Cuando se cumplen 3 años de la puesta en marcha de Transantiago, parecen pertinentes algunas preguntas: ¿cómo entender que con todo el tiempo transcurrido sin que se ponga en funcionamiento el soporte tecnológico del mismo, aún no se reemplace a la empresa Sonda, que se reveló incapaz de cumplir con su obligación desde el inicio y tampoco se dé ninguna explicación al respecto? (el último volador de luces al respecto, fue el falso anuncio por el ministro Cortazar de la adjudicación de tal cometido a una empresa alemana que empezaría a operar en septiembre del año pasado), ¿hemos de entender que tras la labor del Ministro Cortazar en el rediseño del Transantiago, el mentado soporte tecnológico dejó de ser un elemento del nuevo sistema de transporte y así hemos de aceptarlo, sin la menor explicación al respecto?
Hace ya bastante tiempo que el ministro Cortázar nos aseguraba que, "en el nuevo Transantiago, el que no cumple con sus obligaciones, se va.". Permanecimos entonces en la duda y a la espera de una explicación sobre cuál era el status en que quedaría entonces la empresa Sonda, la eterna y olvidada imcumplidora en esta calamidad pública representada por el Transantiago. Me parece que los sufrientes usuarios y los ciudadanos en general, merecemos una mayor consideración y respeto de parte de nuestros representantes y autoridades, los que no nos otorgan ni una mínima fracción de la deferencia que han brindado a la empresa Sonda durante todo el tiempo de operación de esta calamidad pública, sin visos de solución a corto o mediano plazo y sin que nadie sufra sanción alguna por sus responsabilidades en ella, mientras se siguen gastando millones y más millones del erario nacional en un proyecto fallido, con total desprecio por el sentir de los afectados.
En el intertanto, todo sigue igual: no existe control de flota, Sonda sigue profitando a expensas de los contribuyentes y, más aún, se le siguen adjudicando licitaciones por el fisco. Así funciona nuestra democracia de los acuerdos. Finalmente y por motivos obvios, no creo que el Gobierno de Piñera nos depare ninguna solución al respecto; más bien al revés.
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