Continúan las malas noticias para la administración de Sebastián Piñera. Así lo confirmó el Barómetro de la Política desarrollado por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), que indicó que el rechazo al Mandatario aumentó en 13 puntos porcentuales entre mayo y agosto de este año, pasando de 53 a 66 por ciento. En tanto, su aprobación sólo alcanza un 22 por ciento, un record histórico que además se potencia con su baja credibilidad, según detectó el estudio.
Y pese a que estas cifras no fueron una sorpresa, ya que la medición se realizó en el mismo periodo considerado por la encuesta Adimark que arrojó resultados similares, el conflicto con los estudiantes sigue empañando la gestión del Jefe de Estado.
De hecho, y en total contraste con los resultados obtenidos por Piñera y por las demás instituciones políticas, las demandas educacionales obtienen un 89 por ciento de apoyo entre la ciudadanía.
A juicio de la directora del programa Calidad de la Política de la Fundación Chile 21, Gloria de la Fuente, estos resultados confirman que “los ciudadanos no sienten propios a sus representantes y, por lo mismo, perciben que no están cumpliendo su rol”. Esto porque precisamente, durante los más de cuatro meses de movilizaciones, tanto el oficialismo como la oposición no han logrado posicionarse como actores relevantes frente a una demanda que concita tanto interés social como la educación.
Incluso, de acuerdo a lo que reveló la encuesta, más del 70 por ciento de la población estaría por dirimir la reforma a través de un plebiscito, mientras el 75 por ciento se muestra a favor de la aplicación de reformas constitucionales.
En esa línea, el presidente de la fundación Ciudadano Inteligente, Felipe Heusser, indicó que es necesario que se aparezca una generación de “recambio” a nivel político, ya que las instituciones actuales constituyen un “murallón” que impide que las propuestas de las personas sean consideradas.
“Por más que los movimientos ciudadanos fuercen algún tipo de democracia directa, aquí no se está apostando a eliminar las instituciones políticas. Éstas existen y deben mejorarse. Hay que apelar para que estos sectores sean capaces de recoger las ideas y postulados que vienen de la ciudadanía porque claramente en el último tiempo no han sido capaces de hacerlo. Eso se refleja de una manera drástica en el Gobierno y por otro lado en una oposición que ha estado estancada”, comentó.
Y aunque los expertos coinciden en que en este escenario la única opción viable sería aplicar reformas políticas estructurales, el subdirector del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, advirtió que esto no será posible mientras la clase política no se desprenda de algunas cuotas de poder.
“Ahora se trata de tener la valentía política de asumir algunas soluciones. Lo que pasa es que la mayoría de ellas probablemente implica algún tipo de pérdida de poder político. Es decir, si se cambian las cosas, tienen el riesgo de perder elecciones. Si un sistema que estuvo diseñado para ofrecer estabilidad ya no lo hace, entonces hay que cambiarlo”, sostuvo.
El doctor en ciencias políticas aseguró que tanto las instituciones formales como las reglas del juego no están respondiendo a las nuevas realidades. Funk agregó que “existe la sensación que las instituciones políticas del país, simplemente no sirven” y precisó que “eso no es dramático, pero sí podría pasar a serlo si no se encuentra una forma de responder”.
Continúan las malas noticias para la administración de Sebastián Piñera. Así lo confirmó el Barómetro de la Política desarrollado por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), que indicó que el rechazo al Mandatario aumentó en 13 puntos porcentuales entre mayo y agosto de este año, pasando de 53 a 66 por ciento. En tanto, su aprobación sólo alcanza un 22 por ciento, un record histórico que además se potencia con su baja credibilidad, según detectó el estudio.
Y pese a que estas cifras no fueron una sorpresa, ya que la medición se realizó en el mismo periodo considerado por la encuesta Adimark que arrojó resultados similares, el conflicto con los estudiantes sigue empañando la gestión del Jefe de Estado.
De hecho, y en total contraste con los resultados obtenidos por Piñera y por las demás instituciones políticas, las demandas educacionales obtienen un 89 por ciento de apoyo entre la ciudadanía.
A juicio de la directora del programa Calidad de la Política de la Fundación Chile 21, Gloria de la Fuente, estos resultados confirman que “los ciudadanos no sienten propios a sus representantes y, por lo mismo, perciben que no están cumpliendo su rol”. Esto porque precisamente, durante los más de cuatro meses de movilizaciones, tanto el oficialismo como la oposición no han logrado posicionarse como actores relevantes frente a una demanda que concita tanto interés social como la educación.
Incluso, de acuerdo a lo que reveló la encuesta, más del 70 por ciento de la población estaría por dirimir la reforma a través de un plebiscito, mientras el 75 por ciento se muestra a favor de la aplicación de reformas constitucionales.
