La renovación de Marcelo Bielsa es tema nacional. Y aunque los pocos detractores del técnico argentino surgieron más por un hecho político que por cuestiones futbolísticas, la gran mayoría exige la continuidad del entrenador hasta, al menos, el próximo mundial.
Cristopher Antúnez
Jueves 15 de julio 2010 18:03 hrs.
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Terminada la Copa América en Venezuela 2007 el fútbol chileno se encontraba en un gran pozo. Había sido eliminado de este torneo con goleada incluida ante Brasil, y un grupo de jugadores se vieron involucrados en un escándalo que terminó con sanciones y el reproche público. El recién electo presidente Harold Mayne Nicholls apostó en grande y cruzó la cordillera para convencer a un técnico de elite que se encontraba hace tres años sin dirigir y que había sido muy golpeado por la prensa de su país.
Marcelo Bielsa estuvo al mando de la Selección Argentina en el proceso eliminatorio para Japón Corea 2002, Mundial que sería un fracaso al quedar eliminados en primera ronda. Luego ganaría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas y renunciaría. Objetivamente Chile necesitaba a Bielsa, tanto como Bielsa necesitaba a Chile.
Que lo haya recibido en su rancho en Rosario fue el primer triunfo de Harold Mayne Nicholls, y luego vino al país para conocer nuestra realidad. Las esperanzas crecían y cuando faltaba muy poco para iniciar el camino a Sudáfrica, Marcelo Bielsa aceptó la propuesta de la Federación de Fútbol de Chile y se hizo cargo de la Selección Nacional.
El resto de la historia es conocida: Juan Pinto Duran convertido en un bunker inexpugnable, jugadores disciplinados, amistosos con equipos importantes, valorización de los futbolistas, triunfos de visita (Bolivia, Venezuela, Perú, Paraguay, Colombia) y un segundo lugar en la tabla sudamericana, que ni el más crédulo esperaba. Luego el Mundial, donde se gana después de 48 años y el mundo deportivo queda asombrado por la filosofía Bielsa y la propuesta de siempre buscar el arco rival.
Este 31 de julio vence el contrato que une al DT transandino con la Selección y son muchas las voces que claman por la continuidad del estratega. “Bielsa le ha hecho muy bien al fútbol y ojalá que acepte seguir. La verdad es que con él a cargo ha sido todo positivo. Por mí que siga”, aseguró el portero Cristopher Toselli, quien incluso fue desafectado por el técnico. “Me encantaría que él siguiera. Ha hecho un gran trabajo y le sacó rendimiento a los jugadores”, afirmó Arturo Vidal, otro que ha tenido una relación de amor-odio con Bielsa.
Extraoficialmente ha trascendido que Bielsa exigiría para seguir en el cargo un nuevo campo de entrenamiento, considerando que Juan Pinto Duran no cumple los requisitos para un trabajo de nivel. Frente a este escenario, Harold Mayne Nicholls se jugará todas sus cartas para conseguir la continuidad del rosarino y, con esto, amarrar la reelección de su mandato. Pero nuevamente es él el que tiene la última palabra.
Terminada la Copa América en Venezuela 2007 el fútbol chileno se encontraba en un gran pozo. Había sido eliminado de este torneo con goleada incluida ante Brasil, y un grupo de jugadores se vieron involucrados en un escándalo que terminó con sanciones y el reproche público. El recién electo presidente Harold Mayne Nicholls apostó en grande y cruzó la cordillera para convencer a un técnico de elite que se encontraba hace tres años sin dirigir y que había sido muy golpeado por la prensa de su país.
Marcelo Bielsa estuvo al mando de la Selección Argentina en el proceso eliminatorio para Japón Corea 2002, Mundial que sería un fracaso al quedar eliminados en primera ronda. Luego ganaría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas y renunciaría. Objetivamente Chile necesitaba a Bielsa, tanto como Bielsa necesitaba a Chile.
Que lo haya recibido en su rancho en Rosario fue el primer triunfo de Harold Mayne Nicholls, y luego vino al país para conocer nuestra realidad. Las esperanzas crecían y cuando faltaba muy poco para iniciar el camino a Sudáfrica, Marcelo Bielsa aceptó la propuesta de la Federación de Fútbol de Chile y se hizo cargo de la Selección Nacional.
