Si usted hace una revisión de esa enorme cantidad de candidatos inscritos (más de mil, sin contar los candidatos a Cores) podrá comprobar fácilmente cómo la mayoría de ellos nada o muy poco tiene que ver con los distritos o circunscripciones por los cuales serán postulados. Total desprecio, en resumen, por los habitantes y ciudadanos del país, pero también por las asambleas partidarias, los dirigentes zonales y los intereses específicos de nuestra larga y heterogénea geografía. Total desprecio por ese imperativo democrático de representar al pueblo y servir al país.