Así como en los meses anteriores a la pasada elección, de cara a la segunda vuelta entre Sebastián Piñera y Eduardo Frei, las encuestas volverán a ser las vedettes de los medios de comunicación y los comandos de los candidatos. Sin embargo, estos instrumentos están siendo altamente cuestionados por su manejo político y por transformarse en una estrategia comunicacional.

El próximo 17 de enero los chilenos tendrán que acudir nuevamente a las urnas para elegir definitivamente a quién será el sucesor de Michelle Bachelet en La Moneda.

Tal como en los meses anteriores a la primera elección, los medios de comunicación estarán atentos a las campañas y actividades de los candidatos, pero por sobre todo, a las tendencias que van marcando en las preferencias de la ciudadanía.

Para tales efectos, las encuestas seguirán siendo las vedettes del circo y jugarán un papel relevante en la discusión pública. Sin embargo, están pasando por un fuerte cuestionamiento, sobre todo desde el mundo académico que ve cómo no se respetan criterios mínimos de orden científico.

El sociólogo y académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, afirma que no hay ningún control que legitime los datos que arrojan estos sondeos, pero igual son profusamente reproducidos por los medios de comunicación.

“Las bases de datos no son conocidas, salvo dos o tres encuestas, todas las demás no están disponibles. Los medios no tienen idea si les están pasando un gráfico inventado o si les están pasando una encuesta. Aquí no hay control de la calidad de la encuesta, de la existencia de los datos”, sostuvo Mayol.

Las encuestas sólo replican una situación hipotética en la que se sometió a un grupo de personas a un cuestionario que equivale a un universo significativo, en el caso de las elecciones, al universo electoral. Pero no será lo mismo un sondeo que se realiza telefónicamente, en terreno o con voto urna, todo variará según su metodología.

Para María Inés Ferrari, directora ejecutiva de la Corporación, en Chile existen encuestas bien hechas, serias e importantes, pero también hay otras  que se usan como una estrategia comunicacional.

“Hay encuestas muy bien hechas, pero también hay muchas que aparecen en los momentos más increíbles, con tendencias que después uno dice ‘claramente acá hubo una metodología que no funcionó’, porque no tenía nada que ver con lo que sucedió. La encuesta es una herramienta que puede servir muchísimo, pero también hoy es una herramienta que se usa para una estrategia comunicacional y para generar ideas en la ciudadanía”, asegura Ferrari.

A pesar de la dudosa calidad de estos instrumentos,  en Chile hay algunas de demostrada seriedad. Es el caso de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), que se ha transformado en uno de los sondeos más consistentes y esperados del país en tiempos de elecciones.

Carla Lehman, gestora de la CEP y economista de la Universidad de Chile, señala que a pesar que se está tomando conciencia de las características que se debe valorar de una encuesta, estamos muy lejos de que esto pueda expandirse a toda la opinión pública.

“Es un mercado poco sofisticado, poco desarrollado, donde falta muchísima información para que la opinión pública pueda tomar buenas decisiones. A pesar que se ha avanzado en los últimos años, la gente más interesada en hacer uso de ese instrumento ya está tomando conciencia de que hay ciertas características que hay que valorar y que hay unas que son mejores que otras, yo creo que esa información todavía a aún no se traspasa a la gente común y corriente, que no conoce mucho del tema”, sostuvo Lehman.

Nos enfrentamos a una situación donde un instrumento que pretende evidenciar la realidad, puede terminar  influyéndola y cambiándola a su antojo. Pero, ¿cuáles son los trucos de las encuestas? Alberto Mayol, explica que hay una variedad de “trampas” que pueden estar afuera o al interior de la encuesta como, por ejemplo, redactar preguntas que induzcan cierta respuesta.

“Por ejemplo, cuando una encuesta no es estrictamente probabilística, que es cuando las personas tienen la misma probabilidad de ser elegidos para responderla; la forma en que enuncio la pregunta, a veces las preguntas inducen las respuestas; hay formas de maquillar lo que ya se hizo, primero qué es lo que publico  y, en segundo lugar, porque hay una serie de trucos  como el de la ficha técnica que dice ‘si esta encuesta fuera probabilística, su margen de error sería tanto…’. O sea, ‘si este auto fuera submarino, andaría debajo del agua’”, ejemplifica, Mayol.

No hay duda que las encuestas influyen en la opinión pública, por ello se realizan tanto y de tan variadas formas, por eso la recomendación de los expertos a la ciudadanía es informarse sobre ellas, pues no todas son iguales y siempre habrá una que tendrá una metodología más certera que otra. Es cosa de comparar los últimos sondeos con los resultados del domingo pasado.