Continúan los cuestionamientos a la desinteligencia comunicacional de la ministra del Trabajo, Camila Merino, quien afirmó tener antecedentes previos al accidente de los 33 mineros en el yacimiento San José y que el gobierno pudo haber actuado con anticipación.
Pese a que después la secretaria de Estado se desdijo luego de reunirse con la ministra Ena von Baer, quien le pidió rectificar sus dichos, en la Concertación sus dichos no cayeron nada de bien.
El presidente del Senado, el DC Jorge Pizarro, a través de un comunicado pidió la renuncia de Merino a la cartera, argumentando que es “gravísimo, porque se pretenden ocultar hechos que podrían haber evitado” la tragedia.
El titular del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, por su parte, indicó que prefería quedarse con el sinceramiento de Merino que con la corrección a la que fue obligada por La Moneda.
“Yo creo que la ministra fue sincera y yo hago sino hacerme cargo de su sinceridad porque dijo que tenían indicios de problemas en la mina San José y que el Gobierno debiera haber hecho más de lo que hizo, haber actuado con más prontitud. Hay que hacerse cargo del reconocimiento del mea culpa que se hace. Me da la impresión que la rectificación tiene que ver con un memorándum que salió del segundo piso de La Moneda más que con su sinceridad. Me quedo con sus declaraciones iniciales porque estas no están pauteadas”, indicó Andrade.
La presidenta del PPD, Carolina Tohá, en tanto, fue enfática en emplazar a la titular del Trabajo a entregar todos los antecedentes que maneje sobre el caso, pues implican acciones penales.
Tohá fue enfática en agregar que la voltereta de Merino agrava más aún las circunstancias en las que se conocieron las declaraciones, pues la hizo actuar obligada para desdecirse, señalando que la ambigüedad de la ministra es grave y que “si el Gobierno sabía estos antecedentes o no los sabía no es irrelevante. Si los sabía y no hizo nada y los ocultó, si no hizo de eso una decisión activa de perseguir que aquí se esclareciera y se pagara la culpa por haber impedido el rescate de los mineros. Yo quisiera saber cómo supo la ministra Merino esto, por qué fuente lo supo, quién lo oculto y por qué dio versiones contradictorias el mismo día cuando esto se dio a conocer públicamente”.
A tanto llegó la situación que la presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda, emplazó a la ministra Merino a entregar todos los antecedentes que maneje ante la Comisión Investigadora que estudia el accidente, por la gravedad de los dichos.
Algo a lo que está dispuesto el gobierno, según dijo la vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, quien blindó a la ministra Merino, manifestando que “es imposible que el Gobierno haya tenido antecedentes de lo que estaba sucediendo en la mina ese día, es absolutamente imposible. Acá nosotros hemos sido absolutamente transparentes y la misma ministra Camila Merino ayer lo rectificó, por lo tanto, querer acá tener una lectura sobre lo que ha dicho la ministra Merino, la verdad es que nosotros planteamos con mucha claridad que el Gobierno no tenía esos antecedentes”.
La ministra Camila Merino tenía una reunión de la Comisión de Seguridad en el Trabajo en el Palacio de La Moneda, pero no asistió. En su lugar, llegó el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias.
Continúan los cuestionamientos a la desinteligencia comunicacional de la ministra del Trabajo, Camila Merino, quien afirmó tener antecedentes previos al accidente de los 33 mineros en el yacimiento San José y que el gobierno pudo haber actuado con anticipación.
Pese a que después la secretaria de Estado se desdijo luego de reunirse con la ministra Ena von Baer, quien le pidió rectificar sus dichos, en la Concertación sus dichos no cayeron nada de bien.
El presidente del Senado, el DC Jorge Pizarro, a través de un comunicado pidió la renuncia de Merino a la cartera, argumentando que es “gravísimo, porque se pretenden ocultar hechos que podrían haber evitado” la tragedia.
El titular del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, por su parte, indicó que prefería quedarse con el sinceramiento de Merino que con la corrección a la que fue obligada por La Moneda.
“Yo creo que la ministra fue sincera y yo hago sino hacerme cargo de su sinceridad porque dijo que tenían indicios de problemas en la mina San José y que el Gobierno debiera haber hecho más de lo que hizo, haber actuado con más prontitud. Hay que hacerse cargo del reconocimiento del mea culpa que se hace. Me da la impresión que la rectificación tiene que ver con un memorándum que salió del segundo piso de La Moneda más que con su sinceridad. Me quedo con sus declaraciones iniciales porque estas no están pauteadas”, indicó Andrade.
La presidenta del PPD, Carolina Tohá, en tanto, fue enfática en emplazar a la titular del Trabajo a entregar todos los antecedentes que maneje sobre el caso, pues implican acciones penales.
