Se termina septiembre y ya se iniciaron los festejos del Bicentenario. En “A Fondo”, la periodista Vivian Lavín quiso compartir un texto que nos habla del Chile de hace cien años: Balance Patriótico, escrito por el poeta Vicente Huidobro en 1925, y que habla de Centenario de la República.

Un escrito atrevido, díscolo, casi temerario, que nos muestra un profundo estado de incomodidad, y que pese a ser de hace un siglo atrás, nos interpela al Chile de 2009. Para analizarlo y dar un vistazo a lo que ocurría en el país en aquellos años conversamos con la antropóloga y directora del archivo Andrés Bello, Sonia Montecinos; el Premio Nacional de Historia 2006, Gabriel Salazar, y al último galardonado en Humanidades y Ciencias Sociales, Agustín Squella.

 “Un país que apenas a los cien años de vida está viejo y carcomido, lleno de tumores y supuraciones de cáncer como un pueblo que hubiera vivido dos mil años y se hubiera desangrado en heroísmos y conquistas (…) No hay derecho para llegar a la decadencia sin haber tenido apogeo”, parte afirmando Huidobro en su Balance Patriótico.

¿De donde venía  su fastidio por Chile? Para el historiador Gabriel Salazar,  el texto es lapidario al dar cuenta de la profunda crisis que se vivía durante el primer centenario, frente al dominio hegemónico de los extranjeros en diversas áreas del quehacer nacional.

Para el Premio Nacional de Historia 2006, el texto expresa “la  necesidad de una persona, de un hombre fuerte, de un alma colectiva que rescate al país. Eso se plantea en 1925 en un momento en que estaba apareciendo en el camino Alessandri como una posible esperanza e, incluso, años después Carlos Ibáñez del Campo. Ahora nosotros sabemos que ni Alessandri ni Ibáñez del Campo fueron los hombres fuertes capaces de rescatar el alma nacional y de reconstruir el país sobre una base política y ética mucho más sólida”.

A su juicio, en estos cien años , tampoco han aparecido estos grandes hombres capaces de rescatar la situación en que dejó el país, sobre todo, el régimen portaliano. A su juicio “la única posibilidad de  salir de este marasmo, que ya lleva dos siglos, es que la propia sociedad civil, el propio pueblo, sea alguna vez capaz de reconstituirse como soberanía”, afirma.

La antropóloga Sonia Montecinos rescata del texto de Huidobro que “no hay complacencia con la República. Eso es muy importante, porque solamente así podemos avanzar, si no hay una crítica a lo que hacemos nos quedamos estancados”, señala.

Según Agustín Squella “el texto de Huidobro me parece excesivo y tiene el atractivo de  todo cuanto es excesivo, es también obsesivo, quizás por eso es que resulta excesivo”. A su juicio, el nacionalismo de Huidobro puede ser contradictorio “Tal sentimiento de la nacionalidad se aprecia por la adoración y por el desprecio del país donde se vive, y Huidobro padecía el nacionalismo del desprecio”, sentencia.

El deprimente estado de las cosas en el Chile de la segunda década del siglo XX, es también el reflejo de la forma de ser de los chilenos: la envidia y el chaqueteo como sentimientos predominantes. Decía Huidobro, “cuando un hombre carga algo en los sesos y quiere salvarse de la muerte, tiene que huir a países más propicios llevando su obra en los brazos como la Virgen llevaba a Jesús huyendo hacia Egipto. El odio a la superioridad se ha sublimado aquí hasta el paroxismo. …”

La pregunta es ¿ha existido desde siempre esta suerte de persecución a los talentos? Para Agustín Squella esta afirmación resulta cierta pues “los pocos que hemos tenido han debido muchas veces huir fuera de nuestras fronteras al destierro o al autoexilio. Pero más que el talento, lo perseguido en Chile, en especial en el siglo XIX, fue el liberalismo, una planta enteramente exótica y casi siempre considerada toxica”, afirma.

El Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales  también advierte que “existen personas con poco o ningún talento que invocan estos ejemplos para denostar al país que con toda razón no los reconoce, como también existen otros muy reconocidos, a veces por sobre sus  méritos, pero que igual van por la vida quejándose de falta de reconocimiento”.

Vicente Huidobro,  hace un siglo atrás y mediante el análisis del Centenario de la Independencia, ya podía vislumbrar lo que sería también el Chile del 2010. Para sorprenderse y reflexionar por cuenta propia cuáles son las problemáticas que persisten, cuáles han sido los cambios y cuáles son los desafíos de nuestro país frente al Bicentenario, los invitamos a leer “Balance Patriótico”, un texto que, sin duda,  nos da que pensar.

Lee el texto "Balance Patriótico" de Vicente Huidobro