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Año XVI, 23 de abril de 2024


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Ecuador: La sublevación y las causas de fondo

Según lo dijo el presidente Rafael Correa, el jueves 30 de septiembre fue el más triste de su vida. En esa fecha, como trascendió a nivel internacional, un sector de la Policía se sublevó y lo tomó como rehén por alrededor de 10 horas.

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  Miércoles 6 de octubre 2010 17:41 hrs. 
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Aquella jornada finalizó con el rescate violento pero exitoso del mandatario. El discurso que pronunció luego, cuando regresó al Palacio de Gobierno, dejó entrever que había salido fortalecido.

El desorden de las fuerzas del orden

Según Jorge León, estudioso social y político, es desastroso para una colectividad el hecho de que las fuerzas encargadas del orden interno contribuyan al desorden. “Creo que fue un acontecimiento particularmente fuerte para la sociedad el encontrarse indefensa ante las diversas posibilidades de inseguridad y delincuencia”. En efecto, aparte de la sublevación y las manifestaciones callejeras que ésta produjo, la ausencia de policías desencadenó saqueos, asaltos y robos en muchas ciudades, particularmente en algunas del litoral.

Las inapropiadas políticas ejercidas sobre la Policía en los últimos años, según León, han contribuido a la inseguridad en dicha institución. Eso sería lo que desencadenó los acontecimientos del jueves 30 de septiembre. León recuerda que en el tiempo de Lucio Gutiérrez se descabezó a la cúpula militar para poner ahí a gente de la confianza del entonces presidente. Similar cosa hizo el actual mandatario Rafael Correa. Ninguno habría tratado de encauzar institucionalmente a la Policía, la intención siempre habría sido la de controlarla políticamente con gente de su confianza. Para León, inseguridad e inestabilidad generan inevitablemente desconfianza, “por lo mismo, yo diría que lo que queda ahora es la reconstrucción de una institución que ha perdido enormemente el respeto o la legitimidad para poner orden”. Tomará mucho tiempo –señala– hasta restablecer una Policía que goce de la confianza de la ciudadanía.

Fortalecido y debilitado a la vez
“Evidentemente fue positivo que el presidente saliera ileso y que no cediera a chantajes, pero está claro que salió debilitado –opina León–, porque como persona sufrió varios vejámenes, burlas; porque fue a demostrar que era él quien comandaba y se encontró con lo contrario: que su voz no era aceptada y que, al contrario, era mal venido ahí en la Policía”.

León piensa que el gobierno manejó mal la crisis, que un problema que se lo podría considerar pequeño lo convirtió en algo inmenso. Además, considera que la idea del complot lo convirtió en algo que no apunta a lo fundamental. “Resultado de esto tenemos, por primera vez en Ecuador, una confrontación bélica”, en circunstancias en que se tenía un sistema político que permitía la protesta y que tenía al Ejército y a la Policía como elementos mediadores para tranquilizar los ánimos, para atenuar el conflicto.

“Ahora, un enfrentamiento ha dejado como saldo muertos y heridos, lo cual tiene pésimas consecuencias en la sociedad. El gobierno de Correa ya lleva tres muertos en protestas, lo cual es una situación que no habíamos visto antes, que no es positiva para el gobierno. Aparentemente fue un éxito del gobierno salir como salió, pero queda en mala postura por todos estos factores, lo cual le obligaría a cambiar su estilo. Si el gobierno persiste en la idea del complot, vamos a arribar a una persecución de brujas que no permitirá ver las causas de fondo. Así, se agigantarán los problemas y podrán volver a aparecer en otro rato”.

Escuche la entrevista completa: Ecuador

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