo que con preocupación recuerda que Arica el 2020 va a perder 30 mil habitantes: “el norte, en general, se está despoblando”.
Y la historia pesa, sin duda. De allí que no sea particularmente optimista respecto a un cambio de estrategia a partir del actual conflicto en la región de Aysén. “Lo que ocurrirá ahí, si es que se llega a un acuerdo, nuevamente será un conjunto de medidas puntuales, que darán respuesta momentánea demandas sectoriales”.
Según Cheyre, el más grave error es pensar que hacer inversiones especiales en las zonas extremas es otorgar privilegios, porque en la medida que esos territorios y su gente se incorporen plenamente al desarrollo del país será beneficioso para todos. “Chile, en pleno siglo XXI, tiene zonas no incorporadas al desarrollo nacional y eso nos resta capacidad como país. Debemos concebir una visión estratégica, de un Estado mucho más presente en esas zonas especiales”.