Tohá fue enfática en agregar que la voltereta de Merino agrava más aún las circunstancias en las que se conocieron las declaraciones, pues la hizo actuar obligada para desdecirse, señalando que la ambigüedad de la ministra es grave y que “si el Gobierno sabía estos antecedentes o no los sabía no es irrelevante. Si los sabía y no hizo nada y los ocultó, si no hizo de eso una decisión activa de perseguir que aquí se esclareciera y se pagara la culpa por haber impedido el rescate de los mineros. Yo quisiera saber cómo supo la ministra Merino esto, por qué fuente lo supo, quién lo oculto y por qué dio versiones contradictorias el mismo día cuando esto se dio a conocer públicamente”.
A tanto llegó la situación que la presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda, emplazó a la ministra Merino a entregar todos los antecedentes que maneje ante la Comisión Investigadora que estudia el accidente, por la gravedad de los dichos.
Algo a lo que está dispuesto el gobierno, según dijo la vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, quien blindó a la ministra Merino, manifestando que “es imposible que el Gobierno haya tenido antecedentes de lo que estaba sucediendo en la mina ese día, es absolutamente imposible. Acá nosotros hemos sido absolutamente transparentes y la misma ministra Camila Merino ayer lo rectificó, por lo tanto, querer acá tener una lectura sobre lo que ha dicho la ministra Merino, la verdad es que nosotros planteamos con mucha claridad que el Gobierno no tenía esos antecedentes”.
La ministra Camila Merino tenía una reunión de la Comisión de Seguridad en el Trabajo en el Palacio de La Moneda, pero no asistió. En su lugar, llegó el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias.
Continúan los cuestionamientos a la desinteligencia comunicacional de la ministra del Trabajo, Camila Merino, quien afirmó tener antecedentes previos al accidente de los 33 mineros en el yacimiento San José y que el gobierno pudo haber actuado con anticipación.
Pese a que después la secretaria de Estado se desdijo luego de reunirse con la ministra Ena von Baer, quien le pidió rectificar sus dichos, en la Concertación sus dichos no cayeron nada de bien.
El presidente del Senado, el DC Jorge Pizarro, a través de un comunicado pidió la renuncia de Merino a la cartera, argumentando que es “gravísimo, porque se pretenden ocultar hechos que podrían haber evitado” la tragedia.
El titular del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, por su parte, indicó que prefería quedarse con el sinceramiento de Merino que con la corrección a la que fue obligada por La Moneda.
“Yo creo que la ministra fue sincera y yo hago sino hacerme cargo de su sinceridad porque dijo que tenían indicios de problemas en la mina San José y que el Gobierno debiera haber hecho más de lo que hizo, haber actuado con más prontitud. Hay que hacerse cargo del reconocimiento del mea culpa que se hace. Me da la impresión que la rectificación tiene que ver con un memorándum que salió del segundo piso de La Moneda más que con su sinceridad. Me quedo con sus declaraciones iniciales porque estas no están pauteadas”, indicó Andrade.
La presidenta del PPD, Carolina Tohá, en tanto, fue enfática en emplazar a la titular del Trabajo a entregar todos los antecedentes que maneje sobre el caso, pues implican acciones penales.
Tohá fue enfática en agregar que la voltereta de Merino agrava más aún las circunstancias en las que se conocieron las declaraciones, pues la hizo actuar obligada para desdecirse, señalando que la ambigüedad de la ministra es grave y que “si el Gobierno sabía estos antecedentes o no los sabía no es irrelevante. Si los sabía y no hizo nada y los ocultó, si no hizo de eso una decisión activa de perseguir que aquí se esclareciera y se pagara la culpa por haber impedido el rescate de los mineros. Yo quisiera saber cómo supo la ministra Merino esto, por qué fuente lo supo, quién lo oculto y por qué dio versiones contradictorias el mismo día cuando esto se dio a conocer públicamente”.
A tanto llegó la situación que la presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda, emplazó a la ministra Merino a entregar todos los antecedentes que maneje ante la Comisión Investigadora que estudia el accidente, por la gravedad de los dichos.
Algo a lo que está dispuesto el gobierno, según dijo la vocera del Ejecutivo, Ena von Baer, quien blindó a la ministra Merino, manifestando que “es imposible que el Gobierno haya tenido antecedentes de lo que estaba sucediendo en la mina ese día, es absolutamente imposible. Acá nosotros hemos sido absolutamente transparentes y la misma ministra Camila Merino ayer lo rectificó, por lo tanto, querer acá tener una lectura sobre lo que ha dicho la ministra Merino, la verdad es que nosotros planteamos con mucha claridad que el Gobierno no tenía esos antecedentes”.
La ministra Camila Merino tenía una reunión de la Comisión de Seguridad en el Trabajo en el Palacio de La Moneda, pero no asistió. En su lugar, llegó el subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias.
