La Comisión del gobierno de facto abandona su exigencia de que la Corte Suprema de Justicia decidiera la restitución del Presidente constitucional, Manuel Zelaya y deja el arbitraje en manos del Congreso. Así, quedaría resuelta la crisis política en ese país iniciada cuando los militares sacaron de su residencia al Presidente Zelaya a punta de cañon el pasado 28 de junio.
Los protagonistas de la crisis en Honduras reanudaron el diálogo el jueves, luego las declaraciones del responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Thomas Shannon: "si no se alcanza un acuerdo que solvente la crisis política en Honduras, será difícil para Estados Unidos reconocer el resultado de las elecciones".
La intervención del enviado estadounidense tuvo efecto inmediato. Las comisiones de diálogo, que hace ocho días habían roto las conversaciones, volvieron a la mesa de negociaciones.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti contaba con mantener la situació hasta las elecciones, es decir, seguir negándose a restituir al Presidente depuesto Manuel Zelaya, confiando en que los comicios serían la salida a la crisis. Sin embargo, la amenaza de Thomas Shannon, al advertir que la comunidad internacional no respaldará unas elecciones sin previo acuerdo, incitó al campo de Micheletti a reanudar el diálogo.
Por su parte, el campo de Zelaya aseguraba hasta ayer que no volvería a la mesa de negociaciones si antes no se firmaba un acta que garantizara el regreso al poder del mandatario derrocado. Una vez más, bajo la presión de la delegación estadounidense, los zelayistas aceptaron volver a discutir con el campo adverso.
Los diálogos se interrumpieron hace ocho días porque el Presidente depuesto exigía que fuera el Congreso el que decidiera sobre su regreso al cargo, mientras que Micheletti insistía en que el fallo debía ser determinado por la Corte Suprema que acusa a Zelaya de 18 delitos.
La delegación estadounidense, encabezada por Thomas Shannon, se anotó un punto y la decisión de la comisión del gobierno de facto abre una brecha hacia la solución de la crisis de Honduras.
"Mañana empezamos a discutir el cronograma", dijo Manuel Zelaya, pero su regreso a la presidencia de Honduras "tiene que ser mucho antes de las elecciones para poder validarlas", enfatizó.
Las elecciones presidenciales en ese país están previstas para el 29 de noviembre e instalarán al nuevo Mandatario a contar del 27 de enero del próximo año.
Hasta que no se haya establecido la restitución de Zelaya, va a seguir como refugiado en la embajada de Brasil.
La Comisión del gobierno de facto abandona su exigencia de que la Corte Suprema de Justicia decidiera la restitución del Presidente constitucional, Manuel Zelaya y deja el arbitraje en manos del Congreso. Así, quedaría resuelta la crisis política en ese país iniciada cuando los militares sacaron de su residencia al Presidente Zelaya a punta de cañon el pasado 28 de junio.
Los protagonistas de la crisis en Honduras reanudaron el diálogo el jueves, luego las declaraciones del responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Thomas Shannon: "si no se alcanza un acuerdo que solvente la crisis política en Honduras, será difícil para Estados Unidos reconocer el resultado de las elecciones".
La intervención del enviado estadounidense tuvo efecto inmediato. Las comisiones de diálogo, que hace ocho días habían roto las conversaciones, volvieron a la mesa de negociaciones.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti contaba con mantener la situació hasta las elecciones, es decir, seguir negándose a restituir al Presidente depuesto Manuel Zelaya, confiando en que los comicios serían la salida a la crisis. Sin embargo, la amenaza de Thomas Shannon, al advertir que la comunidad internacional no respaldará unas elecciones sin previo acuerdo, incitó al campo de Micheletti a reanudar el diálogo.
Por su parte, el campo de Zelaya aseguraba hasta ayer que no volvería a la mesa de negociaciones si antes no se firmaba un acta que garantizara el regreso al poder del mandatario derrocado. Una vez más, bajo la presión de la delegación estadounidense, los zelayistas aceptaron volver a discutir con el campo adverso.
Los diálogos se interrumpieron hace ocho días porque el Presidente depuesto exigía que fuera el Congreso el que decidiera sobre su regreso al cargo, mientras que Micheletti insistía en que el fallo debía ser determinado por la Corte Suprema que acusa a Zelaya de 18 delitos.
La delegación estadounidense, encabezada por Thomas Shannon, se anotó un punto y la decisión de la comisión del gobierno de facto abre una brecha hacia la solución de la crisis de Honduras.
"Mañana empezamos a discutir el cronograma", dijo Manuel Zelaya, pero su regreso a la presidencia de Honduras "tiene que ser mucho antes de las elecciones para poder validarlas", enfatizó.
Las elecciones presidenciales en ese país están previstas para el 29 de noviembre e instalarán al nuevo Mandatario a contar del 27 de enero del próximo año.
Hasta que no se haya establecido la restitución de Zelaya, va a seguir como refugiado en la embajada de Brasil.
La Comisión del gobierno de facto abandona su exigencia de que la Corte Suprema de Justicia decidiera la restitución del Presidente constitucional, Manuel Zelaya y deja el arbitraje en manos del Congreso. Así, quedaría resuelta la crisis política en ese país iniciada cuando los militares sacaron de su residencia al Presidente Zelaya a punta de cañon el pasado 28 de junio.
Los protagonistas de la crisis en Honduras reanudaron el diálogo el jueves, luego las declaraciones del responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Thomas Shannon: "si no se alcanza un acuerdo que solvente la crisis política en Honduras, será difícil para Estados Unidos reconocer el resultado de las elecciones".
La intervención del enviado estadounidense tuvo efecto inmediato. Las comisiones de diálogo, que hace ocho días habían roto las conversaciones, volvieron a la mesa de negociaciones.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti contaba con mantener la situació hasta las elecciones, es decir, seguir negándose a restituir al Presidente depuesto Manuel Zelaya, confiando en que los comicios serían la salida a la crisis. Sin embargo, la amenaza de Thomas Shannon, al advertir que la comunidad internacional no respaldará unas elecciones sin previo acuerdo, incitó al campo de Micheletti a reanudar el diálogo.
Por su parte, el campo de Zelaya aseguraba hasta ayer que no volvería a la mesa de negociaciones si antes no se firmaba un acta que garantizara el regreso al poder del mandatario derrocado. Una vez más, bajo la presión de la delegación estadounidense, los zelayistas aceptaron volver a discutir con el campo adverso.
Los diálogos se interrumpieron hace ocho días porque el Presidente depuesto exigía que fuera el Congreso el que decidiera sobre su regreso al cargo, mientras que Micheletti insistía en que el fallo debía ser determinado por la Corte Suprema que acusa a Zelaya de 18 delitos.
La delegación estadounidense, encabezada por Thomas Shannon, se anotó un punto y la decisión de la comisión del gobierno de facto abre una brecha hacia la solución de la crisis de Honduras.
"Mañana empezamos a discutir el cronograma", dijo Manuel Zelaya, pero su regreso a la presidencia de Honduras "tiene que ser mucho antes de las elecciones para poder validarlas", enfatizó.
Las elecciones presidenciales en ese país están previstas para el 29 de noviembre e instalarán al nuevo Mandatario a contar del 27 de enero del próximo año.
Hasta que no se haya establecido la restitución de Zelaya, va a seguir como refugiado en la embajada de Brasil.
