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Libia: Los rebeldes se preparan para la última gran batalla

Siguen los combates a pesar de la caída de Trípoli. El principal blanco de los rebeldes este lunes 29 de agosto de 2011 es Sirte, último bastión de Kadafi en el este. También chocan con algunos focos de resistencia en el oeste. Los rebeldes esperan capturar a Kadafi en su ciudad natal.

RFI

  Lunes 29 de agosto 2011 15:20 hrs. 
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Algunas localidades libias han ido cayendo como un castillo de naipes luego de que los rebeldes se apoderaron de Trípoli hace una semana. Pero en ocasiones, como en Ragdalin, a unos 60 km de la frontera con Túnez en el oeste del país, chocan contra algunos recalcitrantes del ex régimen libio que a pesar de estar aislados no se rinden y combaten con armas pesadas. Agraw Asiny, un “combatiente de la libertad” de 23 años, afirma: “No entiendo. ¿Por qué siguen combatiendo? Quizás no miran la televisión. Deberían reconocer la realidad”.

En el este de Libia, los rebeldes se acercaban este domingo por ambos lados a Sirte, afirmando estar a sólo 30 km al oeste y a cien kilómetros al este de dicho bastión de los partidarios de Kadafi. En esta ofensiva, la rebelión puede contar con los aviones de la OTAN. “Estamos negociando con las tribus de la zona para que Sirte se rinda pacíficamente”, declaró Mohamed al Fortiya, comandante de las fuerzas rebeldes de la región. No obstante, “no habrá negociaciones interminables” en Sirte, advirtió en Trípoli el portavoz del CNT, quien pidió “llegar a un acuerdo” lo antes posible, ya que, de lo contrario, habrá una intervención militar. Los rebeldes estiman que si los kadafistas no se rinden, la toma podría durar una decena de días.

En el oriente del país, los rebeldes anunciaron este domingo la caída de Ben Yauad, a 140 km al este de Sirte, un escollo que no habían logrado superar en las muchas fluctuaciones del frente desde el comienzo del conflicto en febrero.

En Trípoli, la vida volvía poco a poco a la normalidad y algunos comercios abrieron sus puertas, pero la falta de alimentos y productos básicos provocó un aumento de precios. Así, la gasolina cuesta 20 veces más que antes de la insurrección y la leche vale el doble. Alrededor del 70% de los habitantes del centro de Trípoli están sin agua potable o tienen muy poca, pero se les reparte en las mezquitas, por lo cual no sufren de sed, indicó un dirigente rebelde. En cambio, en los suburbios prácticamente no escasea el agua, ya que cada casa tiene pozo y bomba, afirmó.

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