Con una sólida formación doctrinaria que recuerda a los políticos de antaño, Jorge Arrate, ha logrado desestigmatizar las ideas de izquierda y crecer, durante el periodo de campaña, en las encuestas. Pese a ello, fue el primero en proponer un pacto estratégico con Frei y Enríquez Ominami para evitar que Sebastián Piñera resulte ganador en segunda vuelta.

Un proceso marcado por el alza en las encuestas, la escasez de recursos para su campaña y la estrategia de fijar un pacto de segunda vuelta que impida la llegada a la Presidencia de Sebastián Piñera, es el que ha debido enfrentar la candidatura del abanderado del Juntos Podemos y Frente Amplío, Jorge Arrate Mac Niven.

El abogado y economista primero tuvo que poner fin a 46 años de militancia en el Partido Socialista con el objetivo de levantar una candidatura única en la izquierda extraparlamentaria, enfrentada posteriormente a una atomización de presidenciables en el sector.

A través de una misiva dirigida el presidente del PS, Arrate expresa que sigue identificado con los principios fundacionales de la tienda política fundada en 1933, pero desea recuperar su independencia.

“Con el propósito de recuperar mi plena autonomía política, he resuelto suspender mi pertenencia a la organización que usted preside. Cada cual debe obrar según su propia conciencia, definiciones políticas y posibilidades. Confío y deseo que nuestra común herencia permita, más temprano que tarde, nuevas coincidencia sobre el futuro, en el marco de un compartida opción progresista y de izquierda para Chile”, proclamaba Arrate.

Finalmente, el ex ministro de los gobiernos de Aylwin y Frei-Ruiz Tagle se convierte en la opción presidencial del Juntos Podemos y Frente Amplio, dejando atrás el éxodo de los Humanistas, que luego traspasaron su adhesión a Enríquez Ominami, y la corta aventura presidencial del senador Alejandro Navarro, quien posteriormente también apoyó al candidato independiente.

Ante una importante presencia de fuerzas políticas y agrupaciones sociales, lideradas por el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana, Jorge Arrate fue proclamado candidato del bloque en el Teatro Caupolicán, después de un proceso de consulta en el que se impuso al Humanista Tomás Hirsch. Allí el abanderado del Juntos Podemos y Frente Amplío fijó como meta de su candidatura pasar a segunda vuelta en la contienda presidencial.

A los gritos de ¡La izquierda unida, jamás será vencida! Y con la canción Venceremos  como fondo, el candidato exclamó: “Es muy difícil que yo llegue a ser Presidente de Chile, es muy difícil que yo pueda pasar a la segunda vuelta como candidato de la izquierda, ¡Pero no es imposible, compañeros, no es imposible! Y por eso nuestro objetivo es avanzar para pasar a la segunda vuelta”. 

Posteriormente sucedió su afiliación instrumental en el Servicio Electoral como militante del PC, con el fin de lograr inscribirse como abanderado de la izquierda extraparlamentaria en las presidenciales de este domingo. Este pacto, sin embargo, le ha generado más de un conflicto al interior de sus huestes, pues mientras los comunistas privilegian el entendimiento con la Concertación y piden acelerar el apoyo a Frei en el balotaje, otras minorías apuestan por pelearle votos al oficialismo y formar un nuevo referente de izquierda.   

Durante la campaña los ejes programáticos del ex colaborador del Salvador Allende han sido fortalecer el rol del Estado, renacionalizar el cobre y formar una asamblea constituyente para discutir una nueva Carta Fundamental.

“Ese es un emplazamiento a debatir, que no tiene un fin beligerante, sino promover el debate democrático, que creo que hay muy poco en estas elecciones, sobre la nacionalización del cobre, el lucro en la educación, pero en particular sobre la Constitución. Quisiera saber si sobre la idea de la nueva Constitución que han acogido Enríquez y Frei está este planteamiento democrático o están pensando en una negociación constitucional”, comentó.

Con 68 años de edad cumplidos el pasado 1 de mayo, aventajando sólo por un año al abanderado del oficialismo, Arrate se las ha arreglado para posicionarse como un candidato auténtico e itinerante durante las últimas semanas de la carrera presidencial. Esto, en gran parte se explica por su buen desempeño en los debates televisivos, donde sobre todo en el primer foro demostró credibilidad frente a sus competidores, dejando atrás la invisibilidad que mantenían sobre él los medios de comunicación.      

En el último lapso de la carrera presidencial, y ante el resultado de los sondeos de opinión, Arrate ha propuesto un acuerdo electoral y programático a los candidatos Frei y Enríquez-Ominami, para aunar votos en segunda vuelta e impedir que el abanderado de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, llegue el 8 de marzo a La Moneda.

“He bajado las cartas de la candidatura nuestra diciendo que tenemos la disponibilidad de, si no pasamos a segunda vuelta, dialogar una base político programática para apoyar a alguno de los otros dos candidatos que no son de derecha, pero uno ha respondido negativamente y el otro no ha respondido. La opción que hemos abierto está sobre la mesa, nos interesa que los ciudadanos voten con toda la información, y esa es la información sobre nuestra candidatura. No podemos garantizar que si yo no paso a segunda vuelta vamos a apoyar al otro candidato, pero tenemos la disposición de  hacerlo, es eso lo que yo le he pedido a Frei y a Marco Enríquez, pero  hasta ahora no he tenido respuesta”, enfatizó el abanderado de la izquierda amplia.

Cabe mencionar que la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), difundida el miércoles 4 de noviembre y correspondiente al décimo mes del año, indica que el abanderado del Juntos Podemos y Frente Amplío obtuvo un cinco por ciento de adhesión electoral y marcó la mayor alza en la valoración positiva de los políticos con un incremento de 14 puntos.