Aborto decide elecciones en Brasil
La campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil se torna agresiva.
Martes 12 de octubre 2010 15:29 hrs.
El candidato de la oposición al gobierno Lula, José Serra, acusa a la candidata Dilma Rousseff de favorecer el aborto, de no tener experiencia para ejercer la presidencia del país y de vivir en la sombra de la popularidad del presidente Lula.
El tema del aborto ha sido el que más polvareda ha levantado en las últimas semanas. La controversia al respecto, ha llevado a ambos candidatos a rechazar el aborto con vehemencia y a posicionarse “a favor de la vida” con el objetivo de atraer el voto de los religiosos.
Debate
En un debate televisivo que ha terminado en los primeros minutos de este lunes se produjo una avalancha de acusaciones sobre quienes, en el pasado, han defendido la despenalización del aborto. La oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, intercambiaron graves acusaciones y se sacaron los trapos sucios en un debate tenso en canal Bandeirantes de Televisión. Este ha sido el primer debate en esta vuelta de las elecciones.Parte de la Iglesia Católica y de las iglesias evangélicas han afirmado que Dilma sería partidaria de la liberación de las leyes que criminalizan el aborto, uno de los puntos del programa de Partido de los Trabajadores. La candidata lo ha negado y afirma que personalmente está contra y que en su gobierno no hará nada a favor.
Serra
Según Dilma, José Serra, cuando era Ministro de Salud del gobierno Fernando Enrique Cardoso, tenía como norma ministerial facilitar ayuda, en hospitales públicos, a mujeres que habían abortado.
Serra la espetó: “Yo nunca defendí el aborto. Usted sí lo defendió y ahora pasa a decir lo contrario y a hacerse la víctima”, dijo en tono agresivo. Y agregó: “en algunas entrevistas has dudado de la existencia de Dios y ahora te vuelves devota”.
Dilma
Dilma Rousseff en una entrevista hace pocos meses había dicho que ayudar mujeres pobres que hubiesen abortado no constituía un caso para presentar ante la policía, sí una cuestión de salud pública, por lo tanto el Estado debería prestar asistencia en hospitales públicos.
En el fondo, ambos candidatos tienen la misma posición, pero se atacan para conquistar los votos religiosos. Según los datos facilitados por el ministro de Salud de Brasil, José Gomes Temporão anualmente se practican de forma clandestina más de 1,4 millón de abortos. Además miles de mujeres mueren cada año en Brasil por falta de asistencia médica y por utilizar métodos abortivos muy primitivos como agujas y productos prohibidos que entre otros, provocan hemorragias.
Oscurantismo
Esta discusión entre el oscurantismo medieval y la nueva sociedad tecnológica moderna, forma parte de un crecimiento de corrientes conservadoras del movimiento evangélico inspirado en los pastores fundamentalistas norte-americanos y la posición de la jerarquía de la Iglesia Católica en la última década.
La llamada “Guerra Santa” es un fenómeno a nivel mundial y Brasil no es la excepción. El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, también miembro del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) y aliado de Serra, pertenece a un grupo de ultra derecha brasileño, conocido como TFP, de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
En 1964 fue el movimiento que salió a las calles para llamar y apoyar el golpe de estado que instauró una dictadura militar durante 21 años en Brasil.
En la secuencia del debate han discutido la cuestión de la explotación del petróleo en los yacimientos denominado de presal, en alta mar.
Dilma acusa al socialdemócrata de pretender vender a compañías extranjeras esos yacimientos y también la empresa mixta de control del Estado, Petrobras.
José Serra dice que va estatizar algunas grandes empresas que son en parte del estado, como el Banco do Brasil. Las acusaciones de corrupción, de violación de sigilo fiscales y otros se quedan sin respuesta.
Promesas
En los programas de radio y televisión José Serra promete aumentos de sueldos, bonificaciones a pensionados, escuelas y hospitales, sin detallar como va conseguir financiar esos gastos. Muestra obras que ha hecho como gobernado del rico estado de Sao Paulo.
Dilma Rousseff gasta gran parte de su tiempo mostrando las obras del presidente Lula, que ella afirma, “nosotros hicimos esto”. Escuelas, fábricas y carreteras son presentadas como el fruto de sus ochos años de trabajo en el Gobierno, como ministra de Minas y Energía y ministra-jefa de la Casa Civil.
Antes de lanzar la propaganda electoral gratuita el pasado viernes, la candidata Dilma Rousseff aventajaba siete puntos a su oponente, según sondeos del Instituto DataFolha. Dilma obtendría el 48 por ciento y Serra el 41 por ciento de los votos. En la primera vuelta la diferencia entre ambos era de 14 puntos a favor de Dilma.
