“Con fecha 15 de junio, como estudiantes secundarios hemos querido comenzar nuevamente un movimiento estudiantil, donde de una vez consigamos una educación gratuita, de calidad e igualitaria para todos los estudiantes de Chile”.
Con esta arenga, Victoria Cárdenas dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), desde la sede de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), daba cuenta del nuevo impulso del movimiento estudiantil secundario, que toma fuerza en medio del debate por la calidad de la enseñanza, los problemas de la educación superior y las promesas del gobierno.
Los estudiantes agrupados en la ACES no son desconocidos, comenzaron a formar parte de las últimas manifestaciones de los universitarios en el centro de Santiago, y no adhieren a una bandera de lucha en conjunto, porque tienen claro que en su sector exsiten demandas particulares que deben ser enfrentadas directamente con la autoridad.
Pero lejos de abordar asuntos como el denominado “Semáforo del Simce”, propuesto por el actual ministerio del ramo, los jóvenes plantean asuntos más de fondo: educación estatal, laica, gratuita y de excelencia para todos, que asegure la participación política, real y activa de todo el estudiantado. También exigen el fin a la municipalización, que es compartida por profesores y por un sector de los propios parlamentarios.
Varias de sus demandan no sorprenden. Las escuchamos el año 2006 con la denominada “movilización pingüina”, pero hoy cobran más sentido porque la solución nunca llegó y ya se discutió la propuesta “en la medida de lo posible”, traducida en la Ley General de Educación.
Los estudiantes se reunieron para marchar por Plaza Italia, pero los fueron reprimidos violentamente por Carabineros, por lo que resolvieron trasladarse hasta las dependencias de la Junaeb, en la comuna de Providencia. Por medio de una toma solicitaron una pronta reunión con el ministerio de Educación y luego se retiraron sin violencia del lugar.
Victoria Cárdenas indica que “una vez más, la represión del Estado chileno se hace presente en nuestra manifestación, quedando en evidencia que ese mismo medio de represión que utilizan en las calles hacia los estudiantes que quieren manifestar su descontento se utiliza en toda la sociedad chilena”.
Difícilmente la Junaeb puede asumir la solución de este conflicto. Son políticas de fondo que involucran a todo el sector, pero que en la contingencia de esta toma obedecen a una respuesta de “buena crianza”, ofrecida por el director de la institución, Juan Carlos Cabezas, quien indicó que informarán a las autoridades correspondientes sobre las peticiones de los estudiantes.
Sobre las demandas que le competen a la entidad, como una Tarjeta Nacional Estudiantil gratuita y sin tarifa para todos los estudiantes y la entrega de salud y alimentación gratuita y de calidad, el representante del organismo afirmó que “son bastante razonables, nosotros estamos muy dispuestos a conversar con las personas en condiciones de no violencia”.
Los estudiantes lograron que un representante del ministerio de Educación los recibiera durante la semana, un pequeño paso que puede servir como semilla para instalarlos nuevamente a discutir en serio sobre educación.
“Todos los estudiantes de Chile tienen derecho a la misma educación. Es por eso que el movimiento estudiantil va a crecer y se transformará en un movimiento revolucionario”. Afirmó el dirigente del Liceo Amunategui, Alfredo Vialma, llamando a los estudiantes a un nuevo impulso. Los pungüinos van de nuevo.
“Con fecha 15 de junio, como estudiantes secundarios hemos querido comenzar nuevamente un movimiento estudiantil, donde de una vez consigamos una educación gratuita, de calidad e igualitaria para todos los estudiantes de Chile”.
Con esta arenga, Victoria Cárdenas dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), desde la sede de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), daba cuenta del nuevo impulso del movimiento estudiantil secundario, que toma fuerza en medio del debate por la calidad de la enseñanza, los problemas de la educación superior y las promesas del gobierno.
Los estudiantes agrupados en la ACES no son desconocidos, comenzaron a formar parte de las últimas manifestaciones de los universitarios en el centro de Santiago, y no adhieren a una bandera de lucha en conjunto, porque tienen claro que en su sector exsiten demandas particulares que deben ser enfrentadas directamente con la autoridad.
Pero lejos de abordar asuntos como el denominado “Semáforo del Simce”, propuesto por el actual ministerio del ramo, los jóvenes plantean asuntos más de fondo: educación estatal, laica, gratuita y de excelencia para todos, que asegure la participación política, real y activa de todo el estudiantado. También exigen el fin a la municipalización, que es compartida por profesores y por un sector de los propios parlamentarios.
Varias de sus demandan no sorprenden. Las escuchamos el año 2006 con la denominada “movilización pingüina”, pero hoy cobran más sentido porque la solución nunca llegó y ya se discutió la propuesta “en la medida de lo posible”, traducida en la Ley General de Educación.
Los estudiantes se reunieron para marchar por Plaza Italia, pero los fueron reprimidos violentamente por Carabineros, por lo que resolvieron trasladarse hasta las dependencias de la Junaeb, en la comuna de Providencia. Por medio de una toma solicitaron una pronta reunión con el ministerio de Educación y luego se retiraron sin violencia del lugar.