En esa línea, el presidente de la fundación Ciudadano Inteligente, Felipe Heusser, indicó que es necesario que se aparezca una generación de “recambio” a nivel político, ya que las instituciones actuales constituyen un “murallón” que impide que las propuestas de las personas sean consideradas.
“Por más que los movimientos ciudadanos fuercen algún tipo de democracia directa, aquí no se está apostando a eliminar las instituciones políticas. Éstas existen y deben mejorarse. Hay que apelar para que estos sectores sean capaces de recoger las ideas y postulados que vienen de la ciudadanía porque claramente en el último tiempo no han sido capaces de hacerlo. Eso se refleja de una manera drástica en el Gobierno y por otro lado en una oposición que ha estado estancada”, comentó.
Y aunque los expertos coinciden en que en este escenario la única opción viable sería aplicar reformas políticas estructurales, el subdirector del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, advirtió que esto no será posible mientras la clase política no se desprenda de algunas cuotas de poder.
“Ahora se trata de tener la valentía política de asumir algunas soluciones. Lo que pasa es que la mayoría de ellas probablemente implica algún tipo de pérdida de poder político. Es decir, si se cambian las cosas, tienen el riesgo de perder elecciones. Si un sistema que estuvo diseñado para ofrecer estabilidad ya no lo hace, entonces hay que cambiarlo”, sostuvo.
El doctor en ciencias políticas aseguró que tanto las instituciones formales como las reglas del juego no están respondiendo a las nuevas realidades. Funk agregó que “existe la sensación que las instituciones políticas del país, simplemente no sirven” y precisó que “eso no es dramático, pero sí podría pasar a serlo si no se encuentra una forma de responder”.
Continúan las malas noticias para la administración de Sebastián Piñera. Así lo confirmó el Barómetro de la Política desarrollado por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), que indicó que el rechazo al Mandatario aumentó en 13 puntos porcentuales entre mayo y agosto de este año, pasando de 53 a 66 por ciento. En tanto, su aprobación sólo alcanza un 22 por ciento, un record histórico que además se potencia con su baja credibilidad, según detectó el estudio.
Y pese a que estas cifras no fueron una sorpresa, ya que la medición se realizó en el mismo periodo considerado por la encuesta Adimark que arrojó resultados similares, el conflicto con los estudiantes sigue empañando la gestión del Jefe de Estado.
De hecho, y en total contraste con los resultados obtenidos por Piñera y por las demás instituciones políticas, las demandas educacionales obtienen un 89 por ciento de apoyo entre la ciudadanía.
A juicio de la directora del programa Calidad de la Política de la Fundación Chile 21, Gloria de la Fuente, estos resultados confirman que “los ciudadanos no sienten propios a sus representantes y, por lo mismo, perciben que no están cumpliendo su rol”. Esto porque precisamente, durante los más de cuatro meses de movilizaciones, tanto el oficialismo como la oposición no han logrado posicionarse como actores relevantes frente a una demanda que concita tanto interés social como la educación.
Incluso, de acuerdo a lo que reveló la encuesta, más del 70 por ciento de la población estaría por dirimir la reforma a través de un plebiscito, mientras el 75 por ciento se muestra a favor de la aplicación de reformas constitucionales.
En esa línea, el presidente de la fundación Ciudadano Inteligente, Felipe Heusser, indicó que es necesario que se aparezca una generación de “recambio” a nivel político, ya que las instituciones actuales constituyen un “murallón” que impide que las propuestas de las personas sean consideradas.
“Por más que los movimientos ciudadanos fuercen algún tipo de democracia directa, aquí no se está apostando a eliminar las instituciones políticas. Éstas existen y deben mejorarse. Hay que apelar para que estos sectores sean capaces de recoger las ideas y postulados que vienen de la ciudadanía porque claramente en el último tiempo no han sido capaces de hacerlo. Eso se refleja de una manera drástica en el Gobierno y por otro lado en una oposición que ha estado estancada”, comentó.
Y aunque los expertos coinciden en que en este escenario la única opción viable sería aplicar reformas políticas estructurales, el subdirector del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, advirtió que esto no será posible mientras la clase política no se desprenda de algunas cuotas de poder.
“Ahora se trata de tener la valentía política de asumir algunas soluciones. Lo que pasa es que la mayoría de ellas probablemente implica algún tipo de pérdida de poder político. Es decir, si se cambian las cosas, tienen el riesgo de perder elecciones. Si un sistema que estuvo diseñado para ofrecer estabilidad ya no lo hace, entonces hay que cambiarlo”, sostuvo.
El doctor en ciencias políticas aseguró que tanto las instituciones formales como las reglas del juego no están respondiendo a las nuevas realidades. Funk agregó que “existe la sensación que las instituciones políticas del país, simplemente no sirven” y precisó que “eso no es dramático, pero sí podría pasar a serlo si no se encuentra una forma de responder”.