El candidato de la oposición al gobierno Lula, José Serra, acusa a la candidata Dilma Rousseff de favorecer el aborto, de no tener experiencia para ejercer la presidencia del país y de vivir en la sombra de la popularidad del presidente Lula.
El tema del aborto ha sido el que más polvareda ha levantado en las últimas semanas. La controversia al respecto, ha llevado a ambos candidatos a rechazar el aborto con vehemencia y a posicionarse “a favor de la vida” con el objetivo de atraer el voto de los religiosos.
Debate
En un debate televisivo que ha terminado en los primeros minutos de este lunes se produjo una avalancha de acusaciones sobre quienes, en el pasado, han defendido la despenalización del aborto. La oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, intercambiaron graves acusaciones y se sacaron los trapos sucios en un debate tenso en canal Bandeirantes de Televisión. Este ha sido el primer debate en esta vuelta de las elecciones.Parte de la Iglesia Católica y de las iglesias evangélicas han afirmado que Dilma sería partidaria de la liberación de las leyes que criminalizan el aborto, uno de los puntos del programa de Partido de los Trabajadores. La candidata lo ha negado y afirma que personalmente está contra y que en su gobierno no hará nada a favor.
Serra
Según Dilma, José Serra, cuando era Ministro de Salud del gobierno Fernando Enrique Cardoso, tenía como norma ministerial facilitar ayuda, en hospitales públicos, a mujeres que habían abortado.
Serra la espetó: “Yo nunca defendí el aborto. Usted sí lo defendió y ahora pasa a decir lo contrario y a hacerse la víctima”, dijo en tono agresivo. Y agregó: “en algunas entrevistas has dudado de la existencia de Dios y ahora te vuelves devota”.
Dilma
Dilma Rousseff en una entrevista hace pocos meses había dicho que ayudar mujeres pobres que hubiesen abortado no constituía un caso para presentar ante la policía, sí una cuestión de salud pública, por lo tanto el Estado debería prestar asistencia en hospitales públicos.
En el fondo, ambos candidatos tienen la misma posición, pero se atacan para conquistar los votos religiosos. Según los datos facilitados por el ministro de Salud de Brasil, José Gomes Temporão anualmente se practican de forma clandestina más de 1,4 millón de abortos. Además miles de mujeres mueren cada año en Brasil por falta de asistencia médica y por utilizar métodos abortivos muy primitivos como agujas y productos prohibidos que entre otros, provocan hemorragias.
Oscurantismo
Esta discusión entre el oscurantismo medieval y la nueva sociedad tecnológica moderna, forma parte de un crecimiento de corrientes conservadoras del movimiento evangélico inspirado en los pastores fundamentalistas norte-americanos y la posición de la jerarquía de la Iglesia Católica en la última década.
La llamada “Guerra Santa” es un fenómeno a nivel mundial y Brasil no es la excepción. El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, también miembro del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) y aliado de Serra, pertenece a un grupo de ultra derecha brasileño, conocido como TFP, de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
En 1964 fue el movimiento que salió a las calles para llamar y apoyar el golpe de estado que instauró una dictadura militar durante 21 años en Brasil.
En la secuencia del debate han discutido la cuestión de la explotación del petróleo en los yacimientos denominado de presal, en alta mar.
Dilma acusa al socialdemócrata de pretender vender a compañías extranjeras esos yacimientos y también la empresa mixta de control del Estado, Petrobras.
José Serra dice que va estatizar algunas grandes empresas que son en parte del estado, como el Banco do Brasil. Las acusaciones de corrupción, de violación de sigilo fiscales y otros se quedan sin respuesta.
Promesas
En los programas de radio y televisión José Serra promete aumentos de sueldos, bonificaciones a pensionados, escuelas y hospitales, sin detallar como va conseguir financiar esos gastos. Muestra obras que ha hecho como gobernado del rico estado de Sao Paulo.
Dilma Rousseff gasta gran parte de su tiempo mostrando las obras del presidente Lula, que ella afirma, “nosotros hicimos esto”. Escuelas, fábricas y carreteras son presentadas como el fruto de sus ochos años de trabajo en el Gobierno, como ministra de Minas y Energía y ministra-jefa de la Casa Civil.
Antes de lanzar la propaganda electoral gratuita el pasado viernes, la candidata Dilma Rousseff aventajaba siete puntos a su oponente, según sondeos del Instituto DataFolha. Dilma obtendría el 48 por ciento y Serra el 41 por ciento de los votos. En la primera vuelta la diferencia entre ambos era de 14 puntos a favor de Dilma.