Victoria Cárdenas indica que “una vez más, la represión del Estado chileno se hace presente en nuestra manifestación, quedando en evidencia que ese mismo medio de represión que utilizan en las calles hacia los estudiantes que quieren manifestar su descontento se utiliza en toda la sociedad chilena”.
Difícilmente la Junaeb puede asumir la solución de este conflicto. Son políticas de fondo que involucran a todo el sector, pero que en la contingencia de esta toma obedecen a una respuesta de “buena crianza”, ofrecida por el director de la institución, Juan Carlos Cabezas, quien indicó que informarán a las autoridades correspondientes sobre las peticiones de los estudiantes.
Sobre las demandas que le competen a la entidad, como una Tarjeta Nacional Estudiantil gratuita y sin tarifa para todos los estudiantes y la entrega de salud y alimentación gratuita y de calidad, el representante del organismo afirmó que “son bastante razonables, nosotros estamos muy dispuestos a conversar con las personas en condiciones de no violencia”.
Los estudiantes lograron que un representante del ministerio de Educación los recibiera durante la semana, un pequeño paso que puede servir como semilla para instalarlos nuevamente a discutir en serio sobre educación.
“Todos los estudiantes de Chile tienen derecho a la misma educación. Es por eso que el movimiento estudiantil va a crecer y se transformará en un movimiento revolucionario”. Afirmó el dirigente del Liceo Amunategui, Alfredo Vialma, llamando a los estudiantes a un nuevo impulso. Los pungüinos van de nuevo.
“Con fecha 15 de junio, como estudiantes secundarios hemos querido comenzar nuevamente un movimiento estudiantil, donde de una vez consigamos una educación gratuita, de calidad e igualitaria para todos los estudiantes de Chile”.
Con esta arenga, Victoria Cárdenas dirigente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), desde la sede de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), daba cuenta del nuevo impulso del movimiento estudiantil secundario, que toma fuerza en medio del debate por la calidad de la enseñanza, los problemas de la educación superior y las promesas del gobierno.
Los estudiantes agrupados en la ACES no son desconocidos, comenzaron a formar parte de las últimas manifestaciones de los universitarios en el centro de Santiago, y no adhieren a una bandera de lucha en conjunto, porque tienen claro que en su sector exsiten demandas particulares que deben ser enfrentadas directamente con la autoridad.
Pero lejos de abordar asuntos como el denominado “Semáforo del Simce”, propuesto por el actual ministerio del ramo, los jóvenes plantean asuntos más de fondo: educación estatal, laica, gratuita y de excelencia para todos, que asegure la participación política, real y activa de todo el estudiantado. También exigen el fin a la municipalización, que es compartida por profesores y por un sector de los propios parlamentarios.
Varias de sus demandan no sorprenden. Las escuchamos el año 2006 con la denominada “movilización pingüina”, pero hoy cobran más sentido porque la solución nunca llegó y ya se discutió la propuesta “en la medida de lo posible”, traducida en la Ley General de Educación.
Los estudiantes se reunieron para marchar por Plaza Italia, pero los fueron reprimidos violentamente por Carabineros, por lo que resolvieron trasladarse hasta las dependencias de la Junaeb, en la comuna de Providencia. Por medio de una toma solicitaron una pronta reunión con el ministerio de Educación y luego se retiraron sin violencia del lugar.
Victoria Cárdenas indica que “una vez más, la represión del Estado chileno se hace presente en nuestra manifestación, quedando en evidencia que ese mismo medio de represión que utilizan en las calles hacia los estudiantes que quieren manifestar su descontento se utiliza en toda la sociedad chilena”.
Difícilmente la Junaeb puede asumir la solución de este conflicto. Son políticas de fondo que involucran a todo el sector, pero que en la contingencia de esta toma obedecen a una respuesta de “buena crianza”, ofrecida por el director de la institución, Juan Carlos Cabezas, quien indicó que informarán a las autoridades correspondientes sobre las peticiones de los estudiantes.
Sobre las demandas que le competen a la entidad, como una Tarjeta Nacional Estudiantil gratuita y sin tarifa para todos los estudiantes y la entrega de salud y alimentación gratuita y de calidad, el representante del organismo afirmó que “son bastante razonables, nosotros estamos muy dispuestos a conversar con las personas en condiciones de no violencia”.
Los estudiantes lograron que un representante del ministerio de Educación los recibiera durante la semana, un pequeño paso que puede servir como semilla para instalarlos nuevamente a discutir en serio sobre educación.
“Todos los estudiantes de Chile tienen derecho a la misma educación. Es por eso que el movimiento estudiantil va a crecer y se transformará en un movimiento revolucionario”. Afirmó el dirigente del Liceo Amunategui, Alfredo Vialma, llamando a los estudiantes a un nuevo impulso. Los pungüinos van de nuevo.
