Señor Director,
Lamentablemente la felicidad y el desarrollo de Matilde está dependiendo de las decisiones y acciones que emprende el sistema, sin importar si ese sistema está errado o presenta algún vacío, o incluso sin importar si no se tiene conocimiento de la materia que norma.
En toda esta situación que estamos viviendo y siendo testigos como comunidad nacional, nos asiste la duda acerca si es razonable un tercer poder en el estado: la justicia. Y esta mirada es porque da la impresión que a nuestras instituciones, que han hablado públicamente por boca de la Fundación Chilena para la Adopción sobre este caso, les basta sólo la ley y las normas para proceder ciegamente a su cumplimiento. Luego debiéramos contar sólo con un parlamento y un ejecutivo: hacer leyes y luego cumplirlas.
¿Dónde queda la posibilidad de reparar errores y vacíos? ¿En quién reside esta posibilidad de emendar rumbos y ser mejores, perfeccionar lo imperfecto? Pareciera ser que no interesa. Quien se atreva a pensar que la ley tiene un vacío o está trazada sobre falsas apreciaciones, o las normativas no se ajustan al conocimiento científico, está condenado a callar, obedecer, acatar, o correr el riesgo de ser incriminado con penas punitivas, y por tanto condenado.
¿Marcela, Eduardo y Matilde no nos estarán mostrando algo más que solo un capricho filial? Nuestra sociedad no alcanza a observar el hecho que un ser humano menor de un año de vida tiene derechos tan válidos como los de cualquier persona adulta. ¿Alcanzamos a observar el hecho que Marcela y Eduardo están hablando por Matilde? ¿Dónde están las personas que marchan contra el aborto alegando que ese ser en formación tiene derecho a la vida? ¿Qué dicen estas personas frente al atropello que hoy se está a punto de ejercer por sobre las necesidades, los derechos, los sentimientos de Matilde, por este atropello a su persona?
El conocimiento científico que hoy disponemos es absolutamente claro frente a estas materias y no existe ningún punto de incertidumbre o vacilaciones: una niña como Matilde ha desarrollado su estructura vital, su estructura psíquica, sobre la base de su vinculación con Marcela y Eduardo. No con figuras parentales teóricas; sus vinculaciones con el mundo se han desarrollado con estas dos personas reales. Más aún, Matilde ha creado vínculos de afecto y emocionalidad con Marcela y Eduardo en conjunción con sus relaciones de conocimiento del mundo objetal, de tal modo, que esto constituye el andamiaje sobre el que el ser humano se desarrolla como persona con capacidad de aprendizaje, con capacidad de amar, con capacidad de individualidad.
Esta capacidad desarrollada, esta base creada como potencial de futuro, está importando nada si solo se quiere dar cumplimiento a una normativa.
Al contrario y peor aún, Matilde está enfrentando la posibilidad de generar una gran frustración, un gran desarraigo, una gran pérdida, que cortará definitivamente esta estructura generada en su vida.
¿Qué hacer con las normas de adopción, con las normas para ser padres guardadores? Revisarlas…pero por sobre todo, enriquecerlas con el conocimiento científico disponible.
Muchas gracias.
Miguel Angel Rivera
Profesor – Especialista Informática Educativa
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.