El candidato de la oposición al gobierno Lula, José Serra, acusa a la candidata Dilma Rousseff de favorecer el aborto, de no tener experiencia para ejercer la presidencia del país y de vivir en la sombra de la popularidad del presidente Lula.
El tema del aborto ha sido el que más polvareda ha levantado en las últimas semanas. La controversia al respecto, ha llevado a ambos candidatos a rechazar el aborto con vehemencia y a posicionarse “a favor de la vida” con el objetivo de atraer el voto de los religiosos.
Debate
En un debate televisivo que ha terminado en los primeros minutos de este lunes se produjo una avalancha de acusaciones sobre quienes, en el pasado, han defendido la despenalización del aborto. La oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, intercambiaron graves acusaciones y se sacaron los trapos sucios en un debate tenso en canal Bandeirantes de Televisión. Este ha sido el primer debate en esta vuelta de las elecciones.Parte de la Iglesia Católica y de las iglesias evangélicas han afirmado que Dilma sería partidaria de la liberación de las leyes que criminalizan el aborto, uno de los puntos del programa de Partido de los Trabajadores. La candidata lo ha negado y afirma que personalmente está contra y que en su gobierno no hará nada a favor.
Serra
Según Dilma, José Serra, cuando era Ministro de Salud del gobierno Fernando Enrique Cardoso, tenía como norma ministerial facilitar ayuda, en hospitales públicos, a mujeres que habían abortado.
Serra la espetó: “Yo nunca defendí el aborto. Usted sí lo defendió y ahora pasa a decir lo contrario y a hacerse la víctima”, dijo en tono agresivo. Y agregó: “en algunas entrevistas has dudado de la existencia de Dios y ahora te vuelves devota”.
Dilma
Dilma Rousseff en una entrevista hace pocos meses había dicho que ayudar mujeres pobres que hubiesen abortado no constituía un caso para presentar ante la policía, sí una cuestión de salud pública, por lo tanto el Estado debería prestar asistencia en hospitales públicos.
En el fondo, ambos candidatos tienen la misma posición, pero se atacan para conquistar los votos religiosos. Según los datos facilitados por el ministro de Salud de Brasil, José Gomes Temporão anualmente se practican de forma clandestina más de 1,4 millón de abortos. Además miles de mujeres mueren cada año en Brasil por falta de asistencia médica y por utilizar métodos abortivos muy primitivos como agujas y productos prohibidos que entre otros, provocan hemorragias.
Oscurantismo
Esta discusión entre el oscurantismo medieval y la nueva sociedad tecnológica moderna, forma parte de un crecimiento de corrientes conservadoras del movimiento evangélico inspirado en los pastores fundamentalistas norte-americanos y la posición de la jerarquía de la Iglesia Católica en la última década.
La llamada “Guerra Santa” es un fenómeno a nivel mundial y Brasil no es la excepción. El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, también miembro del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) y aliado de Serra, pertenece a un grupo de ultra derecha brasileño, conocido como TFP, de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
En 1964 fue el movimiento que salió a las calles para llamar y apoyar el golpe de estado que instauró una dictadura militar durante 21 años en Brasil.
En la secuencia del debate han discutido la cuestión de la explotación del petróleo en los yacimientos denominado de presal, en alta mar.
Dilma acusa al socialdemócrata de pretender vender a compañías extranjeras esos yacimientos y también la empresa mixta de control del Estado, Petrobras.
José Serra dice que va estatizar algunas grandes empresas que son en parte del estado, como el Banco do Brasil. Las acusaciones de corrupción, de violación de sigilo fiscales y otros se quedan sin respuesta.
Promesas
En los programas de radio y televisión José Serra promete aumentos de sueldos, bonificaciones a pensionados, escuelas y hospitales, sin detallar como va conseguir financiar esos gastos. Muestra obras que ha hecho como gobernado del rico estado de Sao Paulo.
Dilma Rousseff gasta gran parte de su tiempo mostrando las obras del presidente Lula, que ella afirma, “nosotros hicimos esto”. Escuelas, fábricas y carreteras son presentadas como el fruto de sus ochos años de trabajo en el Gobierno, como ministra de Minas y Energía y ministra-jefa de la Casa Civil.
Antes de lanzar la propaganda electoral gratuita el pasado viernes, la candidata Dilma Rousseff aventajaba siete puntos a su oponente, según sondeos del Instituto DataFolha. Dilma obtendría el 48 por ciento y Serra el 41 por ciento de los votos. En la primera vuelta la diferencia entre ambos era de 14 puntos a favor de Dilma.
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