El campo minado de los desaciertos comunicacionales del Gobierno

La semana pasada no solo estuvo marcada por las movilizaciones sociales, sino por los insólitos desatinos comunicacionales tanto del Presidente como de algunos personeros de Gobierno. Un escenario que generó preocupación, sobre todo, cuando se esperan mensajes claros de La Moneda en relación a las demandas estudiantiles.

La semana pasada no solo estuvo marcada por las movilizaciones sociales, sino por los insólitos desatinos comunicacionales tanto del Presidente como de algunos personeros de Gobierno. Un escenario que generó preocupación, sobre todo, cuando se esperan mensajes claros de La Moneda en relación a las demandas estudiantiles.

¿Perdón, cómo dijo? Quizás esa fue la reacción que tuvieron la mayoría de los chilenos al escuchar las declaraciones del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien indicó que sólo uno de los secundarios que mantenían una huelga de hambre en Buin había sostenido un ayuno “verdadero”. Tal vez, la misma perplejidad se replicó este jueves cuando en la segunda jornada de Paro Nacional convocada por la CUT, el intendente del Biobío, Víctor Lobos, asoció el estallido social y las actitudes violentas con la cantidad de hijos nacidos fuera del matrimonio en Chile.

Y aunque estos desafortunados comentarios recibieron el rechazo de diversos sectores, incluso del oficialismo, también provocaron preocupación en medio del complejo escenario en el que está inmerso el Gobierno a raíz de las movilizaciones estudiantiles y de la exigencia ampliada de cambios estructurales.  Por eso, si los problemas comunicacionales de La Moneda generaban ruido antes, más efecto tienen ahora cuando la ciudadanía exige respuestas y mensajes claros de parte de la administración de Sebastián Piñera.

Según Andrés Scherman, director ejecutivo de Tank Comunicaciones Estratégicas – estos “desórdenes comunicacionales” sólo producen confusión, mayores grados de conflicto y pueden desembocar en situaciones aún más complicadas.

Es el caso de la huelga de hambre de los secundarios donde, si bien los alumnos de Buin declinaron de la medida de presión, todavía existen varias personas que se mantienen en esa posición y que podrían verse afectadas por el tono de los dichos del secretario de Estado. Más aún ante la posibilidad de que alguno de ellos esté grave o incluso pudiera morir.

“Es complejo que hayan autoridades que, aunque no son las figuras políticas centrales, como un intendente o un ministro, se desalineen tan completamente  y generen declaraciones que son problemáticas para el Gobierno. Cuando ellos hablan, Mañalich no lo hace como médico ni Lobos como académico, sino que como autoridades en nombre del Ejecutivo. Es inseparable su condición de ministro o intendente, por lo tanto, tienen que ser más disciplinados con las líneas de comunicación del Gobierno”, sostuvo Sherman.

Sin embargo, los desaciertos tampoco terminaron con Lobos o Mañalich. De hecho, el mismo Presidente Sebastián Piñera, recibió muchas críticas por programar una reunión en La Moneda con los “twitteros influyentes del país, mientras en las calles se vivía la tensión de la primera jornada de Paro Nacional.

En ese sentido, el académico de la Universidad Diego Portales indicó que “ese día, uno quería ver cómo lo estaba haciendo el Gobierno, cómo manejaba distintos temas, los de seguridad, del funcionamiento de los servicios y la conversación con los movimientos sociales. Tenía que ser una jornada de mucho trabajo y de una exigencia alta para las autoridades y lo que uno espera es que ellos, especialmente del Presidente, es que estén abocados a ese tema”.

Una estrategia que tampoco habría tenido mucho sentido, ya que de acuerdo a un estudio realizado por la misma consultora, el perfil de los usuarios activos de esa red social corresponderían, en su mayoría, al segmento socioeconómico medio y alto constituido por personas con “vocación de influencia”, es decir, un grupo de elite que no se puede utilizar como un barómetro de la opinión pública en general.

El experto precisó que en situaciones críticas – como las que experimentó el país durante la semana- la multiplicación de voceros y puntos de vista es contraproducente. “Para situaciones complejas es bueno centralizar la vocería, cuidar al Presidente y no exponerlo sistemáticamente a los medios”.

En ese sentido, Scherman destacó el tono más conciliador que manifestó el Mandatario este viernes cuando invitó a los estudiantes al diálogo y a acudir al palacio presidencial para iniciar las negociaciones. “En un escenario crítico ese es el desempeño de apariciones que tiene que tener el Presidente. Si en algún minuto hay que hacer declaraciones más complejas y de choque son otros los encargados de hacerla”, concluyó.





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