La izquierda /sueños/ Jorge Arrate


Viernes 16 de octubre 2009 12:28 hrs.


Compartir en

Sr. Director:

No creo que sea necesario para describir este caso, tener que recurrir a las antiguas publicaciones de la Editorial Progreso. Zúbovski bulvar, 21. Moscú. Urss. Ni a la conocida obra de V. Kelle y M. Kovalzon y otros, de otros cientos de lúcidos autores.

Nos toca ver como testigos presenciales y también ser actores de la segunda mayor crisis del sistema capitalista. El dinero de los ricos, perfumados y famosos ardiendo por los cuatro costados. Bancos estafándose unos a otros, esos que antes de esta catástrofe se amaban con locura. El dinero desatando pasiones descontroladas. El derrumbe de todos los dogmas neoliberales. Los edificios quedando vacíos. Sus personajes tirándose por las ventanas de sus torres de cristal. Millones de empleados y trabajadores saliendo de sus ex oficinas y en cajas de cartón todos sus efectos personales -que según nos han contado las películas americanas- siempre se trata de fotos de familia, literatura de cómo acercarse al éxito, guías de vacaciones, y seguramente la edición 892 de cómo ganar su primer millón de dólares.

Los que ayer escupían al Estado, hoy lo sacralizan, hablan bien de él para poder esperar que lo más rápido posible les avalen las deudas, les pasen millones de millones de dólares en la peor farra efectuada con el dinero público. Banqueros, (como Piñera) aseguradores, corredores de bolsa, que son los verdaderos culpables y alimañas que se convierten de ladrones a  victimas.

En la entrada de su casa cuelga el letrero de  “se vende”, y también están a la venta los autos, dos caravanas, tres juegos de palos de golf, algunas raquetas de tenis, cañas de pescar, en destacado lugar, un balón con la firma de Magic Johnson, bates de béisbol.  Lo que tiene un precio, nada tiene que ver después con lo que le pagan los compradores. Seguirá debiendo al banco la hipoteca, finalmente termina por olvidarse de la deuda y espera en su mecedora en un rincón del jardín, que llegue un tsunami o algo parecido. Lentamente se va alejando su sueño americano.

Todos los que sostenemos que otro mundo es posible, nos preguntamos y dónde está la izquierda, la respuesta adecuada, los indispensables inconformistas en estos momentos, cuando es fundamental que se esté levantando las justas banderas de la justicia social, programas alternativos, obligando a que el mundo recupere la cordura, o sencillamente que el sentido común se le ocurra correr alguna ventana para poder ver el sol.

Y en otros tiempos estaba la URSS que por lo menos los asustaba, y  China pero ésta está convertida ahora en un capitalismo/socialista/comité central….raro. No podemos reivindicar una de las dos Corea por lo criminal de su dictadura, comunismo viviendo de la caridad mundial… en fin.

Cuba lentamente comienza a retirar su ayuda a programas que eran los símbolos de la Revolución de Fidel, los comedores obreros, la tarjeta de racionamiento desaparecerá, los trabajadores recibirán una ayuda compensatoria. Se mantienen los programas en salud y educación. Y de la tricontinental…. ya no se habla

Y hay nuevos caminos en construcción, notable recorrido hace Ecuador y Uruguay y el resto del continente, pero todos sostienen que NO es posible superar las enormes diferencias sociales con el actual modelo, y sabemos también que los cambios no se hacen de una día para otro, todo se toma su tiempo, pero esos países tienen un camino claro, un programa a concretar y presidentes decididos. Chile tiene  veinte años de Concertación, sin transición, con la esperanza robada a millones, y de cambios sustanciales, estructurales….insignificantes, poco, maquillajes, realismo político se le escucha decir.

Podemos aceptarle a la Concertación que durante los primeros gobiernos había senadores designados,  que era imposible hacer los cambios que el país necesitaba, pero esos Senadores ya no están. Lo que nos lleva a concluir que no existe la voluntad de hacer los cambios que Chile necesita. Los poderes fácticos siguen intactos, y no me refiero a una estatua al Almirante Merino en la Escuela Naval en Valparaíso… u otras. 

Y claro surgen ahora expresiones como el “progresismo”, los “díscolos” el “candidato mediático” a los que tiene que salir a defender la mamá por los medios de comunicación. Segundones que no son otra cosa que nuevos revisionistas modernos, tránsfugas de la misma escuela de Chicago bajo nuevas consignas de cambio. Alumnos copiones de los “chicagos originales”. El mismo canto de privatización, dando lecciones de buenas costumbres y orden ante el empresariado, “esos”, que no son otra cosa que los amos de Chile. La política la hacen los empresarios, las buenas intenciones sólo pagan el costo. La derecha es la que manda porque los que han vivido estos 20 años en la legalidad -entre los cuales están los díscolos y progresistas, aunque hoy lo nieguen- se lo han entregado todo… y en bandeja. 

Que no vengan ahora con el discurso de que son nuevos en la política chilena, cuando en sus equipos hay puros viejos de los derrotados de antaño, con una foto en la Puerta de Brandeburgo en el living de su casa, y hoy convertidos en nuevos millonarios, sostenedores de un “progresismo”, que se soba las manos ante la nueva torta que se repartirán por largos años de vida presidencialista, o en el Congreso o en el Senado, depende de lo que se ofrezca en la carta de pedidos y exigencias.

