Cuando se cumplen 110 años del nacimiento del fundamental Cardenal Raúl Silva Henríquez, entre tanto discurso valórico como el del reciente Te Deum, destaca aún más el legado de quien fuera conocido como el “Cardenal del pueblo”. Agente de cambio e impulsor de la Reforma Agraria que dio tierra a los campesinos, de la génesis de una Reforma Universitaria y del nuevo aire de la iglesia social en Chile. Basta recordar el rol y función que tuvo en la dictadura cívico militar como activo defensor de los DD.HH.
Cada vez que los santos, los feriados sacros y los diversos valores piadosos se vuelven determinantes en el ejercicio político, resuena la posición más progresista de quien soñara con “un país donde cada niño tenga una escuela donde estudiar, que los enfermos puedan acceder fácilmente a la salud, que cada trabajador tenga un trabajo estable que le permita alimentar a su familia y que cada familia pueda habitar una casa digna donde pueda reunirse a comer, jugar y amarse entrañablemente”. Me pregunto si necesitamos más sermones.
Cada vez que los santos, los feriados sacros y los diversos valores piadosos se vuelven determinantes en el ejercicio político, resuena la posición más progresista de quien soñara con “un país donde cada niño tenga una escuela donde estudiar, que los enfermos puedan acceder fácilmente a la salud, que cada trabajador tenga un trabajo estable que le permita alimentar a su familia y que cada familia pueda habitar una casa digna donde pueda reunirse a comer, jugar y amarse entrañablemente”. Me pregunto si necesitamos más sermones.
Cordialmente
José Orellana Yáñez
Cientista Político y docente UAHC
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