El resto de la historia es conocida: Juan Pinto Duran convertido en un bunker inexpugnable, jugadores disciplinados, amistosos con equipos importantes, valorización de los futbolistas, triunfos de visita (Bolivia, Venezuela, Perú, Paraguay, Colombia) y un segundo lugar en la tabla sudamericana, que ni el más crédulo esperaba. Luego el Mundial, donde se gana después de 48 años y el mundo deportivo queda asombrado por la filosofía Bielsa y la propuesta de siempre buscar el arco rival.
Este 31 de julio vence el contrato que une al DT transandino con la Selección y son muchas las voces que claman por la continuidad del estratega. “Bielsa le ha hecho muy bien al fútbol y ojalá que acepte seguir. La verdad es que con él a cargo ha sido todo positivo. Por mí que siga”, aseguró el portero Cristopher Toselli, quien incluso fue desafectado por el técnico. “Me encantaría que él siguiera. Ha hecho un gran trabajo y le sacó rendimiento a los jugadores”, afirmó Arturo Vidal, otro que ha tenido una relación de amor-odio con Bielsa.
Extraoficialmente ha trascendido que Bielsa exigiría para seguir en el cargo un nuevo campo de entrenamiento, considerando que Juan Pinto Duran no cumple los requisitos para un trabajo de nivel. Frente a este escenario, Harold Mayne Nicholls se jugará todas sus cartas para conseguir la continuidad del rosarino y, con esto, amarrar la reelección de su mandato. Pero nuevamente es él el que tiene la última palabra.
Terminada la Copa América en Venezuela 2007 el fútbol chileno se encontraba en un gran pozo. Había sido eliminado de este torneo con goleada incluida ante Brasil, y un grupo de jugadores se vieron involucrados en un escándalo que terminó con sanciones y el reproche público. El recién electo presidente Harold Mayne Nicholls apostó en grande y cruzó la cordillera para convencer a un técnico de elite que se encontraba hace tres años sin dirigir y que había sido muy golpeado por la prensa de su país.
Marcelo Bielsa estuvo al mando de la Selección Argentina en el proceso eliminatorio para Japón Corea 2002, Mundial que sería un fracaso al quedar eliminados en primera ronda. Luego ganaría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas y renunciaría. Objetivamente Chile necesitaba a Bielsa, tanto como Bielsa necesitaba a Chile.
Que lo haya recibido en su rancho en Rosario fue el primer triunfo de Harold Mayne Nicholls, y luego vino al país para conocer nuestra realidad. Las esperanzas crecían y cuando faltaba muy poco para iniciar el camino a Sudáfrica, Marcelo Bielsa aceptó la propuesta de la Federación de Fútbol de Chile y se hizo cargo de la Selección Nacional.
El resto de la historia es conocida: Juan Pinto Duran convertido en un bunker inexpugnable, jugadores disciplinados, amistosos con equipos importantes, valorización de los futbolistas, triunfos de visita (Bolivia, Venezuela, Perú, Paraguay, Colombia) y un segundo lugar en la tabla sudamericana, que ni el más crédulo esperaba. Luego el Mundial, donde se gana después de 48 años y el mundo deportivo queda asombrado por la filosofía Bielsa y la propuesta de siempre buscar el arco rival.
Este 31 de julio vence el contrato que une al DT transandino con la Selección y son muchas las voces que claman por la continuidad del estratega. “Bielsa le ha hecho muy bien al fútbol y ojalá que acepte seguir. La verdad es que con él a cargo ha sido todo positivo. Por mí que siga”, aseguró el portero Cristopher Toselli, quien incluso fue desafectado por el técnico. “Me encantaría que él siguiera. Ha hecho un gran trabajo y le sacó rendimiento a los jugadores”, afirmó Arturo Vidal, otro que ha tenido una relación de amor-odio con Bielsa.
Extraoficialmente ha trascendido que Bielsa exigiría para seguir en el cargo un nuevo campo de entrenamiento, considerando que Juan Pinto Duran no cumple los requisitos para un trabajo de nivel. Frente a este escenario, Harold Mayne Nicholls se jugará todas sus cartas para conseguir la continuidad del rosarino y, con esto, amarrar la reelección de su mandato. Pero nuevamente es él el que tiene la última palabra.
Terminada la Copa América en Venezuela 2007 el fútbol chileno se encontraba en un gran pozo. Había sido eliminado de este torneo con goleada incluida ante Brasil, y un grupo de jugadores se vieron involucrados en un escándalo que terminó con sanciones y el reproche público. El recién electo presidente Harold Mayne Nicholls apostó en grande y cruzó la cordillera para convencer a un técnico de elite que se encontraba hace tres años sin dirigir y que había sido muy golpeado por la prensa de su país.
