La institución examinó 241 monumentos nacionales y un inmueble de interés cultural para verificar el estado en que se encuentran luego del terremoto del pasado 27 de febrero.
Entre las construcciones más perjudicas se incluyen la Iglesia y Convento San Francisco de El Barón y la Escuela Ramón Barros Luco en Valparaíso, Casas Patronales y el Parque Fundo Hualpén en la región del Bío Bío y el Parque Isidora Cousiño en Lota.
En este escenario, el secretario ejecutivo del organismo, Óscar Acuña, indicó que la tarea principal es proteger los inmuebles mientras se termina el proceso de reparación.
“En lo inmediato el desafío que tiene el Consejo es proteger los bienes que se vieron afectados por el terremoto. Esto puede resultar insignificante frente a lo que ha ocurrido, pero implica cubrirlos de la lluvia y para eso hemos hecho una adquisición de plástico que vamos a replicar en las zonas típicas porque el adobe puede verse afectado por esta situación, incluso más gravemente que con el sismo”, dijo Acuña.
Del total de edificaciones afectadas, sólo dos de ellas resultaron destruidas y una está desaparecida.
Las regiones que exhiben la situación más compleja en este sentido son O’ Higgins y el Maule. De la evaluación total, ambas presentan cerca del sesenta por ciento de su patrimonio cultural comprometido.
En tanto, según los últimos registros obtenidos en la región del Bío Bío, de veinticinco bienes patrimoniales catastrados, nueve sufrirían problemas graves.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos hizo un llamado a resguardar las viviendas que no están catalogadas como patrimoniales, pero que también representan una tradición nacional.
“Muchos de ellos constituyen verdadero patrimonio y son la parte medular de la identidad y el alma de muchos de nuestros pueblos en las localidades rurales. Por eso que creemos que no hay que apresurarse en la demolición”, afirmó el presidente del gremio.
El Consejo de Monumentos Nacionales entregó además una cartilla que funcionará como ayuda técnica, simple y práctica, de apoyo al trabajo de personas que, en emergencia, están dando asistencia social a las comunidades que habitan construcciones en tierra cruda afectadas por un sismo o terremoto.
La institución examinó 241 monumentos nacionales y un inmueble de interés cultural para verificar el estado en que se encuentran luego del terremoto del pasado 27 de febrero.
Entre las construcciones más perjudicas se incluyen la Iglesia y Convento San Francisco de El Barón y la Escuela Ramón Barros Luco en Valparaíso, Casas Patronales y el Parque Fundo Hualpén en la región del Bío Bío y el Parque Isidora Cousiño en Lota.
En este escenario, el secretario ejecutivo del organismo, Óscar Acuña, indicó que la tarea principal es proteger los inmuebles mientras se termina el proceso de reparación.
“En lo inmediato el desafío que tiene el Consejo es proteger los bienes que se vieron afectados por el terremoto. Esto puede resultar insignificante frente a lo que ha ocurrido, pero implica cubrirlos de la lluvia y para eso hemos hecho una adquisición de plástico que vamos a replicar en las zonas típicas porque el adobe puede verse afectado por esta situación, incluso más gravemente que con el sismo”, dijo Acuña.
Del total de edificaciones afectadas, sólo dos de ellas resultaron destruidas y una está desaparecida.
Las regiones que exhiben la situación más compleja en este sentido son O’ Higgins y el Maule. De la evaluación total, ambas presentan cerca del sesenta por ciento de su patrimonio cultural comprometido.
En tanto, según los últimos registros obtenidos en la región del Bío Bío, de veinticinco bienes patrimoniales catastrados, nueve sufrirían problemas graves.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos hizo un llamado a resguardar las viviendas que no están catalogadas como patrimoniales, pero que también representan una tradición nacional.
“Muchos de ellos constituyen verdadero patrimonio y son la parte medular de la identidad y el alma de muchos de nuestros pueblos en las localidades rurales. Por eso que creemos que no hay que apresurarse en la demolición”, afirmó el presidente del gremio.
El Consejo de Monumentos Nacionales entregó además una cartilla que funcionará como ayuda técnica, simple y práctica, de apoyo al trabajo de personas que, en emergencia, están dando asistencia social a las comunidades que habitan construcciones en tierra cruda afectadas por un sismo o terremoto.
La institución examinó 241 monumentos nacionales y un inmueble de interés cultural para verificar el estado en que se encuentran luego del terremoto del pasado 27 de febrero.
Entre las construcciones más perjudicas se incluyen la Iglesia y Convento San Francisco de El Barón y la Escuela Ramón Barros Luco en Valparaíso, Casas Patronales y el Parque Fundo Hualpén en la región del Bío Bío y el Parque Isidora Cousiño en Lota.
En este escenario, el secretario ejecutivo del organismo, Óscar Acuña, indicó que la tarea principal es proteger los inmuebles mientras se termina el proceso de reparación.
“En lo inmediato el desafío que tiene el Consejo es proteger los bienes que se vieron afectados por el terremoto. Esto puede resultar insignificante frente a lo que ha ocurrido, pero implica cubrirlos de la lluvia y para eso hemos hecho una adquisición de plástico que vamos a replicar en las zonas típicas porque el adobe puede verse afectado por esta situación, incluso más gravemente que con el sismo”, dijo Acuña.
Del total de edificaciones afectadas, sólo dos de ellas resultaron destruidas y una está desaparecida.
Las regiones que exhiben la situación más compleja en este sentido son O’ Higgins y el Maule. De la evaluación total, ambas presentan cerca del sesenta por ciento de su patrimonio cultural comprometido.
En tanto, según los últimos registros obtenidos en la región del Bío Bío, de veinticinco bienes patrimoniales catastrados, nueve sufrirían problemas graves.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos hizo un llamado a resguardar las viviendas que no están catalogadas como patrimoniales, pero que también representan una tradición nacional.
“Muchos de ellos constituyen verdadero patrimonio y son la parte medular de la identidad y el alma de muchos de nuestros pueblos en las localidades rurales. Por eso que creemos que no hay que apresurarse en la demolición”, afirmó el presidente del gremio.
El Consejo de Monumentos Nacionales entregó además una cartilla que funcionará como ayuda técnica, simple y práctica, de apoyo al trabajo de personas que, en emergencia, están dando asistencia social a las comunidades que habitan construcciones en tierra cruda afectadas por un sismo o terremoto.