Y también dentro de los díscolos hay izquierdistas que hasta hace algunos meses eran “patria o muerte” y que de ayer a hoy no son más que un “patria o un herido leve”. Muchos sacan a relucir su consecuente pasado, y eso es saludable, además hay que tener valor para decirlo, cuando anda tanto arrepentido en este tiempo, cambiándose el color de su camisa. Por su parte otros expresan que durante la dictadura dijeron lo que tenían que decir y asumieron sus riesgos y costos. Eso no descalifica a los que no hicieron nada, a nadie obligaban, era sólo una cosa de compromiso.

Y la izquierda no se encuentra bien organizada, pero existe. La utopía de la que habla Cabieses y otros cercanos está presente. “Aún creemos en los sueños…” nos insisten algunos tozudos, pero sabemos que la izquierda llega apaleada después de tanto maltrato, marginación y exclusión, tratada como la fea del baile por algunos reformados y nuevos criollos de la izquierda díscola, neoliberales y consumistas. Esta izquierda con sus errores, también está sostenida por unos cuantos,que se lograron salvar de la matanza de las Fuerzas Armadas; de los que nunca dejaron de ir a los primeros de mayo, ni faltaron a los palos y lacrimógenas del día 11 de septiembre en el cementerio.

Mala lectura hacen los que dicen que la izquierda ofrece siempre lo mismo y un proyecto derrotado. Es justamente esta izquierda la que se enfrenta a las desigualdades con un programa que es posible llevarlo a concreto. Y si en el progresismo/díscolo/empresarial no están estos contenidos es porque les gusta más el modelo, el sistema. Y si el Senador Navarro y la ex candidata  Pamela Jiles sienten más pasión por cambiar sólo a los administradores de la Concertación, así lo verán ellos.

No es bueno decir que Jorge Arrate es ahora un militante comunista -convertido en bisagra de Frei- esa es una mediocre y mal intencionada argumentación. Durante años los comunistas fueron militantes del Partido Socialista, así que Jorge Arrate… a su casa no más llega.

La izquierda ha colocado el tema de la Asamblea Constituyente para una Nueva Constitución. Habla de los profundos cambios en educación y salud para favorecer a los chilenos con salarios más bajos y precarias condiciones de vida. Dice que se debe pagar la deuda histórica a los maestros. Sencillamente dar más oportunidades a los más necesitados. Al candidato Jorge Arrate no lo llaman al pizarrón del empresariado los señores de la Sofofa… y por algo será.

Sea cual sea el resultado en la primera vuelta, en algún momento todos tendrán que decidir y votar en la segunda. Sea cual sea el porcentaje alcanzado por la izquierda, los votos que canten el nombre de Jorge Arrate será la forma  de mantener viva la utopía, sin la cual es imposible la vida. Se valora el recorrido político, esa férrea voluntad de dotar al pueblo y sus organizaciones de una imperiosa voluntad de cambio. 

El camino de la izquierda chilena -sostenedora del pensamiento socialista, revolucionario- desnuda a los tránsfugas, a los que quieren cambiar de maquillaje a la Concertación, y ustedes saben que la mona aunque………      

En las fotos de los funerales de José Carrasco o de Rodrigo Rojas, de los Hermanos Vergara Toledo, y tantos otros, no están en ninguna foto algunos de estos rostros de los izquierdistas díscolos y progresistas, porque sabemos quienes iban y quienes no, y ¿vienen hoy a levantar la voz a los cuatro vientos para sostener la Memoria Histórica y colectiva de nuestro pueblo, para hablar de los derechos de los trabajadores?  La historia de los vencedores está en El Mercurio. Es refrescante decir que iban a visitar a los presos políticos, porque allí estaban los que se alzaron en armas, los que intentaron el Tiranicidio, los que estaban en la resistencia popular, en las milicias populares y en otras organizaciones valientes.

Esos renovados de la política chilena, los revisionistas del neoliberalismo, intentan revolver las aguas para su ganancia particular. Sus confusos y complejos discursos tan performantes, no hacen nada más que llenar espacios en los medios de comunicación y de pasada decir que el pueblo no los entiende, y que ellos son los que hablan para defender sus derechos. ¡Miserables! Les gusta hablar en complicado para la grandes mayorías pero frente a los empresarios ni tartamudean, para dejarlos contentos y recibir sus bendiciones.

En nada asombran los postulados del señor Enriquez-Ominami, su visión mercantil y neoliberal moderna, que arranca de la hecatombe del modelo que él considera que sólo hay que darle una manito de gato, para seguir explotando a millones de personas y robando a Chile.

Y claro que Eduardo Frei fue un mal presidente, un apóstol de las privatizaciones. Sin embargo, él está de candidato presidencial porque algunos de los ex camaradas de Enríquez Ominami y del Senador Ominami y del senador Navarro, dejaron así las cosas. No vengan ahora a decir que la Concertación quiere ahora ir con la fea al baile. Los comunistas apostaron a esa alternativa, y eso es un acierto o costo de su propio puño y letra. ¿Cuales fueron los verdaderos intentos,  y esfuerzos para doblar la exclusión?… NADA. De buenas intenciones el camino a Valparaíso está entero renovado.

Chile no es patrimonio de los políticos que están apareciendo en algunos medios coludidos con el golpismo y el pinochetismo. Chile es ese proyecto en el cual pueden perfectamente convivir áreas privadas, públicas y mixtas, y ¿no fueron acaso estos temas los que tanto agudizaron los conflictos con anterioridad al Golpe de Estado? Estos temas no se han terminado de discutir, y están vigentes, porque lo que la izquierda intenta, es seguir en los tiempos actuales con las grandes proyectos de un Chile Nuevo, que nacieron allá por el año 1952, con las 50.000 conciencias, que votaron por Salvador Allende.

Pablo Varas

 

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl

Presione Escape para Salir o haga clic en la X