Tuvieron que pasar más de 50 días desde el inicio de la huelga de hambre que llevan a cabo 32 presos políticos mapuche para que el gobierno tomara parte en un conflicto que ha trascendido nuestras fronteras en el apoyo a los comuneros. Y lo hizo anunciando su disposición a efectuar modificaciones al código de justicia militar, así como una reforma a la polémica Ley Antiterrorista.
Durante semanas presenciamos un largo silencio por parte de la mayoría de los medios de comunicación y, por supuesto, también de las autoridades que se negaban a reconocer lo que estaba sucediendo en el sur del país.
La tragedia de los mineros de Copiapó vino como anillo al dedo para todos aquellos que quisieron silenciar el movimiento y mientras los noticiarios, portales de Internet y diarios se volcaron a llenar sus espacios con el minuto a minuto de la tragedia en la mina San José, la salud y las condiciones de los huelguistas se fue debilitando.
A partir del 12 de julio un grupo de catorce presos mapuche inició una huelga de hambre que fue sumando adherentes con el paso de los días hasta llegar a 32. Pero las malas noticias continúan y en las últimas horas se ha informado que podrían sumarse a la extrema medida dos adolescentes indígenas, también imputados bajo la Ley Antiterrorista por los atentados a los fundos Brasil y San Leandro y que están recluidos en la Cárcel Juvenil de Chol Chol, siendo los primeros niños de Latinoamérica en ser juzgados con la polémica ley. Otro triste récord para nuestro Bicentenario.
Y la situación podría empeorar si se concreta el anuncio del werkén del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán, quien advirtió con que para estas Fiestas Patrias podría haber una huelga de hambre generalizada si no hay una solución concreta a las demandas del pueblo mapuche.
Finalmente, este martes se abrió una puerta con el anuncio del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien adelantó el envío de dos proyectos de ley al Congreso: uno durante la próxima semana que modifica y “acota la jurisdicción de la fiscalía y la justicia militar a los casos en que efectivamente corresponde”; y otro que reforma la Ley Antiterrorista definiendo mejor los delitos que sancionará.
A pesar de los anuncios del Gobierno, los mapuche en huelga de hambre esperan un gesto directo hacia sus demandas e insisten en el establecimiento de una mesa de diálogo para buscar alguna salida.
Tendremos que esperar, entonces, el desenlace de este importante capítulo que se escribe ad portas del Bicentenario de Chile y que es seguido de cerca en diversos países, donde miles de personas se han manifestado en apoyo a la causa mapuche en un comportamiento más chileno que el propio que han tenido aquellos que habitan esta larga y angosta faja de tierra.