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Columna de opinión por Sohad Houssein
Jueves 11 de noviembre 2010 18:09 hrs.


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Sábado 6 de noviembre. Jerusalén. Un chileno es brutalmente golpeado por un grupo de colonos judíos sólo porque “parece palestino”.

Domingo 7 de noviembre. Santiago. El ministro de Educación, Joaquín Lavín,  sentencia que el sistema escolar debe garantizar el respeto a la multiculturalidad y no discriminación. Con esto, reintegra a las aulas a Jazmín Alsayed, musulmana de 9 años, a quien su colegio le había prohibido usar su velo religioso.

20:00 horas. Martes. Providencia. Una mujer camina por la vereda. Súbitamente es flanqueada por dos hombres. El ambiente se tensiona. Uno de ellos se persigna al pasar por una iglesia. La mujer descarta sus temores hacia él. Mira a la derecha: joven, chaqueta de cuero, jeans negro. Camina hacia la izquierda eludiéndolo. Avanza unos metros y unos chiflidos desde la oscuridad llaman su atención. Ya no hay salida. El ataque se hace evidente. Mira hacia donde vienen los silbidos: es el hombre de chaqueta de cuero que, parapetado en la oscuridad, le avisa que corra porque el que se acaba de persignar viene raudo a asaltarla.

Francia. 14 de septiembre de 2010. El Senado prohíbe el uso del velo integral para las mujeres musulmanas. Aluden a los derechos de género que serían pasados a llevar, pero sobre todo a que la única solución para preservar la cultura del país en la era de la globalización es obligar a los inmigrantes a asimilarse.

Paris. 15 de septiembre de 2010. Un grupo de monjas católicas camina rumbo a la iglesia. No pueden contradecir a los sacerdotes, no pueden celebrar misas, no pueden decidir sobre la estructura política de su iglesia y están relegadas a un segundo plano en las actividades religiosas. Usan velos que sólo dejan el rostro al descubierto y cubren sus cuerpos con túnicas. Mientras avanzan, un par de transeúntes las saludan reverencialmente.

Santiago. A bordo del Transantiago. Una mujer musulmana se sube vestida de túnica y velo. Las miradas de curiosidad son inevitables. Un hombre se le sienta al lado y le habla en árabe. Ella responde: “lo siento, no entiendo, soy chilena”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.